Por Rafael Amo

(Delegación de Ecumenismo)

 

 

El próximo 1 de septiembre se celebra la Fiesta de la Creación, también conocida como Día de la Creación o Jornada Mundial de Oración por la Creación. Esta festividad es un evento significativo que inspira y nutre un período más amplio dedicado a la reflexión sobre el cuidado de nuestro mundo. Nacida en la rica tradición de la Iglesia Ortodoxa, la fiesta ha sido acogida por numerosas iglesias de todo el mundo. Es un momento propicio para arrepentirnos por la manera en que hemos profanado el don de la Creación, orar por su sanación, honrar a Dios como Creador y conmemorar el grandioso misterio de la creación del cosmos.

 

Esta fiesta tiene un marcado carácter ecuménico, por lo que un conjunto de iglesias y comunidades eclesiales han preparado algunos materiales para su celebración, los cuales pueden consultarse en la web[1].

 

El tema de la próxima Jornada de Oración por el Cuidado de la Creación, que tendrá lugar el 1 de septiembre, es "Esperar y actuar con la creación". Este lema está inspirado en la Carta de san Pablo a los Romanos (8,19-25), donde el apóstol explica el significado de vivir según el Espíritu, poniendo el énfasis en la esperanza cierta de la salvación a través de la fe, la vida nueva en Cristo.

 

Esperar y actuar con la creación implica, en primer lugar, unir fuerzas, caminando junto a hombres y mujeres de buena voluntad, para replantear colectivamente la cuestión del poder humano, su significado y sus límites. En palabras del papa Francisco en *Laudate Deum* (28): "Nuestro poder ha crecido frenéticamente en unas pocas décadas. Hemos logrado avances tecnológicos impresionantes, pero no nos damos cuenta de que al mismo tiempo nos hemos vuelto extremadamente peligrosos, capaces de poner en riesgo la vida de muchos seres y nuestra propia supervivencia". Un poder descontrolado engendra monstruos y se vuelve contra nosotros mismos. Por eso, resulta urgente imponer límites éticos al desarrollo de la inteligencia artificial, que, con su capacidad de cálculo y simulación, podría ser utilizada para dominar al ser humano y la naturaleza, en lugar de ponerse al servicio de la paz y el desarrollo integral (cf. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2024).

 

La visión cristiana de la ecología tiene una particularidad que la distingue de otros movimientos ecológicos: mantiene al ser humano en el centro de la Creación. Esto no significa que el hombre deba dominar despóticamente la naturaleza, pero tampoco que esta deba ser divinizada y colocada por encima del hombre. El ser humano es custodio de la Creación, llamada a estar a su servicio.

 

En nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, contamos con un rico y bien conservado patrimonio natural, legado de nuestros antepasados. Generaciones enteras no solo han vivido de la naturaleza, sino que la han preservado. En la vasta zona rural de nuestra diócesis, es fácil contemplar al Creador en la naturaleza y comprender el poder que Dios le ha otorgado al hombre sobre ella: un poder instrumental para su conservación, en espera del momento definitivo de la gloria, cuando se consumará la manifestación de Dios. Al mismo tiempo, la naturaleza está al servicio del ser humano, sin estar por encima de él.

 

Los cristianos de esta tierra de Sigüenza-Guadalajara tenemos la misión de dar testimonio de cómo descubrimos a Dios en la naturaleza, cómo la cuidamos y cómo convivimos con ella. De esta manera, podemos ser verdaderos testigos de la esperanza.

 

[1] https://drive.google.com/file/d/1huUyyVNTxi6GTau7AmMlWN06rjtlQ671/view?pli=1

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Gregorio Magno, Teresa de Calcuta, Pedro Claver, mártires de Corea, el apóstol y evangelista Mateo, Pío de Pietrecelina, Vicente de Paúl y Jerónimo de Estridón

 

 

 

 

Septiembre, en cuyos umbrales nos hallamos, es el mes de las fiestas de la Natividad de la Virgen María y de la Exaltación de la Santa Cruz, de los respectivos días 8 y 14 de septiembre. Es también es el mes de la Virgen de los Dolores (el día 15) y de la Virgen de las Mercedes (el día 24). Pero es también mes de sobresalientes santos como los ocho que hemos seleccionado.

 

San Gregorio Magno, día 3

 

Entre los años 540 y 604 discurrió la vida de quien fuera el sexagésimo cuarto papa de la Iglesia católica: san Gregorio I o san Gregorio Magno.  Es también doctor de la Iglesia; y junto a san Jerónimo, san Agustín y san Ambrosio, uno de los cuatro padres de la Iglesia latina.

 Él fue quien definió al ministerio papal, al sumo pontificado, como el del servus servorum Dei (siervo de los siervos de Dios). Fue papa del año 590 al 604. Era monje benedictino y procedía de una familia aristocrática y acaudalada y él donó sus haberes en favor de los pobres. Antes de ser monje y reformador y fundador de monasterios. Previamente había sido prefecto (alcalde) de la ciudad de Roma.

En los catorce años que rigió la Iglesia universal, sobresalió por la caridad, las dotes organizativas, el celo misionero (envió a las Islas Británicas a monjes benedictinos como primeros misioneros), la planificación pastoral desde el amor y el servicio. Fomentó la cultura y hasta recopiló la música religiosa coral hasta entonces existente, que es lo se conoce por ello como el “canto gregoriano”.

 

Madre Teresa de Calcuta, el día 5

 

Nació en Spokie (entonces Albania, ahora Macedonia) el 26 de agosto de 1910.  Con 18 años, ingresó en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María o Hermanas de Loreto, una congregación religiosa de origen irlandés. Desde entonces vivió en India, cuya nacionalidad adquirió. Inés de nombre de pila, cambió su nombre, en la consagración religiosa, por el de Teresa.

En 1950, tras cuatro años de nuevo discernimiento vocacional, fundó en Calcuta las Misioneras de la Caridad, cuyo carisma es el servicio a los enfermos y moribundos y a los más pobres de los pobres de la sociedad. De su mano, carisma y empuje nacieron también los Misioneros de la Caridad.

Su obra comenzó pronto a expandirse por toda India y por numerosas naciones de la tierra, singularmente las más pobres. En 1979 recibió el Premio Nobel de la Paz, uno de tantos reconocimientos públicos como recibió. Murió en Calcuta el 5 de septiembre de 1997. Fue autora asimismo de distintos libros de espiritualidad.

 

 

 

9 de septiembre, el misionero san Pedro Claver

 

En el mes de junio, en fecha sin precisar, del año 1580, en Verdú (Lérida), nació san Pedro Claver Corberó. Falleció en Cartagena de Indias (Colombia) el 9 de septiembre de 1654.

Tímido y sencillo, catalán, corto escaso en palabras y largo en hechos, Pere Claver es una de las principales figuras del cristianismo del siglo XVII, cuya vida se desarrolló en el puerto negrero de Cartagena de Indias. Su entrega abnegada a los negros bozales, de los que algunos teólogos de esa época discutían incluso si poseían alma, es un modelo admirable de la praxis cristiana del amor y del ejercicio de los derechos humanos, de los que fue declarado «defensor» en 1985.

Se lo honra como patrono de los esclavos, y desde 1896 como patrono de las misiones entre los negros. Se lo considera un ejemplo heroico de lo que debe ser el amor por los más pobres y marginados. El papa León XIII afirmó que ”Pedro Claver es el santo que más me ha impresionado después de la vida de Cristo”. Fue canonizado en 1888

 

San Andrés Kim y otros 103 mártires en Corea, el día 20

 

San Andrés Kim Taegon Joseon, nacido el 21 de agosto de 1821 y martirizado el 16 de septiembre de 1846, en ambos casos en Seúl, fue el primer sacerdote católico de origen coreano. A finales del siglo XVII, la fe católica comenzó lentamente a echar raíces en Corea, pero no hasta 1836 cuando llegaron sus primeros misioneros consagrados.

Nacido en familia nobiliaria de clase social, los padres de Andrés Kim Taegon eran conversos y su padre fue también martirizado por practicar el cristianismo, una actividad prohibida en la Corea fuertemente confucionista de la época. Bautizado a la edad de 15 años, Andrés estudió en el seminario de la colonia portuguesa de Macao, hoy parte de China. Nueve años más tarde fue ordenado sacerdote en Shanghái (1845). Después volvió a Corea a predicar y evangelizar. Kim Taegon fue uno de los muchos miles de cristianos que fueron ejecutados en este tiempo. En 1846, a la edad de 25 años, fue torturado y decapitado cerca de Seúl, en el río Han.

El 6 de mayo de 1984, el Papa Juan Pablo II canonizó en Corea a Andrés Kim Taegon junto a otros 103 mártires de Corea, incluido Pablo Chong Hasang, durante la visita que este realizó a Corea.

 

San Mateo, apóstol y evangelista, el día 21

 

También llamado Levi, Levi de Alfeo, judío, publicano, Mateo, “don de Dios” en el hebrero, recaudador de impuestos, siglo I, mirado y elegido con misericordia por Jesucristo para ser apóstol suyo y evangelista. Venerado como santo por todas las Iglesias y confesiones cristianas, autor del primer evangelio según su elenco canónico. El suyo es el evangelio más largo (28 capítulos) y está dirigido, sobre todo, a los judíos de su época para hacerles ver que en Jesús llegan a su plenitud todas las promesas mesiánicas y que es, en efecto, el Hijo de Dios.

No constan las circunstancias de su predicación apostólica tras la Ascensión del Señor y la venida del Espíritu Santo ni tampoco de su martirio, realidades ambas que sí realizó, en cualquier caso.    La iconografía cristiana lo muestra acompañado de un ángel u hombre alado (signo de la inspiración divina de la Sagrada Escritura) y escribiendo su evangelio.

 

San Padre Pío, el día 23

           

En el seno de una humilde familia de labriegos y emigrantes, el 23 de mayo de 1887 nació en Pietrelcina, en la región italiana de la Campania, Francesco Forgione. Quince años después será fraile capuchino y recibirá el nombre de Pío de Pietrelcina.

El 10 de agosto de 1910 fue ordenado sacerdote. En 1916 recala en el santuario de Santa María de las Gracias, en la falda del monte Gárgano. El 20 de septiembre de 1918 se hacen visibles en su cuerpo -costado izquierdo, pies y manos- los estigmas de la cruz de Cristo. Los estigmas le acompañarán hasta un día de su muerte, en la madrugada del 23 de septiembre de 1968.

Su ministerio sacerdotal consistió en la dirección espiritual, en la administración del sacramento de la Confesión, en la promoción de la caridad a través, sobre todo, del Hospital por él fundado “Casa Alivio del Sufrimiento” y en el apostolado de la oración, fundando los llamados grupos de oración del Padre Pío.  Asimismo, su sacerdocio se realizó a través del sufrimiento.

Destacó por su vida de oración y apostolado de la oración, celo sacerdotal, atención al confesionario, compromiso caritativo especialmente con los enfermos, piedad mariana y configuración con el misterio de Cristo crucificado. Es el fraile de los estigmas y un modelo de vida dedicada a servir y transmitir la misericordia de Dios. 

Fue beatificado el 2 de mayo de 1999 y canonizado el 16 de junio de 2002, en ambos en Roma y en olor de multitudes y ambos casos por Juan Pablo II, a quien conoció el padre Pío conoció siendo un joven sacerdote.

 

27 de septiembre, san Vicente de Paúl

 

Es una de las figuras más representativas del catolicismo en Francia durante el siglo XVII y en toda la Iglesia. Es uno de los gigantes del cristianismo. Fue fundador de la Congregación de la Misión, también llamada de Misioneros Paúles, Lazaristas o Vicentinos (1625) y, junto a santa Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad (1633). Las obras e instituciones vicencianas laicales, también muy presentes y fecundas en la Iglesia, encuentran en él a su inspirador. La prioridad por el servicio a los pobres y su ardor evangelizador, a ejemplo de San Pablo, caracterizaron su vida.

Fue nombrado limosnero real por el Rey Luis XIII de Francia, función en la cual abogó por mejoras en las condiciones de los campesinos y aldeanos. Realizó una labor caritativa notable, sobre todo durante la guerra de la Fronda, una de cuyas consecuencias fue el incremento de menesterosos en su país.

Nació el 24 de abril de 1581 y falleció el 27 de 1660. Es patrono de enfermos, leprosos, prisioneros y hospitales. También sobresalió en el servicio a la formación de los sacerdotes. Fue párroco y predicador de misiones populares. Fue beatificado en 1729 y canonizado en 1733.

 

San Jerónimo, traductor y apóstol de la Biblia, día 30

 

Padre de la Iglesia latina y doctor de la Iglesia, Eusebio Jerónimo de Estridón (por la localidad dálmata, en la actual Croacia, donde nació en el año 340), recibió el Papa san Dámaso I, en el año 382, el encargo de traducir al latín la Biblia a partir de su versión original en griego y hebreo.

Su traducción, conocida como la Vulgata de san Jerónimo, será normativa en toda la Iglesia durante cuatro siglos, desde el año 1546, en el Concilio de Trento, y hasta el Concilio Vaticano II. Para poder este trabajo de traducción, se trasladó a vivir a Belén, donde falleció el 30 de septiembre del año 420. Fue ordenado sacerdote a los 40 años.

Junto a su estudio y trabajo de las Sagradas Escrituras, san Jerónimo llevó durante décadas una vida eremítica y ascética.

Junto a santa Paula de Roma (347-404), promovió la creación de monasterios en Tierra Santa, germen de lo que después, desde el siglo XIV en el monasterio de San Bartolomé de Lupiana (Guadalajara), será la orden monástica jerónima u Orden de San Jerónimo, con ramas masculina y femenina..

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 30 de agosto de 2024

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

En el final de agosto, la Iglesia nos propone en el santoral de estos días a santos tan destacados como José de Calasanz, Teresa Jornet, Mónica, Agustín, papa Juan Pablo I, fray Junípero Serra

 

 

 

La piedad, la formación y el apostolado del pueblo cristiano se han nutrido también a lo largo de los siglos de la devoción a los santos.  A través de ellos, como rezan los prefacios de las misas de los santos, Dios y la Iglesia “nos ofrecen el ejemplo de su vida, la ayuda de su intercesión y la participación en su destino, para que, animados por su presencia alentadora, luchemos sin desfallecer en la carrera y alcancemos, como ellos, la corona de gloria que no se marchita”.  Y es que “mediante el testimonio admirable” de los santos; Dios fecunda sin cesar a su Iglesia con vitalidad siempre nueva, dándonos así pruebas evidentes de su amor y nos estimulan con su ejemplo en el camino de la vida y nos ayudan con su intercesión”.

El Papa Benedicto XVI afirmaba lo siguiente sobre la permanente novedad y legado de los santos, a quienes definía como aquellos que cambiaron el mundo para bien: “Los santos, aunque sólo sean pocos, también cambian el mundo. ¿Qué es lo que estos santos tienen en común? ¿Cómo podemos describir y hacer fecunda para nosotros su particular forma de vida? Sí, los santos nos muestran que es posible y bueno vivir de manera radical la relación con Dios, poner a Dios en primer lugar y no como una realidad más entre otras. Los santos nos muestran de manera evidente el hecho de que Dios ha tomado la iniciativa de dirigirse a nosotros; en Jesucristo se ha manifestado y se nos manifiesta. Cristo sale a nuestro encuentro, habla a cada uno y lo invita a seguirlo. Los santos han tomado en serio esta posibilidad, por así decirlo, en el continuo diálogo de la oración, han tendido a Él desde lo más recóndito de su ser, y de Él recibieron la luz que les abrió a la vida verdadera”.

En las postrimerías ya del mes de agosto, y ante el alba del mes de septiembre, tiempo todo este marcado por las fiestas populares, he aquí hoy las semblanzas biográficas de seis extraordinarios santos de estos días todavía estivales.

 

25 de agosto: san José de Calasanz

 

En Peralta de la Sal (provincia de Huesca y diócesis de Barbastro-Monzón), el 11 de septiembre de 1556 (o 1557) nació José de Calasanz Gastón, fundador de la Congregación Escolapia o Calasancia. Falleció en Roma el 25 de agosto de 1648. Fue un sacerdote católico, pedagogo y santo español, fundador de la primera escuela cristiana popular de Europa. En una época en que la educación tenía por destinatarios casi exclusivos a los miembros de las familias adineradas, José de Calasanz fue un pionero de la educación colectiva al alcance de todos.

El 13 de agosto de 1948 José de Calasanz fue declarado patrono universal de las escuelas cristianas en el mundo por el Papa Pío XII. ​ La Iglesia católica lo considera el santo patrón de los educadores y maestros, junto con el francés san Juan Bautista de la Salle. Fue beatificado en 1748 y canonizado en 1767.

Durante décadas, el 27 de noviembre se ha celebrado en España el día de los maestros en su honor. Y es que el 27 de noviembre de 1597, este sacerdote aragonés tuvo la idea de abrir una escuela para niños pobres en Roma: la asistencia era voluntaria, pero en 1618 ya atendía a unos 1.500 niños romanos, ​ por lo que se lo considera el fundador de la escuela pública gratuita en Europa.

 

 

26 de agosto: santa Teresa Jornet e Ibars

 

Es la patrona de la ancianidad y la iniciadora, junto al sacerdote seguntino venerable siervo de Dios Saturnino López Nova, fundador, de la congregación religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.  Teresa de Jesús Jornet e Ibars nació en Aytona (Lérida), en el seno de una familia religiosa, el 9 de enero de 1843.  Tuvo dos hermanas y tres sobrinas religiosas, y tío abuelo suyo el beato Francisco Palau, fraile carmelita y predicador

Estudió en Lérida para maestra e ingresó en el monasterio de las clarisas de Briviesca (Burgos). Pero la situación política de la segunda mitad del siglo XIX no permitía la emisión de votos. Entonces se hizo carmelita terciaria, dedicándose a la enseñanza. Posteriormente, junto a un grupo de sacerdotes en Barbastro, bajo el impulso de don Saturnino, desde 1872, se dedicó a la atención de ancianos abandonados. Se estableció en Valencia donde quedó fijada la casa madre de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Falleció en Liria (Valencia) el 26 de agosto de 1897. A su muerte había ya 103 asilos o residencia de ancianos en España y América. Fue beatificada el 27 de abril de 1958 por Pio XII y canonizada por Pablo VI el 27 de enero de 1974.

 

26 de agosto: beato papa Juan Pablo I

 

El llamado Papa de la sonrisa y de los 33 días, Albino Luciani, nació, en el seno de una humilde familia, en la pequeña localidad véneta de Canale D´Agordo el 17 de octubre de 1912. En su juventud, tuvo problemas de salud.

Murió en Roma en la noche del 28 al 29 de septiembre de 1978. Había sido elegido Papa en la tarde del 26 de agosto de 1976. Fue el primer Papa que tomó un nombre doble: Juan Pablo I.

El 7 de julio de 1935 fue ordenado sacerdote al servicio de la diócesis de Belluno. Sirvió como párroco rural, profesor de Religión, profesor y formador del seminario y en la curia diocesana, de donde fue vicario general y director de Catequesis.

El 27 de diciembre de 1958, de manos del Papa Juan XXIII, fue ordenado obispo. Fue obispo de Vittorio Veneto de 1958 a 1969 y de 1969 a 1978, patriarca de Venecia. Participó en todo el Concilio Vaticano II.

Fue creado cardenal por Pablo VI el 5 de marzo de 1973. Sobresalió por su humildad, sencillez, cercanía, austeridad, y sentido pastoral y catequético. Fue autor del delicioso libro de cartas «Ilustrísimos señores».

Beatificado por el Papa Francisco, el domingo 4 de septiembre de 2022, su memoria litúrgica se ha fijado para el día 26 de agosto de cada año.

 

27 de agosto: santa Mónica de Tagaste o Hipona

 

Es la madre de san Agustín de Hipona, uno de los personajes más extraordinarios de toda la historia. Santa Mónica (331-387) es recordada y honrada por sus extraordinarias virtudes cristianas, en particular por sus sufrimientos causados por su marido, y por la vida de oración que dedicó para la conversión de su hijo, quien escribió extensamente acerca de ella en su libro «Confesiones».

Mónica nació en Tagaste, en la actual Argelia. Sus padres eran cristianos. Se casó a una corta edad con un hombre mayor, romano, pagano, violento y libertino, Patricio, a quien las limosnas, buenas acciones y oraciones de Mónica incomodaban. No obstante, Mónica perseveró en la oración por su marido, cuya conversión al cristianismo y cambio de conducta logró.

         Mónica tuvo tres hijos que sobrevivieron a la infancia, uno de ellos Agustín, quien comenzó llevando una vida disoluta y contraria a la fe cristiana. De nuevo, Mónica fue la mujer valiente, perseverante y orante que logró, junto a al obispo de Milán, san Ambrosio, también la conversión de su hijo Agustín. Porque «un hijo de tantas lágrimas» y oraciones no se podía perder.

Es santa y su memoria litúrgica es el 27 de agosto, el día de antes de la de su hijo, Agustín, que murió como obispo de Hipona.

 

28 de agosto: san Agustín de Hipona

 

Nacido en Tagaste, al norte de África, en 354, Agustín de Hipona es uno de los más grandes padres de la Iglesia de Occidente. Tras abrazar corrientes paganas maniqueas buscando la verdad en diversas filosofías en boga en la época, gracias a la oración constante de su madre, santa Mónica, acabó convirtiéndose al cristianismo y fue bautizado en el año 386.

Excelente maestro de retórica, Agustín fue ordenado sacerdote y más tarde, bajo la guía de san Ambrosio de Milán, fue consagrado obispo de Hipona en una época convulsa, en la que el Imperio Romano se estaba debilitando, acusando a los cristianos de los males del mismo. Agustín combatió duramente las doctrinas heréticas de su tiempo, defendiendo la validez de los sacramentos, incluso celebrados por ministros indignos, oponiéndose así a lo que los donatistas querían sostener. Defendió también la doctrina del pecado original frente a las herejías de los pelagianos.

Su celo pastoral y sus magníficos escritos sobre doctrina cristiana lo convirtieron en doctor de la Iglesia. Su famosa obra, las «Confesiones», un testimonio personal de su vida, ha pasado a la historia como un a Dios por las obras que hizo en él. Su fiesta se celebra el 28 de agosto. Es el «doctor gratiae».  Murió en el año 430.

 

28 de agosto: san Junípero Serra

 

Miguel José Serra Ferrer nació en Petra (Mallorca) el 24 de noviembre de 1713.  A los 16 años ingresó en la Orden Franciscana, donde, en 1731, emitió los votos y se puso el nombre de Junípero en memoria y honor a uno de los primeros seguidores de san Francisco de Asís. Con 24 años fue ordenado sacerdote y pronto se convirtió en uno de los predicadores y profesores más reputados y fecundos de la isla. Sin embargo, él quería ser misionero en las Indias, adonde, concretamente a México, partió en 1749.

Entonces, comenzó la segunda y definitiva etapa de su vida. Primero fueron ocho años de ministerio abnegado y tan duro entre los indígenas Pame de la Sierra Gorda mexicana y otros ocho años más en Ciudad de México; y después, entre 1769 y 1784, en California.

Ciudades denominadas con nombres expresamente cristianos –Los Ángeles, San Diego, Santa Clara, Santa Bárbara, Sacramento, San Antonio, San Luis, San Gabriel, Sacramento, San Francisco…-, nueve misiones, una cada 48 kilómetros (la distancia que recorre un caballo en una jornada), se sucedieron, gracias a su celo y ardor evangelizador y civilizador, por toda la costa californiana hacia el Pacífico, en medio de pueblos indígenas, cuyo mejor abogado fue precisamente fray Junípero. En una de estas misiones, la de San Carlos Borromeo, en Carmel, falleció el 28 de agosto de 1784.

San Juan Pablo II lo beatificó en Roma en 1988 y Francisco lo canonizó en Washington en 2015.  Su memoria litúrgica se celebra el 28 de agosto.

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 23 de agosto de 2024

Juan Pablo Mañueco

(Escritor y periodista)

 

 

Patrón de Castilla y copatrón de España (junto con el Sennor Sant Yago) y que su fiesta celebra el 12 de noviembre de cada año.

Una cuaderna vía al alimón con Gonzalo de Berceo, el cual creía que era castellano, pero 8 siglos después quienes han descompuesto en taifillas Castilla (y sólo Castilla) le dicen que no lo era.


Composición a cuatro manos: las sabias de Gonzalo de Berceo –que se notan cuáles son- y las mías propias.

 

Qui la vida quisiere de Sant Millán saber
e de la su historia bien certano ser,
meta mientes en esto que yo quiero leer:
verá a do envían los pueblos su haber.

Fue Emiliano o Millán en Berceo nacido,
donde también Gonzalo luego fue exido,
Millán en el quinto y sexto siglo habido,
Gonzalo en el trece, que oyó su rimado sonido.

Cerca es de Cogolla de parte de orïent,
dos leguas sobre Nájera, al pie de Sant Lorent,
el barrio de Berceo, Madrid li yaze present,
allí nació Sant Millán, esto sin falliment.

Nació, pues, ya fablando el primer castellano
este santo montaraz y peñascoso de acento riojano
que fue amante de las grutas en lugar muy serrano,
y eremita pacífico, el cual llegó hasta muy anciano.

Luego que fue nacido, los que lo engendraron,
envuelto en sus paños a iglesia lo llevaron;
como la leÿ manda baptismo demandaron,
diéronselo los clérigos, de crisma lo untaron.

Murió a los años ciento y uno de su edad,
lo cual es mucho vivir, con toda seguridad…
Despertó desde muy pronto loor de santidad,
en labriegos, condes, reyes, llamó a la piedad.

Hoy patrono celeste es del reino de Castilla
y de Navarra, a los que protege villa por villa,
y no pide por pago sino una cosa sencilla
como Berceo se le dé de vino –acaso- alguna copilla.

Esta es la Historia del santo patrón de Castilla,
que el 12 de noviembre ilumina su capilla.
Otra día ya cantaré más cosas en nueva coplilla
que hoy sólo escribir quise esta breve tablilla.

 

 

Imagen: Monasterio de San Millán de la Cogolla de suso (arriba) y de ayuso (abajo).

Que alguien le cuente a San Millán y otro alguien a Gonzalo de Berceo, que han decretado el fin de Castilla, así que no hagan el ridículo ya, como patrón de Castilla (ya no hay) el uno y como escritor castellano el otro (le han extrañado o exiliado de Castilla).

 

Juan Pablo Mañueco,

escritor, periodista y Premio Cervantes de Castilla-La Mancha, 2016



Bibliografía del autor:

https://biblioteca-virtual.fandom.com/es/wiki/Juan_Pablo_Ma%C3%B1ueco

 

Esta página la recomiendo a quienes quieran encontrarse con 15 nuevas estrofas, muy útiles:

https://aache.com/quince-nuevas-estrofas/

 

 

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