Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular, Cofrafías y Hermandandes)

 

 

Las Cofradías y Hermandades, así como los santuarios y peregrinaciones, son lugares y espacios de Evangelización. Su misión no puede ser otra que la de la misma Iglesia: Evangelizar.

Este ha sido el eje central de las Jornadas organizadas por la comisión de Evangelización, Catequesis y Catecumenado de la Conferencia Episcopal, que han tenido lugar del 30 de septiembre al 2 de octubre, en la ciudad de Mérida.

La ciudad de Mérida ha sido elegida por celebrarse el Año Jubilar Eulaliense, conmemorando el martirio de la Virgen Eulalia en el siglo III en dicha ciudad, en los orígenes del cristianismo en la península ibérica.

En el contexto de una sociedad secularizada, las cofradías y hermandades, con su trabajo en equipo y caminar juntos, vencen el individualismo de tantas personas, facilitan el encuentro con Cristo y se convierten parra muchos que se acercan a estas asociaciones en el primer anuncio del Evangelio que reciben. Cuidar la acogida y el acompañamiento es muy importante.

Otros temas tratados han sido el primer anuncio y la catequesis en la Piedad Popular, y el plan formativo presentado por la Comisión. La formación es una parte importante para fundamentar, junto con una auténtica espiritualidad, una Piedad Popular que responda a las necesidades de las personas.

 

Juan Pablo Mañueco

(Escritor y periodista)

 

 

(Liras en espejo)

No tanto es bravo el Fuerte

de San Francisco como el de Asís santo,

pues más a fe convierte

-y su tronar en canto-

Fuerte alzado claustro, ajeno a espanto.

 

Emboscado en sonoro

soto frondoso, sólo esa batalla

campal -que busca el oro

de otoño cuando estalla-

cuanta urda cenobio es, tras su muralla.

 

Trenza la torre blanca

gótica silueta esbelta hacia oeste,

que en suave otero arranca.

Convento en loma acueste

su cuadrado, asomado a azul celeste.

 

Cuerpo gigante escoge

nave inversa: alta quilla, nervios cruza

cual remos que recoge

la fe en fieles, y aguza

remada ola hacia el ara que entrecruza.

 

Bajo ábside, la cripta

ducal del Infantado -ocho pilares

y cúpula que encripta

urnas rumbo a otros mares

bogando sobre mármol rosa-, hallares.

 

Sal luego fuera, andante,

y sigue tu camino peregrino,

que en el Fuerte, un instante,

de San Francisco, opino,

viste, dulce de arte y triste en destino.

 

 

            * * * * *

 

 

Curva amplia en remolino

tiende senda lenta zigzagueante,

como un viento opalino

blanco, azul, verdeante.

Tal la vuelta y el sino, vida y viajante.

 

Si atrás quedó la cripta

y las urnas sin aliento que mirares,

también llevas inscripta

dura huella que en ti hallares:

mes a mes, senda a senda, mar a mares.

 

Cóncava escaramuza

cada curva de senda y vida acoge,

que la fortuna azuza

en quienes rumbo escoge,

fe, fuerza y fibra luego lo recoge.

 

Lejos -dejando estanca

la gótica y fuerte conventual hueste-,

comenzará más franca

pugna vital y agreste

entre el destino y lo que liza geste.

 

Ahora ya el tesoro

dorado de las hojas en que estalla

noviembre, ocre y canoro,

el todo soto raya

en suelo acicular, dentada playa.

 

No es tanto bravo el Fuerte

como pajizo en ramas y albo en llanto.

Quedo anda. No despierte

tu paso algún quebranto

a convento, iglesia, nave, hoja o manto…

 

 

Juan Pablo Mañueco,

escritor, periodista y Premio Cervantes de Castilla-La Mancha, 2016



Bibliografía del autor:

https://biblioteca-virtual.fandom.com/es/wiki/Juan_Pablo_Ma%C3%B1ueco

 

Esta página la recomiendo a quienes quieran encontrarse con 15 nuevas estrofas, muy útiles:

https://aache.com/quince-nuevas-estrofas/

 

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

“Id e invitad a todos al banquete” es el lema del Domingo Mundial de las Misiones, DOMUND, que se celebra en toda la Iglesia pasado mañana, 20 de octubre

 

 

 

 

Bajo el lema "Id e invitad a todos al banquete, frase inspirada, a tenor del mensaje papal para la ocasión, en una parábola del Evangelio (cf. Mateo, 22, 1-14), la Iglesia católica universal, y también la española celebra pasado mañana, domingo 20 de octubre, penúltimo domingo de este mes de octubre, el día de las misiones, la popular jornada del DOMUND.

Por cierto, que, en 1943, fue un sacerdote español, Ángel Sagarminaga, entonces director nacional en España de Obras Misionales Pontificias (OMP) quien creó el acrónimo DOMUND, con el que la jornada es popularmente conocida.

 

 

Cuatro grandes objetivos del DOMUND

 

El primer objetivo es redescubrir que compromiso prioritario de toda la Iglesia es el anuncio del Evangelio en el mundo contemporáneo, y relanzarse hacia él con nuevo entusiasmo. Ofrecer, por medio de la oración y la colaboración económica en la Jornada del Domund, la ayuda que tanto necesitan las Iglesias nacientes es el segundo objetivo.

El tercer gran objetivo es dar visibilidad a los misioneros y su labor, y mostrar el sentido de su actividad caritativa y de anuncio en los territorios de misión. Y el cuarto, mostrar cómo todos somos llamados a “ir e invitar” al banquete del Evangelio, y esto, para algunos/as, como vocación misionera específica

 

El lema del DOMUND 2024

 

La citada frase “Id e invitad a todos al banquete” (Mateo 22, 1-14) se puede desglosar en cuatro conceptos e ideas claves. La primera es el “Id”, el mandato misionero de Jesús que ha de resonar constantemente en corazón de todos los bautizados. La misión es un “ir” incansable e irrenunciable.

“Invitad” es una llamada, una invitación hecha con el estilo de Cristo –con ternura, caridad y cercanía–, que es quien envía y a quien hay que anunciar. “A todos”, porque la salvación que Jesús ha venido a traer es universal y, en especial, para los últimos, los lejanos, los excluidos.

Y, por último, “al banquete”, que es el banquete de la fraternidad, al de la eucaristía, al de la reunión final con el Señor en la gloria que Él ha ganado para todos y ofrece, a través de la mediación de la Iglesia, a todos.

 

Tres miradas al cartel del DOMUND 2024

 

El camino y quienes van por él, en donde resuena aquel mandato de Jesús de la parábola del lema: “Id ahora a los cruces de los caminos y a todos los que encontréis, llamadlos a la boda” (Mt 22,9). ¿Cuáles son los “cruces de los caminos” de hoy? En ellos, muchas personas y pueblos esperan que se le transmita la invitación que les dirige el Rey del cielo.

El gran banquete, una convocatoria única que –a diferencia de los banquetes del mundo– puede saciar los anhelos del ser humano. En primer plano, la eucaristía, que es a la vez nuestro alimento para la misión y la mesa de fraternidad a la que todos son y somos convocados, en torno a un Dios entregado por amor a su pueblo.

Y el tercer elemento a observar y a dejarse interpelar por él es la actitud de los invitados. Sus rostros de alegría presuponen el testimonio de evangelizadores alegres y la acogida a la invitación.

 

Campaña del DOMUND 2024 en España

 

Obras Misionales Pontificias en España (su director nacional desde hace algo más de cinco años es el sacerdote madrileño José María Calderón Castro), la institución organizadora del DOMUND, ha vuelto este año a desarrollar la iniciativa “El DOMUND al descubierto”. La diócesis de Córdoba, tierra emergente de vocaciones y animación misionera (en la actualidad, hay unos 200 misioneros cordobeses por todo el mundo), es el escenario este año 2024.

El año pasado fue la diócesis de Pamplona, tierra misionera por excelencia en la historia (la cuna de san Francisco Javier, patrono universal de las misiones) y todavía en el presente (medio millar de misioneros). En 2022, lo fue la provincia eclesiástica de Madrid (diócesis de Madrid, Alcalá de Henares y Getafe) y en 2021 en la provincia eclesiástica de Toledo (diócesis de Toledo, Albacete, Cuenca, Ciudad Real y Sigüenza-Guadalajara). En 2020, la pandemia imposibilitó esta iniciativa, que, en otros años, fue en Madrid, Cataluña, Sevilla, Castilla y León y Galicia.

El DOMUND al descubierto” de este año tiene un extenso calendario de actos los días 1, 9, 10, 13, 15, 18 y 20 de octubre. Precisamente, el último de estos actos es hoy, 20 de octubre, día del DOMUND, con la transmisión por la 2 de TVE de la misa dominical de las 10:30 horas desde la catedral de Madrid y a las 12 horas, desde la catedral de Córdoba, por TRECE TV. El pregón del DOMUND 2024 fue el martes 15 de octubre, en la catedral de Córdoba, a cargo de monseñor Juan José Aguirre, misionero comboniano cordobés y obispo de Bangassou (República Centroafricana), quien fue presentado por el tenista paralímpico Cisco García.

Otro acto de preparación del DOMUND 2024 es, este viernes 18 de octubre, la entrega de dos premios misionales. Son el premio "Beata Pauline Jaricot" para reconocer a misioneros que hayan destacado especialmente, que recaerá en la religiosa adoratriz Milagros García López, por su servicio a las mujeres víctimas de prostitución en Cabo Verde; y el premio "Beato Paolo Manna" para distinguir a personas o instituciones que estén dando a conocer la labor de los misioneros desde España, que corresponderá este año en Radio María, con ocasión de su 25 aniversario.

 

Lo que son las Misiones y lo que allí se hace

 

La misión de la Iglesia es su identidad y sentido. La misión de la Iglesia es, pues, universal, y no tiene fronteras. Y hay territorios en los que la Iglesia está naciendo u ofreciendo primeros compases de la misión evangelizadora, que requieren una atención especial. Son los territorios de misión o Misiones, donde es necesaria la ayuda personal de los misioneros y la ayuda económica de la Iglesia universal. Además, en la mayoría de los casos estos territorios coinciden con los países más pobres de la tierra.

Hay 1.1226 diócesis consideradas de misión. Constituyen más de un tercio de las diócesis de la Iglesia universal (el 38%). En ellas se celebra uno de cada tres bautismos del mundo.  En estos Territorios de Misión vive el 40% de la población mundial. En ellos se encuentran el 44% de las escuelas de la Iglesia católica y el 30% de las instituciones sociales y de caridad (en números redondos, 100.00 y 33.000, respectivamente).

En los últimos 30 años, la Iglesia ha abierto en las misiones más de 22.000 instituciones sociales y más de 73.000 instituciones educativas. Para hacerse una idea de la magnitud de estas cifras, es como si hubiera abierto al día 2 instituciones sociales y 6 instituciones educativas.

 

12 millones y medio de euros recaudados en España en 2023

 

El DOMUND 2023 recaudó en toda España 12.426.045,99 euros. Tras Estados Unidos de América, con unos veinte millones de dólares, España es el primer país en cooperación económica al DOMUND. En tercer lugar y ya a mucha distancia, se halla Italia con unos cuatro millones de euros.

La diócesis de Madrid, y con mucho, fue la que más aportó: 1.927.991,01 euros. Le sigue Valencia con 963.000.60 euros; la tercera, Pamplona, con 747.951,85 euros; y, en cuarto y quinto lugar, respectivamente, Sevilla (486.210,43 euros) y Bilbao (459.739,51 euros).

Entre los trescientos mil y cuatrocientos mil euros se sitúan, estas cuatro diócesis: Córdoba (361.643,13 euros), Barcelona (326.087,74 euros), Santiago de Compostela (317.073,48 euros) y Granada (313.424,09 euros).

El origen de los ingresos de 2023 procede el 50,22% de colectas en parroquias; el 26,66%, donativos de empresas, donativos particulares y de congregaciones religiosas; el 14,32%, herencias y legados; y el 8,82%, recaudación en colegios.

 

Toda la recaudación para las Misiones

 

Como recuerda el papa Francisco, “las colectas de la Jornada Mundial de las Misiones están enteramente destinadas al Fondo Universal de Solidaridad que la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe distribuye después, en nombre del Papa, para las necesidades de todas las misiones de la Iglesia”.

En concreto, así se distribuyen estas ayudas por porcentajes: ayuda a catequistas, 38%; para construcción y/o reparación de templos, el 24%; para estructuras diocesanas, el 20%; y ya en porcentajes muy inferiores medios de transporte, escuelas y universidades, medios de comunicación, obras sociales, etc.

 

 


 

□ El DOMUND 2024 en Sigüenza-Guadalajara

 

A nivel diocesano, la Delegación de Misiones, amén de distribuir el material de propaganda de esta Jornada, organiza mañana, sábado 19 de octubre, a las 21 horas, en el santuario de la Virgen de la Antigua de Guadalajara, la vigilia misionera de oración de la luz misionera y ha editado un suplemento, en un total de 4 páginas, encartado en EL ECO.

Asimismo anima la jornada, llamando a la colaboración económica mediante las cuestaciones habituales en sobres y también de modo digital a través de las cuentas bancarias  ( en nuestra diócesis son estas dos: Banco Santander ES54 0075 0193 6007 0140 0061 e  IberCaja  ES47 2085  8092  0703 3003 1553), en un número de teléfono específico (915 902 780), en la página web www.domund.es, en el servicio de bizum en la app del banco del donante en el número 00500, además de donativos mediante tarjetas bancarias electrónicas.

El día del DOMUND conlleva colecta imperada, que en 2017 recaudó en nuestra diócesis casi 94.000 euros; en 2018, bajó diez mil euros; en 2019, se aproximó a los 90.000 euros (89.874,90 euros exactamente), en 2020, 81.714,55 euros; en 2021, 86.176,97 euros; en 2022, creció hasta 95.367,54 euros; y en 2023, volvió a descender, situándose en 83.465,83 euros. Ha de intensificarse, pues, la interpelación en orden siempre a una mayor generosidad con las misiones, que de seguir siendo una prioridad y un signo del interés por las misiones y de corresponsabilidad eclesial.

Nuestra diócesis cuenta con unas seis decenas de misioneros, de ellos ya tan solo 3 sacerdotes de nuestro presbiterio (Pedro Escribano en México; Jesús Hermosilla, en Venezuela; y Mariano Hermida, en Perú).

 

Publicado en Nueva Alcarria el 19 de octubre de 2024

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

El 20 de octubre el Papa canonizará a once mártires en Damasco, en 1860, de los cuales siete son frailes franciscanos españoles, otro austriaco y tres laicos sirios

 

 

 

 

El próximo domingo, día 20 de octubre, en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco canonizará a 14 beatos, entre ellos los llamados 11 mártires franciscanos y maronitas de Damasco (Siria), martirizados en 1860. Siete de estos once mártires son españoles.

También serán canonizados un sacerdote, misionero y fundador italiano (Giuseppe Allamano, 1851-1926, fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata), la religiosa y fundadora italiana Elena Guerra, 1835-1914, fundadora de la Congregación de las Oblatas del Espíritu Santo, y otra religiosa y también fundadora, en este caso canadiense, Marie-Léonie Paradis, 1840-1912, fundadora de las Pequeñas Hermanas de la Sagrada Familia.

 

 

Los mártires de Damasco

El 23 de mayo de 2024, el Santo Padre Francisco aprobó los votos favorables de la sesión ordinaria de los cardenales y obispos miembros del dicasterio vaticano para las Causas de los Santos, en orden a la canonización del beato Manuel Ruiz y de siete compañeros de la Orden de los Hermanos Menores (Franciscanos), así como de los tres hermanos beatos Francisco, Mooti y Rafael Massabki, fieles laicos maronitas, todos ellos los llamados Mártires de Damasco de 1860.

El acontecimiento de este martirio se sitúa en el contexto de la persecución contra los cristianos que tuvo lugar en la ciudad de Damasco, sobre todo el 9 de julio de 1860, y días siguientes, y que causó miles de víctimas (unas veinte mil entre los asesinados en Siria y en Líbano).

En la noche del 9 de julio de 1860, un comando de alborotadores, animados por un odio religioso profundamente arraigado, consiguió penetrar por una puerta oculta, indicada por un traidor, en el convento franciscano de San Pablo. Allí fueron bárbaramente masacrados ocho frailes menores -siete de nacionalidad española y uno de nacionalidad austriaca- y tres cristianos laicos maronitas, hermanos entre ellos. Fue claramente una muerte de mártires: de hecho, antes de infligir brutalmente los golpes mortales a las once víctimas, los atacantes les pidieron que renunciaran a la fe cristiana y abrazaran el islam, invitación que rechazaron con decisión.

 

Razones y contexto de la canonización

El resurgimiento de esta causa de canonización ha sido posible por la creciente reputación del martirio y el número cada vez mayor de signos atribuidos a la intercesión de los once mártires de Damasco, así como por la difusión de su culto. A ello se asoció la esperanza de que su canonización pudiera ser un mensaje de diálogo, paz y unidad en el contexto de Oriente Medio, cada vez menos sereno y más agitado por vientos de guerra.

Y en este sentido, elevaron al Papa la postulación de la canonización el Santo Sínodo de los Obispos Maronitas, los superiores mayores de los Franciscanos, su ministro general y custodio de Tierra Santa. Se añadía, el contexto de los distintos centenarios franciscanos, que culminarán en 2026 con el octavo centenario de la muerte de san Francisco de Asís.

Los custodios de los Santos Lugares de Tierra Santa son, desde hace casi ocho siglos, hijos de san Francisco de Asís, quien en 1219 había predicado el Evangelio al sultán de Egipto.  Y desde entonces, se han encargado de conservar y restaurar las basílicas cristianas, y cuidaron de los peregrinos y fieles residentes en los principales centros de Oriente Próximo. Desde el siglo XVI, se abrieron conventos y escuelas gratuitas en casi todas partes, sin excluir Damasco, capital de Siria, muy relacionada con el apóstol san Pablo.

 

Persecución a los cristianos

A lo largo de los siglos, los franciscanos de Tierra Santa han sufrido masacres, acosos y expulsiones, pero su amor por la tierra de Jesús nunca flaqueó. En julio de 1860 se enfrentaron, en Damasco, a una sangrienta persecución por parte de los musulmanes drusos, apoyados por las autoridades turcas locales. Unos años antes (1853-1855) Turquía y sus aliados franceses, ingleses y piamonteses habían librado una guerra en Crimea contra Rusia, porque esta potencia pretendía el dominio exclusivo de los Lugares Santos y el desmembramiento del Imperio Otomano.

Se puso fin a esta situación en el congreso y tratado de París (1856). En él se reconocía, por primera vez en la historia, a Turquía como potencia, con la misma personalidad jurídica que los estados cristianos. Como consecuencia, el sultán se vio obligado a reconocer la libertad de culto para cualquier comunidad religiosa residente en su imperio y admitir a todos los súbditos en cargos públicos, sin distinción de raza o culto.

Pero para los musulmanes, ese gesto significó un insulto al Corán, por lo que no se limitaron a protestar, sino que invitaron a todos sus correligionarios a reaccionar contra las políticas del sultán.  Y en las impenetrables montañas del Líbano, la obstinada aversión de los musulmanes drusos hacia los cristianos fue fraguándose en abierta y sangrienta persecución.  Y en comienzo del verano de 1860 hasta de las mismas mezquitas llegaban palabras incendiarias y grupos sospechosos de drusos y musulmanes recorrían las calles del barrio cristiano cantando: “¡Oh, qué dulce es, oh, qué dulce es masacrar a los cristianos!”.

Los acontecimientos y la furia persecutoria se desataron el 9 de julio cuando una turba enfurecida salió a las calles. El primer ataque relámpago tuvo como objetivo la residencia del Patriarcado griego no unido. Ningún rincón del barrio escapó a la devastación y al saqueo.

El superior de los franciscanos, Manuel Ruiz, no tuvo la preocupación de refugiarse en el palacio del emir, como habían hecho los demás religiosos, porque los muros del convento eran muy sólidos y las puertas de acceso a la iglesia y al claustro estaban protegidas por grandes láminas de hierro. De hecho, el intento de los insurgentes de forzar la entrada había fracasado.

Detrás del convento había una pequeña puerta en la que nadie había pensado. Fue denunciada a la plebe por un traidor judío, servidor de los franciscanos y beneficiado por ellos, y pasada la medianoche irrumpió gritando en el convento. Y allí, bárbaramente, se produjeron el asesinato y martirio de los ocho frailes franciscanos y de los tres fieles católicos maronitas.

Los cuerpos de los once mártires fueron colocados en un sótano del convento, de donde fueron retirados en 1861 para ser colocados en dos ataúdes y enterrados en una tumba abierta en el suelo de la iglesia. Los fieles no tardaron en venerarlos como mártires y obtener gracias y milagros en el contacto con sus reliquias.

 

Ocho mártires franciscanos y tres laicos maronitas

De los mártires de Damasco, siete son franciscanos frailes menores españoles: Manuel Ruiz, superior de la comunidad, nacido en San Martín de Ollas (Burgos) el 5 de mayo de 1804 (†56 años); Carmelo Bolta, nacido en Real de Gandía (Valencia) el 29 de mayo de 1803 (†57 años); Nicanor Ascanio, nacido en Villarejo de Salvanés (Madrid) en 1814 (†46 años); Pedro Soler, nacido en Lorca (Murcia) el 28 de abril de 1827 (†33 años); Nicolás Alberca, nacido en Aguilar de la Frontera (Córdoba) el 10 de septiembre de 1830 (†30 años); Francisco Pinazo, nacido en Alpuente (Valencia) el 24 de agosto de 1802 (†58 años) y Juan Jacobo Fernández, nacido en Carballeda de Cea (Orense) el 29 de julio de 1808 (†52 años).

También forman parte del grupo de estos mártires el austriaco Engelberto Kolland, nacido en Salzburgo el 21 de septiembre de 1827 (†33 años), asimismo franciscano; y los tres seglares maronitas, lo hermanos Massabki: Francisco, casado y padre de familia, comerciante; Abd-el-Mooti, también casado y padre de familia, profesor en el colegio francisano de Damasco; y Rafael, soltero y sacristán de la iglesia franciscana en Damasco.

Los mártires de Damasco fueron beatificados por el Papa Pío XI el 10de octubre de 1926, y su fiesta se fijó para el 10 de julio, día en cuya madrugada del año 1860 tuvo lugar su martirio. Las reliquias de estos mártires son veneradas en la iglesia dedicada a San Pablo de Damasco y servida por los Franciscanos.

 

Imagen oficial para la canonización

La imagen oficial (el tapiz que se descolgará de la fachada de la basílica vaticana) de la canonización, el 20 de octubre de 2024, de los mártires franciscanos y maronitas de Damasco es obra gráfica del ilustrador Andrea Pucci, a quien se debe, entre otras cosas, el gran ciclo iconográfico de los santos que decora el interior de la parroquia romana de los Santos Fabián y Venancio.

Los santos mártires de Damasco están representados como una fraternidad en torno a la eucaristía. Los santos hermanos Massabki vivieron una relación de familiaridad y estrecha colaboración con los religiosos, siendo Francisco procurador del convento, Mooti educador en la escuela de los muchachos, Rafael disponible para cualquier necesidad.

San Manuel Ruiz, superior del convento, con estola roja, sostiene la píxide con la sagrada comunión, que es el centro de la composición. Por las actas del martirio sabemos que la noche del 9 de julio de 1860, ante el mayor peligro, todos los que eran presentes en el convento – frailes y seglares – se reunieron en la iglesia para rezar, confesarse y comulgar y encontrar fuerzas en la eucaristía. Cuando los asesinos irrumpieron en el convento, el padre Manuel Ruiz se dirigió rápidamente al sagrario para consumir las especies eucarísticas restantes. Allí, a los pies del altar, cayó víctima del odio a la fe.

A la derecha de la composición, junto al superior su vicario, Carmelo Bolta, vicario de la comunidad, mostrando la cruz de Jerusalén identificativa de la Custodia de Tierra Santa; y, arrodillado, Pedro Soler, uno de los hermanos más jóvenes de la comunidad.

A la izquierda de la composición, los tres santos hermanos Massabki, Francisco, mostrando el escudo del Patriarcado Católico Maronita; Mooti con la palma, signo del martirio; y Rafael, el más joven de los tres, con las manos cruzadas como recuerdo de su amor a la oración.

Rodeando a las figuras del primer plano se encuentran todos los demás mártires franciscanos, a cada uno de los cuales se ha intentado atribuir un parecido lo más cercano posible a su fisonomía real.

Para el fondo de la composición se ha elegido el color del cielo, mientras que, en la parte inferior, tomada de antiguas fotografías del siglo XIX, se reproduce la ciudad de Damasco, lugar del martirio y comunidad sobre la que los santos mártires ejercen su especial protección.

 

Publicado en Nueva Alcarria el 11 de octubre de 2024

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