Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

El Sínodo de la Sinodalidad, en su segunda asamblea, las vísperas del Jubileo, ya comenzado, y el viaje papal más largo de estos casi 12 años

 

 

 

 

El Papa Francisco, que acaba de cumplir 88 años, se encuentra ya entre los cinco romanos pontífices de mayor edad al frente de la Iglesia. Su año de 2024 no ha mostrado novedades especiales en relación con su salud, que, a pesar de sus conocidos problemas y la avanzada edad, se puso a prueba a primeros de septiembre con un maratoniano viaje al sudeste de Asia y a Oceanía, prueba superada con nota por el Santo Padre.

Los trabajos en pro de una Iglesia sinodal, misionera y samaritana fueron uno de los ejes principales del año vaticano, que, además, ha mirado ya al Jubileo del año santo 2025, recién comenzado y cuyo lema es la frase «Peregrinos de la esperanza». Este año jubilar 2025 ha sido precedido por un año de preparación dedicado, por voluntad de Francisco, a la oración, al igual que, en el mismo itinerario jubilar, 2023 estuvo dedicado al Concilio Vaticano II. El año jubilar 2025 ha sido convocado por Francisco mediante la bula «Spes non confundit»La esperanza no defrauda») y conmemora el 2.025 aniversario de la encarnación y natividad de Nuestro Señor Jesucristo.

 

Cardenales y la paz

Francisco prosiguió con su muy amplia renovación de colegio cardenalicio.  Y así, el 7 de diciembre, creó 21 nuevos cardenales, ninguno de ellos español (ha sido la primera vez en los diez consistorios de Francisco que no ha habido cardenales españoles). En el momento de redactar estas líneas, hay 252 cardenales, de ellos 139 menores de 80 años. Nunca ha habido tantos.

Y, por supuesto, la causa de la paz, violentada y ensangrentada desde hace casi tres años en Ucrania, tras la invasión rusa, y desde el 7 de octubre de 2023 en Israel y Palestina, con la actual guerra en Gaza, ha sido para Francisco una constante fuente de ocupación (con gestiones diplomáticas constantes e incluso de muy alto nivel), preocupación, oración y llamadas continuas a la solidaridad con los más afectados por estos conflictos bélicos

 

 

La sinodalidad, camino de la Iglesia

Toda la Iglesia universal prosiguió en el camino sinodal trazado por Francisco. En el curso 2021-2022 fueron las fases diocesanas y nacionales. En el primer trimestre de 2023, se desarrollaron, en ocho lugares de todo el mundo, las fases continentales. Los trabajos sinodales de 2023 se coronaron con la primera fase de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que fue del 4 al 29 de octubre. Y en 2024, se siguió trabajando al respecto, con la segunda fase de la asamblea sinodal, entre los días 2 y 27 de octubre.

El lema que anima todo este caminar reza «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», con un añadido especial en 2024: «¿Cómo ser Iglesia sinodal en misión?». Esta doble asamblea sinodal de octubre de 2023 y de 2024, más todo el proceso previo y el posterior, está llamada a ser uno de los acontecimientos más importantes del pontificado en razón de su preparación, de la decisión de Francisco de dar voz y voto a mujeres y laicos y de la emergencia de los temas abordados.

Y es que, para Francisco, «la sinodalidad es el camino de la Iglesia del tercer milenio». Y en este caminar, que es proceso de dinamismo permanente, proseguimos. Y como prueba de este camino va en serio, Francisco decidió hacer suyas, dar por aprobadas, insertándolas en el magisterio pontificio ordinario, las conclusiones de la asamblea sinodal de octubre pasado.

 

 

 

Principales documentos papales en 2024

Con fecha 24 de octubre de 2024, y casi por sorpresa, llegó la cuarta carta encíclica de Francisco. «Dilexit nos» («Nos amó») es su título. Está dedicada al Corazón de Jesús, al sentido y potenciación de su culto y a las consecuencias prácticas de que él se han de derivar. Con este texto, entre otras cosas, Francisco reclama a nuestra humanidad mayor capacidad de ser y de vivir con corazón.

El 8 de abril se hizo pública la declaración «Dignitas infinita» del Dicasterio para la Doctrina de la Fe sobre la radical e inviolable dignidad humana. Esta declaración, un elogio y defensa en toda regla de toda vida humana, de toda la vida humana desde la concepción hasta su ocaso natural y de la vida de todos y de la calidad de vida de todos.

También Doctrina de la Fe emanó en 2024 dos destacados documentos sobre supuestas visiones, apariciones y fenómenos paranormales. Así, el 19 de mayo se publicaron unas normas de del citado dicasterio para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales. Y en esta línea, el 19 de septiembre, se hizo pública la nota del citado dicasterio titulada «La Reina de la Paz» sobre la experiencia espiritual vinculada a Medjugorje, mediante el cual se da luz a las peregrinaciones a este lugar y al valor de su experiencia espiritual y pastoral, a la par que se previene acerca de la literalidad excesiva de los relatos de estas presuntas apariciones marianas.

Por otro lado, el 20 de noviembre se divulgó un nuevo «Ordo Exsequiarum Romani Pontificis», mediante el cual se renueva el ritual de exequias de los romanos pontífices, aprobado por el Papa Juan Pablo II en 1998 y publicado en 2000. Entre las novedades introducidas están la constatación de la muerte no en la habitación sino en la capilla, la deposición inmediata dentro del ataúd, la exposición a los fieles sin el catafalco y la eliminación de los tradicionales tres féretros de ciprés, plomo y roble. Otra novedad es la introducción de las indicaciones necesarias para una posible inhumación en un lugar distinto de la basílica vaticana (el mismo Francisco ya ha expresado su deseo de ser enterrado, cuando corresponda, en la basílica de Santa María la Mayor de Roma).

Por último, en relación a los documentos de Francisco, he aquí cuatro cartas abiertas hechas públicas en 2024:  Carta a los párrocos del mundo en relación con la sinodalidad; Carta sobre el papel de la literatura en la formación; Carta sobre la renovación del estudio de la historia de la Iglesia; y Carta al pueblo de Dios que peregrina en Nicaragua, en el contexto de la actual persecución a los católicos en este país centroamericano.

 

 

 

Viajes apostólicos

Son ya 47 los viajes internacionales los realizados por Francisco en los cerca de 12 años al frente de la Iglesia. En 2025, fueron 3, si bien uno de los ellos, como ya se dijo al comienzo, fue maratoniano. Se trata del periplo que le llevó del 2 al 13 de septiembre a Indonesia, Papua Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. Los lemas respectivos fueron «Fe, Fraternidad, Compasión», «Rezar», «Que a vuestra fe siga vuestra cultura» y «Unidos en la esperanza». El viaje resultó un éxito.

No puede decirse lo mismo de la visita papal realizada del 26 al 29 de septiembre a Luxemburgo y a Bélgica. Sobre todo, la etapa belga resultó muy complicada, ante la tan creciente descristianización interna y externa de este país y de su Iglesia.

Por fin, el 15 de diciembre Francisco estuvo en Ajaccio, la capital de la isla francesa de Córcega, para clausurar, bajo el lema «Jesús pasó haciendo el bien», un encuentro de religiosidad popular en el Mediterráneo. Una bocanada de aire fresco y de esperanza supuso esta visita papal.

Dentro de Italia, el Santo Padre viajó a Venecia (28 de abril), a Verona (19 de mayo) y a Trieste (7 de julio). De cara a 2025, no hay ningún destino papal confirmado. Eso sí, dos deseos: Nicea, en el 1.700 del primer concilio ecuménico en esta ciudad turca, y Canarias, en medio de la actual crisis migratoria. Dos deseos, sí, que el tiempo confirmará o desmentirá.

 


31 nuevos santos, cinco beatos españoles

La laica consagrada argentina María Antonia de San José de Paz y Figueroa (Madre Antula) abrió el santoral de 2024.

Catorce canonizaciones llegaron en octubre: Manuel Ruiz López y siete compañeros franciscanos (OFM) mártires y Francis, Abdel Mohti y Raphaël Massabki, mártires también, en Siria, en el siglo XIX (siete frailes son españoles y el octavo es austriaco; y los tres laicos maronitas, hermanos entre sí, son sirios); Giuseppe Allamano (Italia); Marie-Léonie Paradis (Canadá); y Elena Guerra (Italia).

Además, Francisco extendió a la Iglesia universal el culto a la Beata Teresa de San Agustín (nacida: María Magdalena Claudia Lidoine) y 15 compañeras de la Orden de las Carmelitas Descalzas de Compiègne, mártires, asesinadas in odium Fidei el 17 de julio de 1794, en París (Francia), inscribiéndolas en el catálogo de los santos. Son las monjas carmelitas martirizadas en la revolución francesa y popularizadas por el escritor francés Georges Bernanos en su célebre «Diálogos de carmelitas».

En Bruselas, donde fundó un carmelo teresiano, Francisco beatificó a la carmelita descalza vallisoletana sor Ana de Jesús (1545-1621), discípula de santa Teresa de Jesús. Y Sevilla y Barcelona acogieron las respectivas beatificaciones del sacerdote canario del siglo XIX José Torres Padilla, fundador junto a santa Ángela de la Cruz, de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, y de Cayetano Clausellas Ballvé, sacerdote, y Antonio Tort i Reixachs, laico, mártires en 1936, los dos catalanes.

Asimismo, el Papa extendió a toda la Iglesia el culto a la venerable española sor Juana de la Cruz (Juana Vázquez Gutiérrez, 1481-1534), abadesa del monasterio de la Tercera Orden de San Francisco de Cubas de Madrid, inscribiéndola en el catálogo de los beatos.

 

Publicado en Nueva Alcarria el 10 de enero de 2025

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

«Que el Jubileo2025 nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana»

 

 

 

Abierto ya en toda la Iglesia católica el Año Jubilar del 2.025 aniversario de la encarnación y de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, las puertas del júbilo, de la gracia y de esperanza jubilares que no defraudan permanecerán abiertas hasta el domingo 28 de diciembre de 2025 en todos los templos y jubilares de toda Iglesia, excepto en la basílica romana de San Pedro, donde el jubileo no concluirá hasta el 6 de enero de 2026.

Y lo que son el jubileo, la puerta santa y la esperanza lo desgranamos ahora tenor de principales ideas señaladas al respecto por el Papa Francisco en las celebraciones de apertura del año santo.

 

 

Lo que es el jubileo

«Este es el Jubileo, este es el tiempo de la esperanza. Este nos invita a redescubrir la alegría del encuentro con el Señor, nos llama a la renovación espiritual y nos compromete en la transformación del mundo, para que este llegue a ser realmente un tiempo jubilar».

«El Jubileo se abre para que a todos les sea dada la esperanza, la esperanza del Evangelio, la esperanza del amor, la esperanza del perdón».

«Una de las acciones que caracterizan los Jubileos es la remisión de las deudas. Por tanto, animo a todos a sostener la campaña de Cáritas Internacional llamada “Transformar la deuda en esperanza”, para aliviar los países agobiados por deudas insostenibles y promover el desarrollo».

«La cuestión de la deuda está ligada a la de la paz y la del mercado negro de armamentos. ¡Basta de colonizar a los pueblos con las armas! Trabajemos por el desarme, trabajemos contra el hambre, contra las enfermedades, contra el trabajo infantil. ¡Y recemos, por favor, por la paz en el mundo entero! Paz en la atormentada Ucrania, en Gaza, Israel, Myanmar, Kivu del Norte y muchos otros países en guerra».

«Los jubileos son momentos preciosos para hacer balance de nuestras vidas, como individuos y como comunidad. Además, son ocasiones para la reflexión, el recogimiento y la escucha de lo que el Espíritu Santo nos dice hoy (cf. Apocalipsis 2,7)».

«Que el Jubileo sea la ocasión para perdonar las deudas, especialmente aquellas que gravan sobre los países más pobres. Cada uno de nosotros está llamado a perdonar las ofensas recibidas, porque el Hijo de Dios ha venido a curarnos y perdonarnos».

«El Jubileo 2025 será el Año Santo de la esperanza que no declina, la esperanza en Dios. Que nos ayude a recuperar la confianza en la Iglesia, en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en el respeto a la dignidad de las personas y a la creación».

 

Lo que es la puerta santa

«Con la apertura de la Puerta Santa damos inicio a un nuevo Jubileo. Cada uno de nosotros puede entrar en el misterio de este anuncio de gracia. En esta noche, la puerta de la esperanza se ha abierto de par en par al mundo; en esta noche, Dios dice a cada uno: ¡también hay esperanza para ti! Hay esperanza para cada uno de nosotros. Pero no os olvidéis, hermanas y hermanos, que Dios perdona todo, Dios perdona siempre. No se olvidéis de esto, que es un modo de entender la esperanza en el Señor».

«La “puerta santa” del corazón de Dios se abre para ti. Jesús, Dios con nosotros, nace para ti, para mí, para nosotros, para todo hombre y mujer. Y, ¿sabéis?, con Él florece la alegría, con Él la vida cambia, con Él la esperanza no defrauda».

«La puerta del corazón de Dios está siempre abierta, regresemos a Él. Volvamos al corazón que nos ama y nos perdona. Dejémonos perdonar por Él, dejémonos reconciliar con Él».

«Este es el significado de la Puerta Santa del Jubileo: representa a Jesús, Puerta de salvación abierta a todos. Jesús es la Puerta; es la Puerta que el Padre misericordioso ha abierto en medio del mundo, en medio de la historia, para que todos podamos volver a Él. Todos somos como ovejas perdidas y tenemos necesidad de un Pastor y de una Puerta para regresar a la casa del Padre. Jesús es el Pastor, Jesús es la Puerta».

«Hermanas y hermanos, no tengáis miedo. La Puerta está abierta, la puerta está abierta de par en par. No es necesario tocar a la puerta. Está abierta. Venid, dejémonos reconciliar con Dios, y entonces nos reconciliaremos con nosotros mismos y podremos reconciliarnos entre nosotros, incluso con nuestros enemigos... Venid, Jesús es la Puerta de la paz».

«Con frecuencia nos detenemos en el umbral; no tenemos el valor para atravesarlo, porque nos interpela. Entrar por la Puerta requiere el sacrificio de dar un paso adelante, de dejar atrás contiendas y divisiones, para abandonarnos en los brazos abiertos del Niño que es el Príncipe de la paz. Invito a todas las personas, a todos los pueblos y naciones a armarse de valor para cruzar la Puerta, a hacerse peregrinos de esperanza, a silenciar las armas y superar las divisiones».

«Los peregrinos que realizan un recorrido jubilar que conduce a la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Es un hermoso signo, un signo que expresa el sentido de nuestra vida: ir al encuentro de Jesús, que nos ama y nos abre su Corazón para hacernos entrar en su reino de amor, de alegría y de paz».

«Esta mañana (26 de diciembre) he abierto una Puerta Santa, después de la de San Pedro, en la cárcel romana de Rebibbia. Ha sido como, por así decirlo, “la catedral del dolor y de la esperanza”».

«Abrid las puertas del corazón. Cada uno sabe cómo hacerlo. Cada uno sabe dónde la puerta está cerrada o semicerrada. Os deseo un gran Jubileo2025».

 

 

Lo que es la esperanza cristiana

«Esta es nuestra esperanza. Dios es el Emanuel, el “Dios con nosotros”. El infinitamente grande se hizo pequeño; la luz divina brilló entre las tinieblas del mundo, la gloria del cielo se asomó a la tierra. ¿Cómo? En la pequeñez de un Niño. Y si Dios viene, aun cuando nuestro corazón se asemeja a un pobre pesebre, entonces podemos decir: la esperanza no ha muerto, la esperanza está viva, y envuelve nuestra vida para siempre. La esperanza no defrauda».

«Esta es la señal para recuperar la esperanza perdida: renovarla dentro de nosotros, sembrarla en las desolaciones de nuestro tiempo y de nuestro mundo rápidamente. ¡Y hay tantas desolaciones en nuestro tiempo! Pensemos a las guerras, a los niños ametrallados, a las bombas sobre las escuelas y sobre los hospitales. Disponerse rápidamente, sin aminorar el paso, dejándose atraer por la buena noticia».

«Y esta es nuestra tarea, traducir la esperanza en las distintas situaciones de la vida. Porque la esperanza cristiana no es un final feliz que hay que esperar pasivamente, no es el final feliz de una película; es la promesa del Señor que hemos de acoger aquí y ahora, en esta tierra que sufre y que gime».

 «Esta esperanza, por tanto, nos pide que no nos demoremos, que no nos dejemos llevar por la rutina, que no nos detengamos en la mediocridad y en la pereza; nos pide —diría san Agustín— que nos indignemos por las cosas que no están bien y que tengamos la valentía de cambiarlas; nos pide que nos hagamos peregrinos en busca de la verdad, soñadores incansables, mujeres y hombres que se dejan inquietar por el sueño de Dios; que es el sueño de un mundo nuevo, donde reinan la paz y la justicia».

«La esperanza que no tolera la indolencia del sedentario ni la pereza de quien se acomoda en su propio bienestar —y muchos de nosotros, tenemos el peligro de acomodarnos en nuestro propio bienestar—; la esperanza no admite la falsa prudencia de quien no se arriesga por miedo a comprometerse, ni el cálculo de quien sólo piensa en sí mismo; es incompatible con la vida tranquila de quien no alza la voz contra el mal ni contra las injusticias que se cometen sobre la piel de los más pobres».

«Al contrario, la esperanza cristiana, mientras nos invita a la paciente espera del Reino que germina y crece, exige de nosotros la audacia de anticipar hoy esta promesa, a través de nuestra responsabilidad, y no sólo, también a través de y nuestra compasión. Y aquí tal vez nos hará bien interrogarnos sobre nuestra compasión: ¿tengo compasión?, ¿sé padecer-con? Pensémoslo».

«La esperanza cristiana es precisamente ese “algo más” que nos impulsa a movernos “rápidamente”. A nosotros, discípulos del Señor, se nos pide, en efecto, que hallemos en Él nuestra mayor esperanza, para luego llevarla sin tardanza, como peregrinos de luz en las tinieblas del mundo».

«Todos nosotros tenemos el don y la tarea de llevar esperanza allí donde se ha perdido; allí donde la vida está herida, en las expectativas traicionadas, en los sueños rotos, en los fracasos que destrozan el corazón; en el cansancio de quien no puede más, en la soledad amarga de quien se siente derrotado, en el sufrimiento que devasta el alma; en los días largos y vacíos de los presos, en las habitaciones estrechas y frías de los pobres, en los lugares profanados por la guerra y la violencia. Llevar esperanza allí, sembrar esperanza allí».

  

 

Publicado en Nueva Alcarria el 3 de enero de 2025

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

 

Tú aseguras tu protección a quien en ti confía.

Tú indicas la forma de ser huésped en el banquete.

Tú enseñas la respuesta más eficaz:

“Hágase en mí según tu Palabra”.

 

Tú no especulas con tu relación materna,

ni fuerzas a tu Hijo a prestarte obsequio.

Quieres ser como Él, normal entre mortales,

discípula de su enseñanza, peregrina.

 

Mas tú eres el fruto enamorado de Dios,

el jardín secreto donde germina el Verbo.

La criatura recreada a la medida

de quien no cabe en cielo y tierra.

 

Eres profecía y acontecimiento,

doncella, virgen, mujer, madre,

esposa, hogar, entrañas compasivas,

creyente, amiga, medianera e intercesora.

 

Criatura exenta de pecado, hermosa,

belleza interior, capaz de fascinar al Creador,

Humilde, sencilla, nazarena, vecina

de tu pueblo, y de su linaje.

 

Quiero comenzar este tiempo de tu mano.

Te escojo por maestra y compañera.

Dime, aunque sea en voz baja,

la forma de recorrer el sendero.

 

Deseo seguir tras de tu Hijo,

con la premura del discípulo.

Revísteme la túnica que me haga digno

de sentarme a la mesa del banquete.

 

Y sin palabras, discreta, como siempre,

actúas entrañable, sin factura.

Solo sé que el camino es diferente

de avanzar a solas o de tu mano.

 

1 de enero, 2025

 

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

1 de enero, Jornada por la Paz: “Al entrar en una casa, saludadla con la paz; si la casa se lo merece, vuestra paz vendrá a ella” (Mt 10, 12-13). El lema benedictino es PAX – Paz. “Perdónanos nuestras ofensas. Concédenos tu paz”.

 

Día de bendición, de bien decir:

 

De bendecir a Dios: “Bendito sea Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos. Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo | para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor. Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos” (Ef 1, 3-5).

 

De bien decir: “Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis” (Rom 12, 14).

 

De saber callar: “Si alguien se cree religioso y no refrena su lengua, sino que se engaña a sí mismo, su religiosidad está vacía” (Sant 1, 26).

 

Año jubilar: “Declararéis santo el año cincuenta y promulgaréis por el país liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo: cada uno recobrará su propiedad y retornará a su familia. El año cincuenta será para vosotros año jubilar: no sembraréis, ni segaréis los rebrotes, ni vendimiaréis las cepas no cultivadas. Porque es el año jubilar, que será sagrado para vosotros. Comeréis lo que den vuestros campos por sí mismos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad” (Lev 24, 10-13).

 

Jubileo de la esperanza: “La tribulación produce paciencia, la paciencia, virtud probada, la virtud probada, esperanza, y la esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado” (Rom 5, 3-5).

 

Razón de la esperanza: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?, ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?; estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni ninguna otra criatura podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Rom 9, 35-39).

 

Año de comunión: 1700 aniversario del Concilio de Nicea, en el que se proclamó la identidad de Jesucristo Dios y hombre verdadero.

 

Día de comenzar de nuevo: “Así pues, ya comáis, ya bebáis o hagáis lo que hagáis, hacedlo todo para gloria de Dios. No deis motivo de escándalo ni a judíos, ni a griegos, ni a la Iglesia de Dios; como yo, que procuro contentar en todo a todos, no buscando mi propia ventaja, sino la de la mayoría, para que se salven” (1Cor 10, 31-33).

 

Solemnidad de la Madre de Dios: “Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Act 1, 14).

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Pasado mañana, domingo 29 de diciembre, comienza el Jubileo 2025 en las diócesis, en nuestro caso, a las 12 horas en la catedral y a las 19 horas en la concatedral

 

 

 

Inaugurado por el Papa Francisco a las 19 horas del martes 24 de diciembre, con la apertura de la puerta santa de la basílica vaticana de Roma, este domingo 29 de diciembre llega el turno del comienzo de las celebraciones jubilares en la diócesis de toda la Iglesia. Por disposición general del Santo Padre, las catedrales y las concatedrales son templos jubilares natos. En nuestro caso, la catedral de Sigüenza y la concatedral de Guadalajara.

A ellas, el obispo diocesano, a tenor de lo dispuesto por Francisco en la bula de convocatoria del jubileo, ha añadido, «como signo de esperanza», el Centro Diocesano de Acción Social y Caritativa «Casa Nazaret», de la Avenida de Venezuela, 9, de Guadalajara y sede de los servicios diocesanos de Migraciones (incluidos los servicios de Guada Acoge y de ACCEM), Misiones, Manos Unidas y Cáritas, incluidos el comedor social y el albergue de transeúntes de esta. Se da la circunstancia de que Casa Nazaret, creada en 1995, fue el “hito social” de nuestra diócesis con ocasión del Gran Jubileo del Año 2000.

 

 

Comienzo del Jubileo en nuestra diócesis

A las 11:30 horas de este domingo 29 de diciembre, la iglesia de Nuestra Señora de los Huertos de Sigüenza, donde quizás se ubicó en época visigótica la primera catedral diocesana, y actualmente sede del monasterio de las Hermanas Clarisas, acoge una celebración de la Palabra, tras la cual obispo, sacerdotes y fieles marchan procesionalmente hasta la catedral, donde, a las 12 horas, en San Pedro, se oficia la eucaristía de este primer día jubilar diocesano.

En Guadalajara, los actos comienzan también el domingo 29 de diciembre a las 18:30 horas. En este caso, el monasterio de las Carmelitas Descalzas acoge la celebración inicial, tras la cual y tras la marcha procesional, hay misa solemne, a las 19 horas, en la concatedral.  El obispo diocesano presidirá igualmente esta celebración.

No está prevista en las disposiciones papales al efecto una celebración similar para los otros lugares jubilares que no sean catedral y concatedral. Ello significa que en Centro Diocesano de Acción Social y Caritativa «Casa Nazaret comenzará su oferta de espacio jubilar desde el mismo 29 de diciembre y sin acto previo de apertura.

 

La celebración del comienzo jubilar diocesano

El libro litúrgico para las celebraciones del año jubilar 2025 establece cómo ha de ser la celebración de apertura en las diócesis de este año santo. Y las indicaciones del mismo son las que se seguirán las dos celebraciones de nuestra diócesis.

Así, los fieles estarán citados pasado mañana, domingo 29 de noviembre, a las 11:30 horas en la iglesia de la Clarisas de Sigüenza. La cita en la concatedral será a las 18:30 horas en la iglesia de las Carmelitas Descalzas. Una vez lleguen el obispo, los sacerdotes y demás ministros, comenzarán los actos con el cántico del himno jubilar «Llama viva para mi esperanza». Tras el saludo litúrgico inicial por parte del obispo, se entonarán unas letanías de alabanza y el mismo procederá leerá una monición introductoria, explicando el sentido de la celebración.

Una oración dará paso a la proclamación de un pasaje evangélico. Se trata del diálogo de Jesús con el apóstol santo Tomás, en el que el Señor se manifiesta como el camino, la verdad y la vida (Juan 14,6). El evangelio será proclamado por un diácono o por el rector del templo jubilar.

Tras una pausa meditativa de la Palabra de Dios, la superiora de comunidad monástica acogedora de la celebración leerá un párrafo de la bula del Papa Francisco mediante la cual quedó convocado y perfilado el año jubilar. «Spes non confundit» (en español, «La esperanza no defrauda»), frase de la carta del apóstol a los Romanos (Romanos 5, 5), es su título. Y de este modo, concluirá la celebración o estación previa.

Los participantes en el acto se trasladarán procesionalmente hasta la catedral o concatedral. En la puerta principal del templo, el obispo tomará y mostrará una cruz especialmente significativa, realizará una invocación, se accederá al templo y la celebración continuará con el rito de la conmemoración del bautismo mediante la bendición y aspersión con el agua bendita.

Seguirá el canto litúrgico del Gloria, la oración colecta de la misma, la litúrgica de la Palabra y ya el resto normal de las partes de la misa. La celebración eucarística será la propia de la festividad del día, domingo dentro de la octava de Navidad, domingo de la Sagrada Familia. Las vestiduras de los celebrantes serán blancas.

 

«Iter Spei» en la catedral diocesana

Como singularidad y junto a las celebraciones litúrgicas que los grupos de peregrinos soliciten, la catedral de Sigüenza ofrecerá durante todo este año un itinerario jubilar especial. Así se hizo ya en los años jubilares de 2015-2016 (Año de la Misericordia) y de 2018-2019 (Año Jubilar del 850 aniversario de la consagración de la catedral de Sigüenza). Entonces estos itinerarios fueron denominados, respectivamente, «Iter Misericordiae» e «Iter Iubilaris».

Este año se denominará «Iter Spei» («Itinerario de la Esperanza»). Constará de tres estaciones o paradas en tres lugares de la catedral, más los espacios de acogida (atrio de la catedral) y de despedida de los peregrinos (puerta oeste interior de la catedral). 

Las tres estaciones serán estas: en el trascoro, ante el altar de la Virgen de la Mayor, en el centro de la girola ante el altar de la Virgen del Rosario y ante el retablo de la capilla mayor con mirada especial a la tabla dedicada a la Asunción de maría, patrona de la catedral y de la diócesis. Se centrará, pues, en María, madre, modelo, maestra, fuente e intercesora de esperanza. O, como ha escrito el Papa y ha reproducido nuestro obispo, «la esperanza encuentra en la Madre de Dios su testimonio más alto. En ella vemos que la esperanza no es un fútil optimismo, sino un don de gracia en el realismo de la vida».

 

Carta del obispo diocesano ante este comienzo jubilar

A continuación, espigamos algunas frases escritas por el obispo diocesano. Monseñor Julián Ruiz Martorell, ante este comienzo del año jubilar 2025 en nuestra diócesis.

«El Año 2025 será para toda la Iglesia una intensa experiencia de gracia y de esperanza. La Puerta Santa se abrirá una vez más para, como afirma el Papa, “ofrecer la experiencia viva del amor de Dios que suscita en el corazón la esperanza cierta de la salvación en Cristo».

«El Año Jubilar es una oportunidad que no debemos desaprovechar ni minusvalorar. Todos estamos llamados a vivir con pasión el «Año Santo caracterizado por la esperanza que no declina, la esperanza en Dios».

«El Papa nos invita a redescubrir los signos de los tiempos, y afirma: “Es necesario poner atención a todo lo bueno que hay en el mundo para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia. En este sentido, los signos de los tiempos, que contienen en sí el anhelo del corazón humano, necesitado de la presencia salvífica de Dios, requieren ser transformados en signos de esperanza”».

«Invito a los sacerdotes a propiciar espacios y tiempos para el sacramento de la Reconciliación. El Papa escribe: “Las iglesias jubilar (…) podrán ser oasis de espiritualidad en los cuales revitalizar el camino de la fe y beber de los manantiales de la esperanza, sobre todo acercándose al sacramento de la Reconciliación, punto de partida insustituible para un verdadero camino de conversión. Que en las Iglesias particulares se cuide de modo especial la preparación de los sacerdotes y de los fieles para las confesiones y el acceso al sacramento en su forma individual».

 


 

Expectativas del Papa Francisco para el Jubileo 2025

Los números a los que aluden los distintos párrafos corresponden a la bula «Spes non confundit» («La esperanza no defrauda») de convocatoria del Jubileo.    

«Que el primer signo de esperanza se traduzca en la paz para el mundo» (nº 8). Se necesita una «alianza social para la esperanza» (nº 9) que supere la «pérdida del deseo de transmitir la vida» (ibíd.) y la «preocupante disminución de la natalidad» (ibíd.).

«Estamos llamados a ser signos de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria» (nº 10), entre los que menciona a los presos y propone «la abolición de la pena de muerte» (ibíd.).

«Que se ofrezcan signos de esperanza a los enfermos» (nº 11), y también a los jóvenes (nº 12), los migrantes, exiliados, desplazados y refugiados (nº 13), los ancianos (nº 14) y los pobres (nº 15). El Jubileo nos recuerda «que los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos” (nº 16).

El Papa propone «condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas» (nº 16), conmemorar los «1.700 años de la celebración del primer Concilio ecuménico de Nicea» (nº 17) y «realizar un paso decisivo hacia la unidad en torno a la fecha común para la Pascua» (ibíd.).

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 27 de diciembre de 2024

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