V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Camino Teresiano

   

Por Miguel Torres

Consiliario Diocesano de Apostolado Seglar

 

Vivimos derramados y derramándonos hacia lo exterior, de puertas hacia fuera, ajenos a nosotros mismos. “No me da la vida”, “No tengo tiempo”...son frases cotidianas que van creando una “Cultura de lo que se nos escapa sin disfrutarlo”. En el V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia, lo que nos enseña es el camino hacia la interioridad, hacia lo profundo de nuestro ser, donde en el más profundo centro, nos encontramos habitados, llenos de Dios.
 
En las moradas, 1,1,6, Teresa nos dice: “ Hay almas tan enfermas y mostradas a estarse en cosas exteriores, que no hay remedio ni parece que pueden entrar dentro de sí”. El sistema social que nos rodea es de tal manera complicado y funciona de una forma tan impersonal, que todos corremos el riesgo de ir perdiendo poco a poco nuestra identidad. “ Una persona no tiene que hacer muchas cosas...una persona ha de ser una persona, Esta es la base de la paz”. Nos dirá Thich Nahat Hanh.
 
Ese camino hacia el interior de nosotros mismos, en el castillo habitado por Dios, es la Buena Noticia que en este año Teresiano podemos gritar al mundo. Pues como dice Teresa: “No es pequeña lástima y confusión, que por nuestra culpa, no entendamos a nosotros mismos, ni sepamos quien somos”. Moradas 1,1,2. Teresa nos enseña a relacionarnos con nosotros mismos de otra manera, nos habla de la mejor terapia de autoestima que es darnos cuenta de “la hermosura y dignidad de nuestras almas”, de que el ser humano es “como un castillo todo de diamante o de muy claro cristal”. Moradas 1,1,1, y así cuando entramos en nosotros mismos, nos damos cuenta de que somos una presencia habitada, y que somos imagen de la imagen de Dios.
 
Vivir la vida exprimiéndola, pues como somos imagen de Dios, esa vida está dentro de nosotros mismos, y desde ahí, podemos mirarla, agradecerla, crearla en todas sus potencialidades y desde ahí devolver a Dios y a los demás la energía del amor más hondo.
 
En este V Centenario del Nacimiento de la Santa de la Relación, de la Santa de la Amistad con Cristo, y de la Santa de la interioridad, tenemos esta Buena Noticia a gritar al mundo: “Sólo el amor es el que da valor a todas las cosas”. Teresa de Jesús

Introducción a la Kalenda

   

Por Alejo Navarro

Delegación de Liturgia

 

La Iglesia, a lo largo del año litúrgico, hace dos anuncios solemnes: el anuncio de la Resurrección del Señor, en la Vigilia Pascual, por medio del Pregón Pascual  y el anuncio del Nacimiento del Señor, en la Misa de medianoche, en la Nochebuena, por medio de la Kalenda, que ahora escucharemos.

La Kalenda es un antiguo y venerable himno en el que se van repasando los grandes acontecimientos de la humanidad y poniéndolos todos en relación con el Nacimiento de Cristo. Respetamos la redacción original del himno, aunque el cómputo de años se pueda hacer hoy con más exactitud que la que figura en el texto latino.

 

Año de Nacimiento del Señor

Pasados muchos siglos

desde que Dios creara el cielo y la tierra

e hiciera al hombre a su imagen.

Y pasados muchos siglos desde que terminó el diluvio

y el Altísimo hizo resplandecer en las nubes el arco iris

como signo de alianza y de paz.

Veintiún siglos después del nacimiento

de nuestro padre Abraham.

Trece siglos después

de la salida de Israel de Egipto bajo la guía de Moisés.

Unos mil años después

de la unción de David como rey de Israel,

en la semana sexagésima quinta

según la profecía de Daniel;

en la Olimpíada centésima nonagésima cuarta;

en el año setecientos cincuenta y dos

de la fundación de Roma;

en el año cuadragésimo segundo

del imperio de Octavio Augusto,

cuando todo el orbe estaba en paz;

en la sexta época del mundo,

JESUCRISTO,

ETERNO DIOS E HIJO DEL ETERNO PADRE,

QUERIENDO CONSAGRAR EL MUNDO

CON SU PIADOSÍSIMA VENIDA,

CONCEBIDO POR OBRA DEL ESPÍRITU SANTO,

Y PASADOS NUEVE MESES

DESDE SU CONCEPCIÓN,

NACE DE LA VIRGEN MARÍA

EN BELÉN DE JUDÁ, HECHO HOMBRE.

Natividad de Nuestro Señor Jesucristo

según la naturaleza humana

 

 

       MISA DE NOCHEBUENA

  

A. Oficio de Lecturas

B. Kalenda

  

  1. Introducción por el presidente de la celebración
  2. Canto del texto latino
  3. Lectura de la traducción castellana.

 

C. Canto del Gloria (Misa 1ª de Palazón)

D. Oración colecta.

E. Liturgia de la Palabra

   

  • Canto del salmo responsorial
  • Canto del Aleluya.

 

F. Liturgia Eucarística

   

  • Ofertorio: Música de órgano
  • Santo (Misa 1ª de Palazón)
  • Cordero de Dios (Misa 1ª de Palazón)
  • Comunión: Te diré mi Amor, rey mío.

 

 G. Adoración del Niño.

 

  • Adeste, fideles.

Testimonio de la Delegación de Vocaciones

   

Por José Benito

Sacerdote

 

Los días 27 de mes un miembro de la delegación de vocaciones (compuesta por sacerdotes, laicos, matrimonios y religiosos) va a compartirnos cómo ha nacido y crecido su vocación.

Hoy el turno es mío. Me llamo José Benito y soy sacerdote. Soy natural de Yebra (buena gente...). Soy el tercero de una familia de cuatro hermanos. Me gusta el fútbol, el cine de humor, leer, charlar con mis amigos... Y en medio de todo esto, disfruto cada día del amor de Dios que va llenando cada vez más mi vida.

Reconozco que, desde que yo era pequeño, Dios ha vivido en mi casa como uno más. Mis padres me ayudaron a tener fe y a ir estableciendo con Dios una relación de amistad. Como impresión de aquellos años me queda la cercanía de Dios en las situaciones dolorosas y con las personas que más lo necesitaban.

Cuando comencé a hacerme las primeras preguntas sobre el sentido de mi vida Dios puso en mí un anhelo muy grande, el de alcanzar una vida plena. Fui comprendiendo que el modo de vivir "totalmente lleno" era poniendo toda mi persona al servicio de los demás. Me enrolé en algunos voluntariados y proyectos sociales, que me hacían sentir muy bien, pero no daban total sentido a mi vida. Aún faltaba algo.

Poco a poco fue descubriendo que Jesús me invitaba a compartir con él su misión. Que mi vida, si yo quería, iba a estar enlazada a la suya, siendo sacerdote. Me resultó difícil contestarle, finalmente le dije que sí, y sentí una gran liberación.

Con 23 años me costó dejar la vida que llevaba hasta ese momento, pero se compensó con la buena acogida de mis compañeros de Seminario. En esos años aprendí a conocer y a querer más a Dios, mediante los estudios de filosofía y teología y, especialmente, en la oración.

Después de 7 años de formación fui ordenado en la Iglesia parroquial de Yebra. Ese día fui más consciente de que mi vida era totalmente para Dios, y para los demás.

Hoy, a pesar de mis debilidades, siento que Dios actúa por medio de mí en muchas ocasiones para ayudar a muchas personas. Disfruto mucho, y siento que cumplo la voluntad de Dios, llevando a Dios a los demás, orando y enseñando a orar, cuando celebro los sacramentos, en las convivencias con jóvenes, en el acompañamiento espiritual a algunas personas. Me apasiona compartir y explicar mi fe, especialmente a las personas que "se creen" que Dios está lejos de ellas...

Y últimamente, en la delegación de vocaciones y en el equipo de formadores del Seminario, siento la llamada a ser instrumento de Dios para que otros puedan escuchar la voz del Señor, que sigue llamando, y puedan responder con generosidad. A este respecto, os pido que cada día que recéis por las vocaciones, para que nadie se pierda el sentirse llamado y amado por Dios.

Me despido de vosotros recordando el lema del Seminario del año pasado: "Jesús te promete una vida apasionante". Yo puedo decir, a día de hoy, que la mía lo está siendo.

La discapacidad auditiva

   

Por Odette Almeida

Delegación Pastoral del Sordo

 

El próximo 3 de diciembre celebramos el Día Mundial de la Discapacidad. Entre las distintas discapacidades está la discapacidad auditiva. Me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca de ella.

En el mundo hay 278 millones de personas con déficit auditivo, de estas  59 millones padecen sordera total. El 80% de las personas sordas viven las regiones más pobres del planeta.

En la Iglesia Católica se calcula que hay 1.300.000 de personas sordas, que la mayoría de las veces encuentran dificultades para participar plenamente en la vida eclesial. Por ello, la Iglesia cada vez es más consciente que este colectivo merece una atención especial. En este colectivo su mayor dificultad es el aislamiento y hay que buscar unos cauces de comunicación de tú a tú para llegar a ellos. Lo que más necesitan es crear cauces de comunicación donde se sientan participantes, porque muchas veces se quedan al margen. Los oyentes prescindimos o no nos  damos cuenta de sus dificultades de comunicación. El gran problema es que siendo la discapacidad que menos se ve, es quizás la que más afecta a la persona. Su discapacidad no llama la  atención externamente, no crea ninguna compasión, que ellos no quieren, pero crea incomprensión y esto dificulta mucho la comunicación, la relación, el contacto con su entorno, porque es una discapacidad que aísla mucho más que otras.

La Pastoral del Sordo tiene como objetivo ayudar a las personas sordas a descubrir a Jesús y a cultivar su fe. Hacer llegar el Evangelio a estas personas a través de la acogida; es decir,  que todo lo que podrían encontrar en una parroquia para los oyentes puedan encontrarlo adaptado a sus necesidades, tanto la preparación y celebración de los sacramentos, como un consejo o ayuda personal.

Información

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Móvil. 620081816
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