Por Luciano Matilla y Esperanza Torres

(Delegación Pastoral de Familia y Vida)

 

 

Ya está a disposición de las diversas conferencias episcopales del mundo la LINEAMENTA, que no es otra cosa que el documento emitido por el Sínodo extraordinario de los Obispos sobre la familia, y que servirá  para la preparación de la XIV asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se desarrollara el próximo mes de Octubre de 2015.

En el citado documento, después de un prefacio, se incluye la Relatio Synodi de la III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos, sobre "Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización", celebrada en octubre de 2014.

Posteriormente se incluye un apartado con 46 preguntas para conocer la acogida de la Relatio Synodi y para "estimular la profundización del trabajo iniciado en el curso de la Asamblea Extraordinaria".

En cada país serán las Conferencias Episcopales las que elegirán las modalidades adecuadas para esta finalidad, "implicando a todos los componentes de las iglesias particulares e instituciones académicas, organizaciones, agrupaciones laicas y otras instancias eclesiales".

La primera pregunta es genérica y va encaminada a conocer si la realidad que presenta la iglesia sobre la familia se ajusta a la situación actual y qué aspectos no se han contemplado.

A continuación, se van desgranando una serie de cuestiones que van encaminadas a conocer si la pastoral familiar está siendo sentida como próxima por la familia cristiana, y si la realidad presente y futura del modelo familiar cristiano es conocida por la iglesia.

Este documento servirá de base de trabajo para la preparación y posterior desarrollo del futuro sínodo ordinario de los obispos.

Los cristianos debemos acercarnos a la lineamenta para conocerla y participar activamente.

No debemos dejar pasar esta oportunidad de formar parte del crecimiento de la pastoral familiar y su implantación en el mundo.

No debemos pensar que está destinado a expertos, todo lo contrario, todos somos importantes en esta construcción, como cualquier ladrillo de un edificio, a pesar de la humildad del ladrillo sin su participación, el edificio no sería posible.

Además, debemos unirnos en la oración con la Iglesia Universal para que el Espíritu ilumine a todos para llevar a buen puerto esta iniciativa del Papa Francisco.

Por Jesús Francisco Andrés

(Delegación de Pastoral de la Salud)

 

 

Como cada mes de febrero nos encontramos ante la Jornada Mundial del Enfermo que celebramos el día 11 -festividad de la Virgen de Lourdes-.

 

Este año, el Papa Francisco nos ofrece un mensaje cargado de sensibilidad y al tiempo nos ofrece unas pautas de lo que supone el servir a los enfermos y nos ayuda a descubrir cómo realizamos esta tarea que tenemos enconmendada.

 

El Papa toma un pequeño texto del libro de Job “Era yo los ojos del ciego y del cojo los pies” -Job 29,15- y nos invita a meditarlo desde la sabiduría del corazón.

 

  • Sabiduría del corazón es servir al hermano. Muchos lo hacen desde el silencio en las casas, residencias, hospitales... sin hacer ruído. Servir sin prisas y por el tiempo que haga falta -sin cuentagotas-.

 

  • Sabiduría del corazón es estar con el hermano que sufre sabiendo que el tiempo que se pasa con él es un tiempo santo.

 

  • Sabiduría del corazón es salir de sí hacia el hermano. A veces se nos olvida que estar con el enfermo es estar con el Señor (Mt. 25, 40), y mira que hemos leído y escuchado veces este texto evangélico.

 

  • Sabiduría del corazón es ser solidarios con el hermano sin juzgarlo, es estar con él, aunque sea en silencio porque el silencio también sana.

 

Desde estas letras os quiero desear a todos los que tengáis algún enfermo en la familia que el Señor les conceda la salud y a todos vosotros la fortaleza necesaria para acompañarles como se merecen sin olvidar que el rostro dolorido de Cristo lo tenéis delante de vosotros.

Por Sandra Pajares

(Maestra)

 

Cada vez que escucho una canción me gustaría inventar una nueva palabra que definiera la música, una sola palabra que resumiera lo que ella despierta en mí, o el nombre de un nuevo color que determine lo que me hace sentir. Quizá sea imposible expresar con palabras lo que es la música y lo que representa en nuestras vidas. Se defina como se defina, la música nos lleva, nos trae, nos acerca, nos distingue, nos identifica…

La música, unas veces es terapia, otras antídoto y en ocasiones calmante. Es estímulo para bebés y niños, confidente para jóvenes y adolescente y buena compañera de camino para los adultos.

Muchos artistas y cantantes han dedicado canciones o pequeñas obras a la música y la han llegado a comparar, puede ser que en un intento de explicarla, de definirla, con mujeres, con divinidades o con las mejores sensaciones o sentimientos, hasta con la misma palabra “Amor”. Es posible que ellos sean conscientes del poder de la música para hacer tales comparaciones.

Ese poder que posee, es capaz de ponernos la carne de gallina cuando oímos ciertas melodías, de hacernos llorar y de hacernos sonreír. La música nos transporta a lugares sin movernos y nos sitúa cerca de personas que no podemos tener al lado. ¿Cómo es posible que al oír  una canción me pueda acordar de ti, de aquel día, y que pueda tener hasta la misma sensación que me inundaba mientras miraba al sol? ¿Y por qué cuando suena otra canción puedo sentir un olor ficticio en mi nariz o un calor intenso en mis manos?

La siento como mi segunda piel, me acompaña siempre, esté donde esté y haga lo que haga. Vive conmigo y me ayuda a vivir con mayor intensidad los buenos momentos, y casi siempre consigue hacerme olvidar los malos. Me acompaña al caminar y me enseña a rezar.

Me gusta ver las misas llenas de sonidos, misas alegres donde la gente participa cantando. Las canciones nos hablan del Evangelio, nos cuentan los pasos que Jesús dio, nos ayudar a tomar ejemplo y a aprender a confiar y a vivir con Fe. Desde aquí el más  sincero agradecimiento a los jóvenes y niños que “nos enseñan” a los mayores que cantar es rezar dos veces. Son sus voces en los coros parroquiales los que alegran el corazón de la comunidad y nos ayudan a entender mejor la misa de cada domingo.

Cada día le agradezco a Dios tener la posibilidad de escuchar la música, de sentirla, de vivirla, de enseñarla, de transmitirla y de disfrutarla.

Granitos de mostaza

En febrero

 

Por Álvaro Ruiz Langa

(Delegado diocesano de MCS)

 

 

 

En febrero llega, por fin. Dar con los granitos de mostaza ha resultado más laborioso de lo previsible. Todo tiene su hora; todo tiene su ritmo. Sale en las vísperas de celebrar el Día mundial de la Radio, que es el 13 de febrero por designación de la UNESCO en respuesta a una iniciativa española. Radio, medios escritos, red de redes y otros canales, con sus teclados y pantallas, plumas y bolígrafos, micrófonos y cascos... Herramientas para la comunicación. Y aquí, en el cuaderno de bitácora de este navío diocesano, las hojitas de “Granitos de mostaza”. Opinión personal. De entrada, una visera para la sección y dos beatos como abogados.

Granitos de mostaza. Como las aves, el título cruzó los aires de la imaginación un día. Y como ave empeñada revoló más veces. Así que el cazador terminó ganando presa: “granitos de mostaza”. El nombre, como todos, tiene su gracia y razón. Los granos de mostaza evangélicos enseñan que el reino de Dios tiene reglas muy particulares. De la pequeñez de la semilla se desarrollará el árbol de varios metros; gracias a la savia del Espíritu de Dios. Estas colaboraciones y este portal, lo mismo que tantas iniciativas evangelizadoras, son pequeñas. Con el tiempo y la bendición crecerán lo que Dios quiera. Por otra parte, lo de la mostaza ayuda a medir las obras humanas según la escala de los condimentos. El nutriente esencial viene de otra parte, igual que el maná en la travesía del desierto. Sobre el matiz, no hay que sospechar sólo del picante. Siendo tal la base de la mostaza, se distinguen tres intensidades decrecientes. La tercera, la más común, hasta se combina con la miel en casos. A su vez, el diminutivo perfila la columna.

Beato Lolo. La entrega inicial ve la luz en las vísperas del Día del Enfermo. La vecindad de fechas y de oficio despierta en la mente el recuerdo de “Lolo”, Manuel Lozano Garrido,  cristiano de Linares que vivió 28 años de enfermedad en proceso degenerativo. Hombre de Acción Católica, escritor vocacional, comunicador convencido, desplegó a lo largo de los 51 años de su vida una ejemplar actividad, aunque tuviera que escribir con mil reducciones o al dictado. Se van a cumplir cinco años de su proclamación como beato. El 3 de noviembre, su fiesta, fue cuando la página diocesana renovada abrió puertas. Bien parece poner estas líneas bajo tal patronazgo. Por eso mismo, de las muchas cuartillas escritas por Manuel Lozano Garrido, entre artículos periodísticos, novelas, cuentos, poesías, he aquí un testimonio de combate en la enfermedad. El 23 de febrero de 1967, cuatro años antes de fallecer, escribe en su diario: “Cáncer, cáncer, cáncer” me digo... Bueno ¿Y qué del cáncer? ¿Es que se come a los niños crudos? Mala enfermedad como todas, pero impotente ante un espíritu, si este se lo propone”.

Beato Álvaro de Córdoba. También acontece en estos días la memoria litúrgica de otro beato familiar. Muchos calendarios avisan que la fiesta de Álvaro de Córdoba es el día 19. ¡Cómo no advertirlo! Tanto más, si cabe, al estar iniciando el camino cuaresmal, que tiene en la práctica del vía crucis una de sus insignias distintivas. Y tal devoción llegó a la piedad popular europea de mano del religioso Álvaro de Córdoba hace seiscientos años. A la vuelta de Tierra Santa, el piadoso dominico levantó, en las cercanías de Córdoba, catorce ermitas con las respectivas cruces, recorrido que hoy se sigue con señalada devoción en la capital cordobesa. Era el primer vía crucis de Occidente. Quienes abren caminos de tal seguimiento siempre merecen atención. Quede constancia.

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