Por Alfonso Olmos

(Director de la Oficina de Información)

 

 

Esta mujer está de moda. Amiga íntima del Señor y testigo privilegiado de la Resurrección. María Magdalena ha sido protagonista de novelas de intriga y de relatos fantasiosos. De ella se ha hablado mucho, más apócrifamente que de forma auténtica y veraz. El caso es que es un personaje tan singular como importante para la vida de la Iglesia. 

Su figura está de actualidad porque el pasado día 3 de junio, el papa Francisco firmó un decreto por el cual se variaba la relevancia litúrgica de la conmemoración anual de esta santa. Pocos días después la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicaba el citado decreto por el que el pontífice “ha establecido que la celebración de Santa María Magdalena, de ahora en adelante, sea inscrita en el Calendario Romano General con el grado de fiesta en vez de memoria, como hasta ahora”. 

Los argumentos han sido que “la Iglesia, tanto en Occidente como en Oriente, ha tenido siempre en gran consideración a Santa María Magdalena, la primera testigo y evangelista de la resurrección del Señor, y la ha celebrado de diversos modos”, y que, además, “en la actualidad, cuando la Iglesia es llamada a reflexionar más profundamente sobre la dignidad de la mujer, la nueva Evangelización y la grandeza del misterio de la misericordia divina, ha parecido bien que el ejemplo de Santa María Magdalena fuera propuesto también a los fieles de un modo más adecuado”. 

El papa ha apostado por destacar, y reconocer especialmente, la personalidad de una mujer que aparece citada en la Biblia como signo de persona arrepentida (de la que Jesús había expulsado siete demonios), fiel seguidora del Señor hasta el Calvario, demostrando así su amor incondicional por Cristo, y testigo de su Resurrección, con la que Maestro entabla conversación la mañana de Pascua. 

La fiesta de Santa María Magdalena seguirá celebrándose el 22 de julio, usándose los mismos textos que hasta ahora, excepto el prefacio propio que se traducirá en los distintos idiomas del original en latín. Además “donde Santa María Magdalena, según el derecho particular, es legítimamente celebrada en un día y con un grado diverso, también en el futuro se celebrará en el mismo día y con el mismo grado”. 

En nuestra diócesis de Sigüenza-Guadalajara, Santa María Magdalena es titular de dieciséis parroquias y patrona de varios pueblos que la honran en el día de su fiesta, o trasladada a otro días para facilitar la participación de los fieles.

Sublime testimonio de perdón de un sacerdote Copto-católico de Egipto

 

Por Juan José Plaza

(Delegación de Misiones)

 

 

Muchas cosas nos vino a enseñar Jesucristo, el Hijo de Dios, a los hombres. Pero estoy seguro de que la que más nos cuesta aprender a sus discípulos  es el perdonar.

Tanto insistía el Señor en que sus seguidores tenían que perdonar, que Pedro le pregunta: “¿Y hasta cuantas veces tengo que perdonar a mi hermano, si me ofende? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: No digo yo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” (Mat. 18,21).

Y en la suprema cátedra de la Cruz, antes de morir, nos dio  Jesús su última lección sobre el perdón, pidiendo al Padre perdonara a sus verdugos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” ( Luc. 23,34).

Esta lección de perdón dio sus frutos de conversión en el buen ladrón y en el centurión, que estaba al pie de la Cruz, pues cuando Cristo expiró exclamó: “Este era verdaderamente Hijo de Dios” (Mat. 27,54). La Misericordia, el perdón verdaderamente  revela a Dios, lo que es en sí mismo, su  presencia.

El perdón fue uno de los distintivos de los primeros cristianos. Los paganos no comprendían cómo podían perdonar a los que les hacían mal. Sobre todo, cuando eran llevados al martirio.

A veces nos viene a la cabeza esta pregunta: ¿Quedan aún hombres que vivan esta obra de misericordia, al nivel de los primeros cristianos? Pues sí. Ahí están nuestros hermanos cristianos perseguidos de Siria, del Irak, Egipto…

Los días 6,7 y 8 de Junio tuvimos la Asamblea nacional de delegados de misiones y directores de las OMP en el Escorial. El tema que centró nuestra reflexión  fue: “Los misioneros en tierra de conflicto”. En el programa de las asambleas siempre existen testimonios respecto al tema tratado.

¡Que Dios sea bendito y alabado! Nunca jamás he oído un testimonio tan sublime de perdón como le escuché en nuestra asamblea al Padre Atef Tawadrous, sacerdote copto-católico de Egipto.

Y no era solamente sublime lo que decía, sino cómo lo decía: la piedad, la unción espiritual, la humildad, etc., que inundaban sus palabras. Se percibía que todas sus expresiones estaban ungidas por el Espíritu Santo.

Atef vivía en un pueblo. Su padre era el encargado de traer al sacerdote todos los meses para que dijese la misa a la comunidad cristiana. Fue amenazado de muerte por ese motivo. Pero él  dijo que seguiría trayéndole, aunque le costara la vida, como efectivamente ocurrió. Una noche llegaron los musulmanes a su casa y delante de su mujer y de sus cuatro hijos le mataron a puñaladas. Antes de morir dijo a sus hijos: “No renunciéis nunca a nuestra fe”. Él era el hijo menor, tenía en aquel momento 8 años.

La madre,  con sus cuatro  hijos, se trasladaron a vivir a otro lugar. Atef entró seminario. El día de su ordenación, en el besamanos se presentó delante de él un señor y le dijo: “Vengo a que me mates”.  Atef le contestó: ¿Qué dices? Y le respondió el señor que tenía delante: “Yo fui el que maté a tu padre y estoy atormentado desde ese día”, (según sus costumbres es el hijo menor el que tiene que vengar la muerte del padre) A Atef se les saltaron las lágrimas y también al Patriarca, que le había ordenado y estaba presente. Pero inmediatamente le dijo: “Yo te perdono”, pero vete no sea que alguien de mi familia se entere y  pueda hacerte daño.

Algún tiempo después se presentó el asesino de su padre en la parroquia donde servía y le dijo: “Yo quiero ser cristiano y también mi familia”.(Esto nos revela que le evangelización y la conversión de los hombres a Dios no es cuestión de palabras, sino de vida, de testimonio ).Y él les comenzó a dar la catequesis de preparación durante el tiempo correspondiente, pero de forma oculta.

Mientras tanto ejercía su sacerdocio entre los cristianos, que se reunían en casas a celebrar la santa Misa. Recibieron amenazas de que si seguían celebrando las misas se les quemarían. Lo que hicieron en algunas ocasiones. Los cristianos querían vengarse, pero el padre Atef los contuvo y les dijo que había que perdonar. Los musulmanes estaban en el mes del Ramadán y  les propuso a los cristianos ir a la puerta de la mezquita. Al salir, los musulmanes del servicio religioso creían que estaban allí para vengarse, pero no, se acercaban a ellos para felicitarles por el Ramadán que estaban celebrando. Aquello desconcertó y admiró de tal manera a los musulmanes, que ya no los volvieron a molestar.

Llegó el momento de bautizar a la familia del asesino de su padre, cosa que hizo el mismo Atef.  Pero, al enterarse de ello lo musulmanes les amenazaron con la cárcel, si se declaraban cristianos ante los demás y a Atef matarle, si no se marchaba.

Es lo que tuvo que hacer y lo que le mantiene fuera de su patria. Si vuelve en alguna ocasión, regresa totalmente magullado por las palizas que recibe.

Yo doy gracias a Dios por haber conocido a un “verdadero confesor de la fe”, a un testigo de Jesucristo, que como los primeros cristianos, y actualmente los cristianos del oriente medio y en otros continentes, entienden y practican las palabras de Jesús (Es decir la obra de misericordia de perdonar): “Habéis oído que fue dicho: “amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, orad por los que os persiguen” (Mat. 5,43).

Por Sor María de Cortes

(Delegación de Pastoral Penitenciaria)

 

Un año más todos los voluntarios de los Centros Penitenciarios Madrid I – Madrid II y Madrid VII, nos encontramos en Maristas de Alcalá de Henares para seguir formándonos, no podemos quedarnos en buenas voluntades, cada día se requiere una mejor formación en los voluntariados, para que nuestras tareas sean de calidez y también de calidad.

Así iniciábamos el día  el pasado sábado 18 de junio: a las 10:00 comenzamos con una reflexiva oración que nuestro amigo y compañero, Capellán de Madrid II-  José Ramón (Moncho) había preparado  sobre la Misericordiae Vultus. A continuación dábamos paso a la formación que nos ocupó toda la mañana;  este año nos acompañó José Comerón Subdirector de Régimen del C. P. Madrid II, nos expuso de forma sencilla y clarificadora la nueva reforma del Código Penal, sus conocimientos, su cercanía y sus dotes de docente suscitaron varios interrogantes, preguntas, dudas, diversas cuestiones que hicieron que el tiempo fuese corto ante el interés que nos ocupaba.

Después compartimos la comida, momento fraterno para el diálogo más distendido, para alentarnos y  fortalecernos en este quehacer delicado, donde sabemos que todos ponemos lo mejor porque la misión lo requiere.

Durante la tarde revisamos el calendario anual de encuentros, formación, preparación de fiestas, nuevas iniciativas…. También fue un momento propicio para saber todos los que  vamos  en el IX Congreso de Pastoral Penitenciaria, que tendrá lugar los días del 16 al 18 de Septiembre, en el Escorial (Madrid) con los siguientes objetivos:

  • Sensibilizar sobre la Misericordia de Dios.
  • Formar en Misericordia a quienes están llamados a servir.
  • Animar a todos los agentes de la Pastoral Penitenciaria a “Ser Misericordia”.
  • Testimoniar la identidad de la Pastoral Penitenciaria como Iglesia.
  • Visibilizar la Misericordia, la acción pastoral de la Iglesia en el ámbito penitenciario; prevenir, hacer visibles las consecuencias del ingreso en prisión.

 

“Acordaos de los presos como si vosotros mismos estuviereis prisioneros con ellos”

 (Heb 13, 3)

 

      

Por Agustín Bugeda

(vicario general)

 

Hoy, 19 de junio, es la fiesta de nuestra Catedral. Es su “cumpleaños” desde que fuera consagrada en 1169, según la indicación que aparece en el Crismon sobre la puerta de la torre del Santísimo. Por eso en este día no podía hacer otra cosa que dar gracias a Dios por lo que ha supuesto y supone nuestra Catedral, iglesia madre, en nuestra diócesis. Es la alabanza y agradecimiento de todos los que allí hemos vivido y  vivimos tantos momentos de gracia. 

Desde esa fecha nuestra Catedral ha albergado muchos acontecimientos, ha vivido en el tiempo y fuera del tiempo, con el tiempo de todo creyente y en el tiempo concreto de nuestro mundo. Ha visto y sufrido, muchos “hitos y acontecimientos”, y sin lugar a duda este año 2016 con la realización de la exposición “a Tempora” será un “hito” particular en este caminar por los siglos. 

El pasado 8 de junio se inauguraba en nuestra Catedral la exposición “A tempora”. Una gran exposición en cuanto a las piezas mostradas, al lugar en que se encuentra, al desarrollo de la misma, al proyecto museístico, y al fin misionero y cultural de la misma. 

Los organizadores de esta exposición, han querido que llevará un nombre muy particular y controvertido, “a Tempora”, un nombre sugerente, con muchos significados, con traducción, ¿sin traducción? Como bien dicen algunos eminentes miembros del cabildo catedral. Permitirme que haga algunas libres traducciones. 

“a Tempora” sería  “sin tiempo” y ciertamente sin tiempo se ha relizado tal exposición, sin tiempo se ha llegado hasta aquí, si algo ha faltado y falta es el tiempo. De ahí que a todos los que han trabajado de diversas maneras el agradecimiento sea doble, porque ha sido y es un poco de locura, hemos sido y somos un poco Quijotes y un poco Hamlet. 

“a Tempora” es “en el tiempo” y en un tiempo bien determinado se desarrolla esta exposición, el siglo de oro español. Ese sería uno de sus hilos conductores, el tiempo de Cervantes y Shaeskepare. 

“a Tempora” es “más allá del tiempo”. Y esta es la clave fundamental de la misma, más allá del tiempo porque las obras que contemplaremos han traspasado por bien diversos motivos los umbrales de los siglos, pero ante todo porque el espacio expositivo, nuestro Claustro y Catedral, es el espacio determinado donde cada día celebramos el Misterio Pacual de Jesucristo, donde con su encarnación ha hecho posible que la eternidad ente el tiempo, y por lo tanto podamos vivir y celebrar un hoy eterno. Por eso ciertamente esta exposición en nuestra Catedral y en este 2016 va más allá del tiempo, la última parte de la misma nos lo mostrará bien. 

“a Tempora”, en definitiva, es tener tiempo, disponer del tiempo. De ahí que tengamos todos tiempo e invitemos a muchos personas a que detenidamente disfruten de la exposición. 

Termino este artículo, con una palabras de Cervantes, como no podía ser menos, cuando dice Don Quijote: “No importa el resultado, solo el esfuerzo vale y tiene mérito”. Gracias a todos por el gran esfuerzo derrochado en esta exposición, le pedimos al Espíritu Santo lo que reza una pieza litúrgica conocido por todos, también de esa época: “Dale al esfuerzo su mérito, salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno”.

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