GRANITOS DE MOSTAZA

 

Álvaro Ruiz Langa

(Delegado diocesano de MCS)

 

 

En su mensaje para estimular la vivencia cuaresmal, el papa Francisco escribe que estos cuarenta días hacia la Pascua son “un tiempo favorable”. Tan leve indicación, pasajera en el hilo del mensaje, viene a definir un modo de considerar la vida y lo que pasa en ella, tanto en referencia a lo humano como a lo divino. Se puede aplicar mil veces. En la presentación y lanzamiento de la Campaña contra el Hambre, el conferenciante, Ignacio Trueba, transmitía ese mirar optimista en cuanto atañe a seguir venciendo en la lucha y empeño que capitanea Manos Unidas. Y lo decía quien tiene más de 30 años de experiencia en proyectos de desarrollo rural por medio mundo. Con parejo sentir cabe medir otras realidades del momento.

Las andanzas del papa Francisco. Que hay que verlas como buenas andanzas. ¿A qué, si no, embarcarse en ellas? Cinco días en México con prólogo en La Habana. Sin merma de las bondades que en la comunidad católica y en la sociedad mexicanas produzca la visita de Francisco, el hito de envergadura será el encuentro con el patriarca de Moscú, Cirilo I, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, en el aeropuerto José Martí. Después de mil años ambas iglesias se sientan a hablar de asuntos de interés común; el más urgente, la persecución de los cristianos en Oriente Medio. Que habrá más ganancias. Considérese el dato de que el Patriarcado de Moscú congrega dos tercios de los ortodoxos  y la ortodoxa es la segunda Iglesia cristiana después de los católicos. Ocasión favorable.

Los misericordiosos. El Jubileo de la Misericordia avanza a buen paso en las primeras semanas de 2016. Se multiplican carteles y folletos, planes y programas, catequesis y motivaciones mil, en diócesis, arciprestazgos, parroquias y comunidades, siguiendo la estela del gran promotor, papa y misionero Francisco. Ya están enviados “los misioneros de Misericordia”, pero no son los únicos a considerar. Hay que hablar de los hombres y mujeres misericordiosos que en tantos y tantos lugares se sumergen en la espiritualidad de este jubileo extraordinario: los niños de la diócesis que participan en el Jubileo de la Infancia; aquellos fieles que van en peregrinación a los lugares santos, bien dentro de la diócesis, bien en Tierra Santa, Roma o Fátima; los visitadores y cuidadores de enfermos, en estas fechas con el aliento de la Jornada del Enfermo; cuantos donantes contribuyen en la Campaña contra el Hambre, un año más activa en febrero; a tantas mujeres y hombres que en poblaciones menores o menores eligen cuidar discretamente a personas necesitadas… Convengamos en reconocerles como “los misericordiosos”.

 Obispos españoles. También con mirada luminosa pueden mentarse varios obispos en estas fechas. El primero, Benedicto XVI de cuya renuncia al ministerio petrino se cumplen tres años, 11 de febrero, siete días antes de que don Atilano alcance la veintena como obispo. Por su fallecimiento el 3 de enero, hemos recuperado la admirada buena estrella de monseñor Alberto Iniesta. Y el cardenal Sebastián es actualidad por la presentación de su libro “Memorias con esperanza”, otra favorable contribución al servicio de la Iglesia. Así mismo hay que tener en cuenta positiva a los obispos que tiran de esta Iglesia española desde la cabeza del carro, como Blázquez, Osoro, Omella…

Y los monjes y monjas. Cerrado el Año de la Vida Consagrada, los monasterios y las comunidades religiosas siguen, cada cual en su lugar y según su carisma, tejiendo evangelio, profecía y esperanza. ¿Seguro que cabe encuadrarlos en el marco de un tiempo favorable cuando las vocaciones se tambalean por aquí? Sin duda. La mengua, y el envejecimiento en casos, habrá que leerlos como signos de los tiempos en este mundo y en esta hora. Sabido es que Dios habla palabras poderosas. Luego han de ser favorables.

 

Por Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular)

 

 

El pasado día 21 de enero tuvo lugar en Roma el Jubileo del Trabajadores de las peregrinaciones a los santuarios. Con este motivo el papa Francisco tuvo un discurso en el Aula Pablo VI, en el que reflexionó sobre la importancia del santuario y de la peregrinación en el contexto del Año de la Misericordia.

El papa afirma que la religiosidad popular (piedad popular o espiritualidad popular) “es una forma genuina de evangelización, que necesita ser siempre promovida y valorada, sin minimizar su importancia”.

La peregrinación a un santuario expresa el deseo profundo de cada persona de ser acogida, comprendida y sostenida. Así el santuario es realmente un espacio privilegiado para encontrar al Señor y tocar con la mono su misericordia”.

De ahí la importancia de cuidar la a cogida de los peregrinos en los santuarios. Acogida que ha de ser afectuosa, festiva, cordial y paciente porque, en definitiva, se está acogiendo al mismo Cristo. Acogida tanto en lo material como en lo espiritual y es un lugar de gracia donde toda persona puede sentirse comprendida y amada.

El sacramento de la Penitencia ha de ser el medio sacramental de la acogida y el abrazo que Dios da al pecador arrepentido que se acerca al confesonario. De ahí que los sacerdotes que realizan este ministerio en los santuarios “deben tener el corazón impregnado de misericordia, su actitud ha de ser la de padre”.



 

Alfonso Olmos

(Director de la Oficina de Información)

 

 

En unos días vamos a celebrar la campaña anual que Manos Unidas lleva a cabo para intentar erradicar el hambre en el mundo. Un trabajo iniciado hace casi seis décadas en el que muchas personas, principalmente mujeres cristianas, dedican su tiempo, su ilusión y podríamos decir que también su vida, en esta encomiable labor.

Es escalofriante escuchar que más de 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, es decir que una de cada nueve personas que habitan este planeta tiene precariedad alimentaria. También llama la atención que, además, muchas de estas personas habiten en lo que hemos denominado comúnmente primer mundo. En los países desarrollados en torno al 10% de la población padecen desnutrición.

No quiero abundar en datos que muchos ya conocen sobre las causas de la pobreza. Creo que lo importante en estos días, es concienciarse de que entre todos es posible acabar con esta lacra, que es un estigma de nuestra sociedad contemporánea tan aparentemente desarrollada y tecnificada.

Plántale cara al hambre es el lema genérico de la campaña trienal que este año inicia la organización católica Manos Unidas. Durante los próximos ejercicios se reflexionará sobre tres aspectos: sembrar, recoger y compartir. Invertir en el inicio de la cadena alimentaria es fundamental: proporcionar semillas y herramientas para trabajarlas, procurar tierra para que fecunde la simiente, ayudar a gestionar la utilización del agua, facilitar la investigación agrícola y proveer de las infraestructuras necesarias, serán los primeros pasos a dar.

Por todo esto Manos Unidas quiere este año llamar la atención de todos nosotros en la importancia de sembrar. Sembrar es dedicar esfuerzo y tiempo, sembrar es concienciarse, sembrar también es ayunar y ser solidarios con nuestra pequeña aportación económica. Porque todo esto ayuda, en el lugar del mundo que sea, a que muchos puedan tener acceso a los alimentos básicos necesarios, que aportan el equilibrio y la nutrición oportuna para la vida de las personas. Pero eso será la segunda parte del proceso.

Juan José Plaza

(Delegación de Misiones)

 

 

Paso a paso nos vamos introduciendo en la espesura del Año de la Misericordia.

El Papa Francisco titulaba la Bula de convocatoria del Año Santo con estas palabras: “Misericordiae vultus”, aludiendo a que Jesucristo es el rostro de la Misericordia del Padre (nº 1).

Tan cercana ya la Cuaresma, creo es importante poner atención a lo que  se nos dice respecto a ella en la Bula M.V.: “La cuaresma de este año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la Misericordia de Dios…” (nº 17).

El rostro del Señor no cambia, siempre nos expresa que su Misericordia es eterna. Pero esa Misericordia se hace como más visible en la Cuaresma a la que aplican estas palabras de la Sagrada Escritura: “Este es el día del Señor, este es el tiempo de la misericordia” (Salmo 123).

Sí, acerquémonos a la Misericordia de Dios en este tiempo cuaresmal:

a/ A través de la meditación de la Palabra de Dios, pues, como decimos en un cántico: “ Tu palabra me da vida, confío en Ti , Señor” ( Salmo 18).

b/ A través de la recepción del Sacramento de la confesión, donde se hacen realidad las palabras del profeta: “ Aunque vuestros pecados sean rojos como la escarlata, quedarán más blancos que la nieve”( Isaías 1,18).

c/ Y a través de la adoración asidua del Santísimo Sacramento de la Eucaristía, fuente inagotable de la Misericordia de Dios, que purifica nuestros pecados.

Así como se derrite la escarcha al contacto de los rayos del Sol, de la misma manera desaparecen nuestros pecados ante los rayos de gracia que salen  de Jesús Sacramentado, pues, como dice Simeón en el Benedictus, Jesús es el Sol que nace de lo alto (Luc 1, 78).

Recuerdo también haber escuchado un ejemplo muy parecido a éste.  Dice así: Lo mismo que cuando nuestras madres tendía al sol  las prendas que lavaban , para que las manchas más persistentes desaparecieran  con sus rayos, de la misma manera el que se pone delante del Señor en adoración  sus rayos de gracia purifican nuestras almas de las manchas de los pecados.

¡Qué hermosa forma de decir que Jesús Sacramentado, rostro de la Misericordia de Dios, derrama su gracia sobre nuestras almas de manera especial cuando nos postramos en adoración ante su presencia!

Esto nos debe llevar a hacer esta reflexión  o consideración. ¿Por qué en este Año Santo de la Misericordia no se  promueve de manera especial la exposición solemne de Santísimo en las parroquias…, como fuente preciosa de la Misericordia de Dios? (Sabiendo, además, que está establecido que quien haga media hora de adoración ante Santísimo puede conseguir la indulgencia plenaria).

No nos olvidemos tampoco en esta Cuaresma, como cristianos (como otros cristos que somos), de ser el rostro misericordioso de Dios para con nuestros hermanos.

Información

Obispado en Guadalajara
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Teléf. 949231370
Móvil. 620081816
Fax. 949235268

Obispado en Sigüenza
C/Villaviciosa, 7
19250 Sigüenza
Teléf. y Fax: 949391911

Oficina de Información
Alfonso Olmos Embid
Director
Obispado
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Tfno. 949 23 13 70
Fax: 949 23 52 68
info@siguenza-guadalajara.org

 

BIZUM: 07010

CANAL DE COMUNICACIÓN

Mapa de situación


Mapa de sede en Guadalajara


Mapa de sede en Sigüenza

Si pincha en los mapas, podrá encontrarnos con Google Maps