GRANITOS DE MOSTAZA

 

Álvaro Ruiz Langa

(Delegado diocesano de MCS)

 

Como si la vida tomara un impulso oportuno al estrenar calendario, el mes de enero suele traer en sus alforjas propósitos estupendos. Nada más natural que empezar el año alimentando los anhelos interiores con proyectos de mejoría. Sean para mejorar el cuerpo, sean para perfeccionar el alma, a eso suena el dicho de la sabiduría refranera “Año nuevo, vida nueva”. Los buenos propósitos siempre tienen su nobleza. Y han de tener concreción. Por eso conviene basarlos en un proyecto que quedará definido por un plan de acción. Sin fundamento y refuerzo, como tantas veces ocurre, los propósitos terminan diluyéndose como las volutas de humo que desprende el cigarrillo. Valgan estos renglones para introducir un trío de planes fundados y, de algún modo, fundantes.

Los planes del papa Francisco. No son de enero ni de año nuevo. Él los mostró desde el comienzo de su pontificado y él mismo los va actualizando con obras y palabras, en discursos solemnes y en catequesis ordinarias. Tres compromisos más que propósitos: el empeño de ir trabajando por “una Iglesia pobre y para los pobres”, la difícil tarea de la “conversión” del papado y la reforma de la curia vaticana. Mucho calado. De ahí que pida con insistencia incansable el rezar para que el Espíritu acompañe y ayude; rezar por las “intenciones del Papa”.

El Plan Pastoral de la Iglesia española. Los obispos españoles sí que estrenan plan en enero. Es para el período 2016-2020 y responde al título “Iglesia en misión al servicio de nuestro pueblo”. El jueves 22 de enero comienza la andadura de este proyecto pastoral, que propone para cada uno de los cinco años un vector de interés sobre el que impulsar la vida religiosa de los católicos españoles. Para 2016: reflexionar sobre las exigencias de la evangelización en España. Para 2017: impulsar la implicación de todos (clero, religiosos y seglares, comunidades y parroquias, jerarquía y fieles…) en el servicio de la evangelización. Para 2018: el anuncio de la Palabra por los agentes pastorales, con especial mirada sobre la familia y la formación para el matrimonio. Para 2019: la participación de los fieles en la celebración del Misterio cristiano, atendiendo con preferencia la revitalización del domingo. Y para 2020: reavivar en las comunidades cristianas la dimensión caritativa de la Iglesia, que siempre solicita atender las necesidades de los más pobres.   

El texto ha sido redactado por una ponencia de la que han sido miembros el cardenal Fernando Sebastián, los obispos González Montes, Omella Omella, García Beltrán y el secretario general de la CEE, José Mª Gil Tamayo. La presentación del Plan Pastoral 2016-2020 fue el pasado 16 de diciembre y contó con la intervención de los tres obispos redactores, además del secretario de la CEE. Entra en vigor el próximo 22 de enero, día que los obispos españoles piden que sea jornada de ayuno y oración por tal motivo.

El Plan Pastoral Diocesano. “El amor de Cristo nos urge” es el plan de la Iglesia de Sigüenza-Guadalajara. Aún le queda más de la mitad de recorrido, pudiera hablarse que las principales etapas, tras la difusión inicial y las primeras aplicaciones. En este curso importan dos líneas de acción: la formación de agentes de pastoral que, en su momento, vayan poniéndose al servicio de las unidades pastorales que lo requieran; y el estudio de la pastoral del sacramento de la Eucaristía, sobre todo en cuanto atañe a la preparación y práctica de la primera comunión.

El Jubileo extraordinario de la Misericordia. La iniciativa del papa Francisco promete y puede convertirse en catalizador no solo de las dinámica pastorales española y diocesana, sino también y sobre todo, en fuente nutricia de la religiosidad en todas las comunidades católicas del mundo. Motivo también por que rezar; razón por que vivir.

Jesús Montejano

(Delegación de Piedad Popular)

 

 

La Peregrinación  está en el alma del pueblo. Ya el pueblo de Israel vivía con ilusión su peregrinación a Jerusalén, para allí orar en el templo y encontrarse, de manera especial, con el Dios de la Alianza.

Las peregrinaciones son una expresión importante de la piedad popular, un momento de vivencia religiosa profunda, de fiesta y de encuentro en torno al santuario y  la imagen que se venera y que propicia un encuentro profundo con Dios y con las personas que realizan, bien personalmente bien en grupo o parroquia, dicha peregrinación. Peregrinar es abrir el corazón y las manos para el encuentro con Dios y con los hermanos. Peregrinar hace referencia a la conversión personal y a la penitencia.

El Año Santo es una invitación a peregrinar a los Santos Lugares, a Roma o a las Puertas Santas de la propia diócesis. El papa Francisco habla de la peregrinación como “signo peculiar del Año Santo, porque es imagen del camino que  cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano es viator, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada” (MV, 14).

¿Cuál es la meta anhelada?: La misericordia. Llegar a esta meta requiere compromiso y sacrificio. A ello se llega a través de un itinerario concreto en nuestro peregrinaje, que es fundamentalmente interior.

En nuestro caso, el Decreto del Sr. Obispo sobre el Año Jubilar indica como lugares jubilares la Catedral de Sigüenza, la Concatedral de Guadalajara, los santuarios marianos de la Virgen de la Salud y de la Hoz, la Ermita de la Soledad de Azuqueca, y el monasterio de Buenafuente del Sistal.

Esperamos que estos lugares, de gran riqueza religiosa, cultural, natural y artística, sean lugares también de riqueza de misericordia, lugares donde experimentemos de manera especial la gracia de la presencia y de la cercanía de Dios.

Pongámonos en camino, que todos aprovechemos la ocasión de este recorrido interior y espiritual, a la vez que material y físico, como las obras de misericordia, que este Año Jubilar de la Misericordia nos brinda.

Por Alfonso Olmos

(Director de la Oficina de Información)

 

 

Al concluir cualquier actividad que realizamos es bueno hacer balance o revisión de cómo ha ido, qué habría que mejorar o qué valoramos como positivo de dicha tarea. Al finalizar el año seguro que, al menos por unos instantes, pensamos en lo que ese periodo de tiempo ha sido para nosotros, qué podemos destacar de bueno y en qué podemos mejorar.

Por un instante, las palabras que protagonizaron nuestra fase de recuerdo de lo vivido en esos 365 días del año transcurrido pudieron ser: gracias y perdón. Así es. Gracias a Dios por tantas cosas buenas, por tantas personas, por tantos acontecimientos, por el cariño recibido, por la paz que haya podido haber a nuestro alrededor, por la misericordia entrañable de un Padre, Dios, que nos ama con ternura.

Perdón por las incomprensiones, por las salidas de tono, por nuestras intransigencias. Perdón por no saber gestionar bien el tiempo y dedicarle a lo accesorio más que a lo fundamental. Perdón por mirar más atrás que adelante. Perdón por hacérselo pasar mal a alguien. Perdón por no haber recorrido el camino propuesto por Jesús para ser feliz.

Todo este balance nos debe hacer afrontar el año nuevo con ilusiones renovadas. Debemos enfrentarnos a esta sucesión de días con el ánimo de hacer feliz a los demás. De otra forma no tendría sentido el “feliz año nuevo” que nos deseamos en estas jornadas de comienzo de año. Estos son días de decir a la familia, a los amigos, vecinos y compañeros, que queremos comprometernos con ellos para que los buenos deseos se conviertan en realidad. No solo deseamos que sean felices, sino que nos queremos arriesgar a hacerles felices con nuestros gestos de cercanía, con nuestra comprensión, con nuestra ayuda.

Al programar el nuevo año que en nuestra agenda vayan estos deseos marcados en una tinta de diferente color, para que al hacer balance el recuerdo de los días y meses de este año sean positivos y destaque el “gracias” sobre el “perdón”.

Jesús de las Heras Muela

(Sacerdote y periodista, deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

UN RECORRIDO POR LA CATEDRAL DE SIGÜENZA EN CLAVE DE MISERICORIDIA

 

La catedral diocesana, la catedral de Sigüenza, es, sin duda, una de las más bellas catedrales españolas. Incluso, podríamos situarla, sin miedo a ningún tipo de chauvinismo, entre las diez más hermosas. Esta misma página web ofrece una amplia descripción de la catedral, un completo recorrido no solo artístico, histórico y cultural, sino también religioso y pastoral (clicar enlace).

Ahora, con la llegada venturosa del Año Jubilar de la Misericordia, nuestra catedral quiere mostrar sus bellezas y todos sus simbolismos y significados, sí, pero también un especial recorrido por sus naves, salas, estancias y capillas desde una clave de misericordia. Y no forzamos nada del contenido y de la misión de este primer templo diocesano -“caput et mater ecclesiarum” (“cabeza y madre de todas las demás iglesias”)- al trazar esta propuesta.

Una propuesta que ahora presentamos en primicia en la página internet de nuestra diócesis y que en los próximos días formalizaremos mediante una carta a las parroquias, movimientos, comunidades y demás instituciones diocesanas.

¿En qué consiste esta propuesta? En primer lugar, en peregrinar hasta la catedral seguntina para recibir las gracias del año jubilar. Allí, en el atrio de la catedral, los grupos o particulares, previamente prenotados, serán recibidos por, al menos, dos sacerdotes del cabildo catedralicio, a las 12:15 horas (por las tardes, a las 18 horas), para atravesar, ya en procesión litúrgica y religiosa, la puerta santa del templo, su puerta jubilar y del perdón. Seguidamente,  se visitarán los otros cuatro lugares especiales y especialmente preparados para el Año de la Misericordia, cinco espacios de misericordia, que el templo atesora desde hace siglos. A continuación, sobre las 12:45 horas se ofrecerá la posibilidad de una eucaristía, en la que un sacerdote de la catedral estará en el confesonario dispuesto a administrar el don de dones de misericordia: el sacramento del perdón.

Tras la misa, que puede ser oficiada por los sacerdotes peregrinos y si entre ellos no hay sacerdote por un canónigo, se realizará la visita del quinto espacio, del quinto ámbito de misericordia del templo: el altar de la Virgen de la Mayor para después volver a contemplar, ahora por dentro, la puerta de la misericordia e invitar a los peregrinos a ser testigos de la gracia recibida, a ser testigos de la misericordia, a ser testigos de una Iglesia en salida, como nos pide el Papa Francisco, de una Iglesias de periferias que enferma si se encierra y necesita salir y comunicar a todos que Dios está enamorado de  todos y cada uno de nosotros, sus hijos, creados a su imagen y semejanza, imagen y semejanza de Dios que desdibujan nuestros pecados.

La jornada jubilar se podrá completar, a elección de los grupos y particulares, con un almuerzo en el Colegio Episcopal de la Sagrada Familia de Sigüenza (bien en su sede, bien en el oasis, poniéndose previamente en contacto con el colegio: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.,  949 390790) y una breve estación peregrina en el aledaño (a tanto solo 8 kilómetros) santuario de la Virgen de la Salud de Barbatona, también templo jubilar.

Pero volvamos a lo prometido y anunciado desde el comienzo: ¿cuáles son los cinco espacios especiales de misericordia de la catedral seguntina? Ya hemos desvelado dos –la puerta santa o jubilar, la puerta principal o del perdón, la puerta de la misericordia, y la Virgen de la Mayor, la patrona de la ciudad mitrada desde el siglo XII-, pero nos quedan otros tres.

Tras atravesar la puerta de la misericordia –Cristo es la puerta del Padre y el rostro encarnado de su Misericordia-, los peregrinos serán conducidos al “corazón” de la catedral, a la capilla del Cristo de la Misericordia o capilla del Santísimo. Allí se encuentran el Señor Sacramentado y una preciosa talla del siglo XVI que da rostro en una nuestra diócesis a este año jubilar. Además, hay en la capilla otros elementos de capital importancia y significación: una imagen de la Virgen, una virgen herida, de rostro moreno y mirada amante, la reina y madre de misericordia, Nuestra Señora de Czestochowa, testigo de tantos sufrimientos inmisericordes de la humanidad; y un espléndido óleo del sacerdote diocesano Constantino Casado Bartolomé (1931-2008) dedicado a uno de los más extraordinarios testigos contemporáneos de la misericordia: san Maximiliano María Kolbe, mártir de la caridad y de la misericordia en Auschwitz, en 1941.

A Cristo, que es la puerta, se le encuentra en la oración; es en la oración, en el encuentro personal con Él, donde comienza a cambiar nuestra vida; este encuentro llama a la conversión y nos lleva al sacramento de la confesión o de la penitencia. De ahí, que la tercera etapa del recorrido de la catedral en clave jubilar de la misericordia sea un confesonario. Y del encuentro con Cristo, en la oración, que es diálogo de amor y de amistad, y del sacramento de la confesión, que es abrazo de perdón y de misericordia, surge la caridad, brota la misericordia, que expresamos gráficamente en la catedral seguntina, en este recorrido jubilar en clave de misericordia, con la recuperación de un poderoso y hermoso signo histórico del ejercicio de la misericordia: el Arca de la Misericordia, una “reliquia”, un tesoro que del siglo XV conserva nuestra catedral y que ahora está siendo restaurada. Situada en la nave del Evangelio, al lado mismo del crucero, enfrente del altar de San Miguel, el Arca de la Misericordia ha sido durante siglos la pequeña, la doméstica cáritas de nuestra catedral, donde los fieles dejaban limosna para los pobres, bien en metálico, bien en especie. En las últimas décadas, dejó de usarse y ahora, desde el comienzo mismo de la Cuaresma del Año de la Misericordia, va a recuperar su función primigenia.

Y del Arca de la Misericordia, como ya se dijo, al encuentro con María, la patrona seguntina, la Virgen de la Mayor, que su mejilla herida y su mirada tierna y maternal acoge a todos sus hijos, a todos nosotros y nos envía a la misión, a la misión del ser testigos de la misericordia. Estos cinco lugares de misericordia estarán durante este año jubilar dotados de  correspondientes puntos de luz.

¿Cómo te lo vas a perder, pues? Te esperamos en Sigüenza, en su catedral, en tu casa, casa de la comunión, de la misericordia y de la misión. No faltes. No te lo puedes perder. Escríbenos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y/o llámanos al 619 362715. Gracias. Te esperemos.

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