Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio». (Mt 8, 2-3) 

En las circunstancias actuales, es necesaria la prevención higiénica, la distancia social, el cumplimiento de las medidas sanitarias, como expresión de respeto al prójimo y defensa contra la transmisión del virus. Sin embargo, deberemos estar atentos, por si por miedo al contagio, también se apodera de nosotros el miedo al encuentro con el otro, hasta el extremo de prejuzgarlo como un posible infectado. 

Al acercarnos al Evangelio, nos sorprendemos ante la conducta de Jesús, quien teniendo poder para curar a distancia, sin acercarse a los enfermos –“Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad».” (Lc 13, 11-12); y según lo acredita el Cuarto Evangelio: “El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo vive».” (Jn 4, 49-50); el Maestro no solo se aproxima a los enfermos, sino que los toca, les pone las manos, y los cura. “Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Extendió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero, queda limpio». (Mt 8, 1-3). Con eta acción, Jesús quedó socialmente contaminado. 

En otros pasajes, se reitera el gesto compasivo, arriesgado, familiar de Jesús con quienes tenían necesidad de salud: “Al llegar a la casa de Pedro, vio a su suegra en cama con fiebre; le tocó su mano y se le pasó la fiebre (Mt 8, 14). 

Leídos estos textos en las circunstancias actuales, en las que cabe que estemos afectados por el síndrome del contagio, contemplar la figura de Jesús, que se atreve a tocar, a poner sus manos, e incluso a tomar contacto con la saliva del enfermo, nos debe ayudar para superar mentalmente el miedo, el retraimiento, la falta de cercanía con el huésped, o el prójimo. Este testimonio nos lo han dado tantos profesionales de la salud, que han arriesgado sus vidas por atender a los afectados por el coronavirus. Una escena que supera todos los límites, nos la cuenta san Marcos: “Le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: Effetá (esto es, «ábrete»), al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente. (Mc 7, 32-35) 

Si sumamos las escenas en las que el Maestro atraviesa todas las fronteras preventivas, lo vemos tocando a leprosos (Lc 5, 12-13), a ciegos (Mt 9, 27-30; 20, 30-34), a sordos, mudos, enfermos – “Al ponerse el sol, todos cuantos tenían enfermos con diversas dolencias se los llevaban, y él, imponiendo las manos sobre cada uno, los iba curando.” (Lc 4, 40); y hasta a muertos: “Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, resultó que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda; y un gentío considerable de la ciudad la acompañaba. Al verla el Señor, se compadeció de ella y le dijo: «No llores». Y acercándose al ataúd, lo tocó (los que lo llevaban se pararon) y dijo: «¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!». El muerto se incorporó y empezó a hablar, y se lo entregó a su madre.” (Lc 7, 12-15) 

En este contexto, se comprende la invitación que el Resucitado le hace al discípulo incrédulo: “Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». (Jn 20, 27-28). Que no caigamos en la tentación de ser asépticos, distantes, desconfiados, pues nos quedaremos sin la experiencia teologal de experimentar el paso del Señor.

Por Juan Pablo Mañueco

(Escritor y periodista)

 

 

Romance tradicional castellano, que ya puede rastrearse en el siglo XIV y que en el XV, a raíz de las guerras de Granada, adquirió su versión más conocida. Un caballero vuelve de la guerra y descubre que su esposa había muerto. Los primeros versos dicen así:


«¿Dónde vas, buen caballero,
dónde vas tú por ahí?
Voy en busca de mi esposa
que hace años no la vi».

En el siglo XIX, tras la muerte de la primera esposa de Alfonso XII, se convirtió en tonadilla popular y canción de corro infantil, con la nueva letra de este romance, que es la más conocida:


«¿Dónde vas, Alfonso XII,
dónde vas triste de ti?
Voy en busca de Mercedes
que ayer tarde no la vi».


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-¿Dónde vas, el caballero?
¿Dónde vas, triste de ti?
-Voy en busca de Sigüenza
de donde hace años partí.


Esquirlas de hierro saltan,
gotas de sangre, al salir,
mientras va iniciando el viaje
de regreso a su país.


-De la Guerra de Granada,
por donde pasa el Genil,
allí fue donde la espada
noté se clavaba en mí.


Habíamos conquistado
ya Loja, Íllora y Moclín,
cuando llegó la emboscada
que el agua echó contra mí.


Se embarraron los campos
no podían ya seguir
los caballos cabalgando,
pues se desbordó el Genil.


Abrieron la Acequia Gorda…
No pudiéramos salir
galopando hacia Granada,
donde queríamos ir.


Volaron después ballestas,
saetas vimos venir,
armaduras nos sirvieron
para poderlas sufrir.


Vinieron detrás alfanjes
nuestros cuerpos a herir.
Tengo sangrante costado
de la herida que sentí.


Esquirlas las va soñando
de marfileño perfil,
donde alabastro replique
su cuerpo, rostro y nariz.


-¿Dónde vas, el caballero?
¿Dónde vas, triste de ti?
-Voy en busca de Sigüenza
de donde hace años partí.


Caballero de Santiago,
ahora me quiero dormir,
leyendo un libro de horas
que había empezado a abrir.


Las piernas quiero me crucen,
que en Cruzada me morí,
guerreando con los moros,
orillas río Genil.


En Sigüenza, una capilla
quiero que hagan para mí.
Y un bonete ya sin casco:
¡no me tiene que cubrir!


Escultura de alabastro.
Recostado mi existir.
Descansando mi armadura.
Mis ojos aun sin partir.


Que no llore todavía,
nunca nadie aquí por mí,
sino un pajecillo niño
que me viniese a plañir.


Esquirlas doy de mi cuerpo
que ya es casi cicatriz,
cuando termine mi viaje
esquirlas graben en mí.


Que se cuente esta mi historia
a quien pregunté por mí…
Que llamen a Sebastián,
Sebastián de Almonacid…


Que le digan que ya llega,
que ya viene don Martín.
Que con alabastro blanco
él me tiene que esculpir


en una capilla gótica.
Misterio vendrá a pulir.
Y cavilen quienes vean
meditando a don Martín.


-¿Dónde vas, el caballero?
¿Dónde vas, triste de ti?
-Voy en busca de Sigüenza
donde doncel yo viví,


pues donde nace el Henares
yo me tengo que morir.
-Allí donde nace Henares
tu memoria ha de vivir.

 

Juan Pablo Mañueco,
del libro "Romancero castellano y otros poemas" (2019)
Premio Cervantes-Cela-Buero Vallejo 2016.
Junta Comunidades Castilla-La Mancha

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

Texto evangélico:

 

“Una espada te traspasará el alma”, le dijo el anciano Simeón a la Virgen María cuando fue con San José a presentar al Niño Jesús en el templo (Lucas 2,35). 

“¿Qué significa aquí la espada? ¿El dolor? ¿La muerte? ¿la duda? ¿La infidelidad? ¿La lengua de los malvados? ¿El juicio divino? ¿La palabra de Dios? No está claro. Alfonso Simón propone una nueva traducción del texto que aportaría sentido. Que el texto en griego es extraño y confuso lo admiten muchos autores. Es algo especialmente raro porque el autor es el evangelista Lucas, que era griego y pensaba y escribía en griego. Y, sin embargo, en este capítulo de su evangelio -y no en otros- aparecen muchos detalles que hacen pensar que estaba traduciendo un texto del hebreo o arameo, lenguas semíticas, muy distintas al griego. La tesis de Alfonso Simón es que alguien puso por escrito esa escena en lengua semítica, y luego Lucas la incorporó traduciendo al griego. Y cuando se intenta reconstruir usando el hebreo, arameo o siríaco, muchas cosas pasan a tener sentido. 

La lectura que hizo San Efrén… que era semita, parece que siguiendo el texto del siglo II- no escribe “una espada te atravesará el corazón” sino “tú apartarás la espada”. ¿A qué se refiere? Él mismo lo explica: “Esa espada, que cerraba el paso al paraíso a causa de Eva, ha sido apartada por María”. Tenemos un texto de San Efrén comentando esta escena en siríaco y otro en armenio. Y en ambas versiones queda claro que es María quien actúa sobre la espada, no la espada sobre María. 

Otra interpretación, encabezada por San Agustín, fue la que ganó más popularidad, y también entre el pueblo llano. La ‘espada’ sería simplemente el dolor humano de una madre que ve sufrir a su hijo (en España muchas imágenes de la Virgen Dolorosa lo expresan con el corazón atravesado por 7 puñales). “Con esa espada del afecto doloroso fue traspasada el alma maternal” (San Agustín en su Epístola 39. 

La nueva traducción: “Ella aparta la espada” la propone Alfonso Simón: “Y Simeón dijo a María, su madre: ‘he aquí que este va a ser caída y mantenimiento de muchos en Israel, y bandera combatida. Y en cuanto a ti, tú harás pasar [en el sentido de “apartarás”] la espada cuando se manifiesten los [malos] pensamientos de muchos corazones”. “A causa de la primera Eva, las puertas de la salvación fueron cerradas a la humanidad pecadora; ahora, con la llegada de la nueva Eva, la madre de Jesús, en quien los ojos cansados de Simeón han visto la salvación, esas puertas han sido abiertas de nuevo y de manera definitiva. En el hijo de María ha llegado la luz a las naciones y el poder de las tinieblas ha sido vencido”. 

“La Virgen María ha sido llamada bienaventurada por todas las generaciones, comenzando por aquella primera generación indicada de modo expresivo en el ‘ahora’ que se lee en el Magníficat. La madre de Jesús personifica el verdadero Israel, que en ella queda convertido en Iglesia, y tal identificación, que sobre todos se descubre en Lc 2,35a, ‘no es exactamente una idea piadosa de ciertos teólogos tardíos’, sino que, por el contrario, ‘es un elemento de la tradición más primitiva'” (J. Bligh). 

En el prólogo del libro que comentamos explica el obispo de Segovia, César Franco: “las extrañezas del texto griego desaparecen cuando se iluminan desde una perspectiva ya latente en la tradición que no daña la fe de la Iglesia ni sobre María ni se opone a considerar su participación en la cruz de Cristo, sino todo lo contrario: es su inserción en el misterio de Cristo lo que da el justo relieve al papel de María en la historia de la salvación, porque gracias a ella, con los cansados ojos de Simeón, hemos visto la luz y la gloria del Salvador del mundo”. 

https://www.religionenlibertad.com/cultura/494859147/Que-dice-de-verdad-la-profecia-de-la-espada-de-Maria-Una-nueva-traduccion-con-un-sentido-asombroso.html

Por José Ramón Díaz-Torremocha

(de las Conferencias de San Vicente de Paúl en Guadalajara)

Email del autor: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

  

 

ATENCION: Al finalizar el artículo que sigue en español, está su traducción al idioma inglés y al francés. Si alguno deseara que se le enviaran estos artículos a algún otro consocio, en cualquiera de los dos idiomas, indíquelo a la dirección electrónica Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. facilitándome la dirección electrónica del consocio. Al igual que aquellos que no quieran seguir recibiéndolos. Muchas gracias por su atención 

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Tengo una amiga, buenísima persona, que se niega a dar las gracias si ella tiene “derecho” a la cesión que le hace un tercero. Por ejemplo a un conductor en un paso de peatones e incluso se pone un poco de mal humor si se le sugiere que lo haga a la vez que dice con cierto enfado: ¡tienen obligación y no hay que darlas! 

Esa amiga, buenísima persona repito, está convencida de la bondad y razón que le asiste en lo que defiende. ¿Tiene razón? ¿Debemos o no dar las gracias cuando, alguna persona, nos facilita cualquier servicio ya sea asunto de obligación “legal” o no? Avanzo que estoy firmemente convencido de que debemos hacerlo. 

Si hablamos del Código de la Circulación, tiene la razón mi amiga, sin la menor duda. Pero y ¿en el Código que nos hemos dado de buena educación para poder convivir y partiendo siempre en esas reglas de lo que nos enseñó Aquel a quien decimos que queremos servir?  Aquel que lavó los pies de sus colaboradores sin la menor obligación y más bien reprendiendo a quién no quería ceder a que se los lavara. (Pedro le dice: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo») (Juan 13,8) 

Seguro que Pedro y el resto de los discípulos, de alguna manera, aunque el Evangelio no lo recoja, darían las gracias a Jesús en medio de su asombro ante la visión del Maestro lavándoles y de acuerdo con mi buenísima amiga, no tendrían la menor obligación pues era una imposición de Jesús. 

Dar las gracias, con frecuencia es una prueba de amor y de consideración hacia el otro. Me he parado cerca de un semáforo en alguna ocasión para observar. Recomiendo el pequeño experimento. Hay que ver las caras de agradecimiento de tantos conductores, cuando un peatón levanta una mano, en pequeño gesto de agradecimiento, a pesar de estar obligado el coche a parar. También tenemos la obligación, todos, de hacer un mundo más amable. ¡Hagámoslo! Seguro que daremos una pequeña alegría a Aquel que nos regaló la Salvación. 

Con Cristo a través de María

 

José Ramón Díaz-Torremocha

de las Conferencias de San Vicente

Guadalajara, España

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Please find below the text in english

 

Thanking

 

A friend of mine, an extremely good person, refuses to say thank you when she is "entitled" to the service provided by a third party. For example to a driver in a pedestrian crossing, and she even gets a bit moody if you suggest her to do so while she says with a certain anger: they are obliged to stop and there is no need to thank them! 

This friend, a very good person I insist, is convinced of being kind and right about what she claims. Is she right? Should we or should we not say thank you when, someone provides us with any service whether it is a matter of "legal" obligation or not? I anticipate that I am firmly convinced that we should. 

If we talk about the Traffic Regulations, my friend is undoubtedly right. However, what about the Code of good education that we have assumed in order to coexist, which is based on the rules taught to us by the One we wish to serve? 

He who washed the feet of his companions without having the slightest obligation and even rebuking those who did not accept Him to wash them. (Peter says to him, "You shall never wash my feet." Jesus answered to him, "If I do not wash you, you can have no share with me" (John 13:8) 

It is sure that Peter and the rest of the disciples, even if the Gospel does not state it, would somehow thank Jesus in the midst of their astonishment at the vision of the Master washing them. According to my very good friend, they would have no obligation because it was an imposition of Jesus. 

Thanking is often a token of love and consideration for our neighbour. Sometimes, I have stopped near a traffic light to observe. I recommend this little experiment. It is worth seeing the expression of gratitude in the faces of so many drivers, when a pedestrian raises a hand as a small gesture of thanks, despite the fact that the car is obliged to stop. Furthermore, we all have the obligation to make a kinder world. Let us do it! I am sure that we will offer some joy to the One who gave us the Salvation. 

With Christ through Mary

 

José Ramón Díaz-Torremocha

Conferences of Saint Vincent

Guadalajara, Spain

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Français

 

Savoir dire merci

J’ai une amie, très gentille personne, qui refuse catégoriquement de dire merci quand quelqu’un lui concède quelque chose à laquelle elle a droit par principe. Par exemple, à un conducteur s’arrêtant à un passage piéton, et même, ça la met un peu de mauvaise humeur si on lui suggère un merci, disant avec une certaine colère : “Ils en ont l’obligation, et il n’y a rien à remercier”. 

Cette amie, encore une fois, très gentille, reste convaincue du bon sens et de la bonne raison de ses arguments. Est-elle dans le vrai? Doit-on oui ou non dire merci, quand une personne nous rend un quelconque service, que ce soit une obligation légale ou pas? J’admets que je suis fermement convaincu qu’il faut le faire. 

Si nous prenons comme exemple le Code de la Circulation, mon amie a sans doute raison. Mais, et s’il s’agit du Code de bonne éducation que nous avons construit pour vivre ensemble, et de ces règles que nous a enseignées Celui  que nous prètendons servir? Celui qui lava les pieds de ses compagnons sans la moindre obligation, et de plus, sermonant ceux qui s’y refusaient.

(Pierre lui dit . “Tu ne me laveras jamais les pieds”. Jésus répondit :” Si je ne le fais pas, tu n’auras rien à faire avec moi) (Jean 13,8) 

C’est sûr que Pierre et le reste des disciples, d’une certaine manière, et même si l’Evangile n’en fait pas état, remercièrent Jésus devant l’étonnante scène du Maître leur lavant les pieds, et donc selon ma bonne amie, ils n’en avaient pas la moindre obligation puisque c’est Jésus lui-même qui le leur imposait. 

Dire merci, c’est souvent une preuve d’amour et de considération envers l’autre. Je me suis arrêté parfois à un feu rouge, en observateur. Je vous invite à cette petite expérience. Il faut voir les visages si reconnaissants de tant de conducteurs, quand un piéton lève la main dans un geste de remerciements, même si le conducteur a l’obligation de s’arrêter. Nous avons aussi l’obligation, tous, de rendre le monde plus aimable. Faisons-le! Nous mettrons ainsi un peu de joie dans le coeur de Celui qui nous fit cadeau du Salut de notre âme. 

Prions le Christ par l’Intercession de la Vierge Marie.

 

José Ramón Díaz-Torremocha

des Conférences de Saint Vincent de Paul

Guadalajara, España

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El jueves 18 de junio y ya en la recta final del confinamiento ocasionado por la pandemia del COVID 19, que se ha vivido en esta catedral como ahora se relata

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aunque su fecha litúrgica exacta es el 19 de junio, al ser este año ese día la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, la también solemnidad litúrgica diocesana del aniversario de la consagración o dedicación de la catedral se adelanta al jueves día 18. La correspondiente misa solemne en la capilla mayor de la catedral de Sigüenza es a las 11 horas del citado jueves 18 de junio.

Fue el 19 de junio de 1169 –hace 851 años- cuando la catedral de Sigüenza fue consagrada. La efeméride fue celebrada con un exitoso año jubilar del 19 de junio de 2018 al 19 de junio de 2019.

 

Sin culto público abierto durante casi dos meses 

Durante estos tres meses del estado de alarma ocasionado por la pandemia del coronavirus (COVID 19), hubo de ajustar la vida, actividades y celebración de la eucaristía en la catedral a las disposiciones legales. El Real Decreto Ley de Estado de Alarma del 15 de marzo de 2020 no prohibió la celebración de la eucaristía ni obligó al cierre de los templos, tal y como se recogía en su artículo 11, disponiendo, eso sí, limitaciones y restricciones en su aforo y en la distancia entre personas. Sin embargo, la prohibición de la libre movilidad dificultó el ejercicio de esta posibilidad, produciendo un vacío legal no fácil de interpretar y de secundar, sobre todo para los fieles.

El obispo diocesano dispensó a los fieles del precepto dominical mediante decreto del 13 de marzo de 2020 y dos días más, en la tarde del domingo día 15, canceló las misas públicas, aunque permitió la apertura de los templos (petición también realizada por el Papa Francisco) y la posibilidad de la celebración de la eucaristía con un pequeño grupo de fieles.

Por ello, la catedral de Sigüenza, en la iglesia de San Pedro, donde la catedral celebra habitualmente su culto desde primeros de noviembre a mitad de junio (la catedral como tal fue cerrada a los turistas a las 18 horas del viernes 13 de marzo y no se volverá a abrir hasta el 1 de julio) acogió misa diaria y dominical, desde estas precarias condiciones, desde el sábado 14 de marzo y hasta el domingo 29 de marzo, ambas fechas inclusive.

 

Misas por Facebook y campaña del Rosario 

Ante el recrudecimiento de la pandemia, la perplejidad y dudas de los fieles que asistían a esta misa, otras razones externas y el hecho de que la Santa Sede determinará que la celebración de la Semana Santa debería ser sin fieles, llevó a la decisión de mantener la misa solo para los sacerdotes, en sus horarios habituales, y también a mantener los toques de campanas habituales en sus mismos horarios.

A partir del viernes 3 de abril y hasta el domingo 31 de mayo, Pentecostés y final del tiempo pascual, la misa capitular fue transmitida en directo por Facebook, incluidos los oficios del triduo pascual.  Y la catedral mantuvo asimismo en las mañanas del Jueves, Viernes y Sábado santos los oficios corales tradicionales de la Liturgia de las Horas.

Igualmente, la catedral secundó y animó una campaña de ámbito nacional para el rezo diario del Rosario. Unas 150 personas de Sigüenza se comprometieron a hacerlo diariamente a una hora determinada; y también gracias al impulso de la catedral, a esta campaña se sumaron personas de Guadalajara, Alcalá de Henares, Huelva, Pamplona, Sevilla y otras localidades.

 

Dos fallecimientos 

Precisamente en el final del oficio divino matinal del sábado santo, día 11 de abril, el deán recibió la urna con las cenizas del hermano capitular Marciano Somolinos de la Vega, deán de esta catedral entre 2009 y 2015 y canónigo de la misma desde 1985 y hasta su muerte (desde octubre de 2017 residía en la Casa Sacerdotal de Guadalajara), y que falleció en Guadalajara el 1 de abril de 2020.

Asimismo, en la noche del domingo 12 al lunes 13 de abril, en la misma Pascua del Señor resucitado, falleció en la Residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados el también sacerdote Daniel Sánchez Domínguez, de 84 años. Fue beneficiado regente de tenor de la catedral de Sigüenza de 1970 a 1982 y de 1982 a 2013, párroco de Santa María de Sigüenza. Sacerdote muy popular, activo y querido en Sigüenza, fue enterrado en el panteón de párrocos del cementerio interparroquial de Sigüenza.

Durante estos tres meses fallecieron asimismo otros tres sacerdotes diocesanos: Florentino López Barra, Antonio Hererra Riofrío y Benigno Alguacil Martínez, muertos los días 13 de abril, 29 de abril y de 5 de mayo, respectivamente, y con 92, 94 y 84 años, también respectivamente. Se aplicó por cada de ellos, igualmente, la santa misa.

 

Campanas, redes sociales y caridad 

Las campanas de la catedral se sumaron a los toques propuestos por la CEE, tanto a la hora del ángelus en los primeros días de la pandemia, como a gloria de resurrección, el domingo de Pascua, día 12 de abril.

Como iniciativa propia del deán, vía WhatsApp, se enviaron decenas de responsos por los difuntos, oraciones con  palabras y sentimiento de ánimo, consuelo, solidaridad y esperanza. Y algunos de estos responsos se han escuchado en cementerios y tanatorios. Igualmente se aplicaron misas por los difuntos de aquellas semanas, según se tenía información de los mismos.

A través de las misas por Facebook, se secundaron iniciativas solidarias de la ciudad de Sigüenza como la campaña auspiciada por la Peña del Atlético de Madrid y, que acompañada por otras muchas peñas e instituciones, ha recaudado 50.000 euros para dotar desde primera hora de equipos de protección sanitaria integral a las residencias de ancianos, comercios, farmacias y centro médico de esta ciudad de apenas 5.000 habitantes. También hemos secundado por estos medios la iniciativa del MotoClub Alto Henares de Sigüenza, que, en colaboración con los comercios de la ciudad, ha recogido cinco toneladas de alimentos  no perecederos para la Cáritas local.

En el terreno de la caridad, la catedral ha recuperado una histórica arca de donativos y piedad, arca de caridad. El arca había recogido ya el 15 de junio 5.100,68 euros, con destino a Cáritas.

A mitad de abril, el deán de la catedral abrió un canal propio en You Tube, con la finalidad transmitir cercanía, ánimo, esperanza, alegría, ganas de vivir y de luchar. Para acompañar a los que peor lo estaban pasando a causa de la pandemia y para redescubrir nuestras razones cristianas para la fe, la esperanza, el amor y la alegría. En todas estas comunicaciones,  sin alusión jamás a cuestiones de naturaleza política y menos aún partidista,  se conjugan estas ideas de fondo, en unos dos minutos máximo como media, adaptándolas al arte, al patrimonio, a la historia y  a la realidad actual de Sigüenza y también a su maravillosa naturaleza. Ya se han publicado y distribuido más de un centenar de estos vídeos.

Asimismo e igualmente en este canal de You Tube y en Facebook, ofrecemos cada cierto tiempo –hasta ahora cinco- pequeños recitales de música de órgano, ejecutada en directo  por el organista de la catedral (Juan Antonio Marco) y desde los órganos de la catedral y en relación con el calendario litúrgico y cristiano.

 

La desescalada y sus fases 

A tenor del plan de desescalada y desconfinamiento decretado por el Gobierno de España,  la catedral reabrió sus puertas al culto público el lunes 11 de mayo de 2020, con un tercio del aforo (unos 92 fieles máxime), descontada la distancia de seguridad. Dos semanas más tarde, Sigüenza entró en la fase 2 de desescalada y nuestros templos podían acoger hasta un 50% del aforo. Y desde el 8 de junio, el 75%, el marcado para la fase 3.

Todavía dentro del estado de alarma (concluirá el domingo 21 de junio), la catedral acogió, en su capilla mayor, tres celebraciones de índole diocesana: jueves 4 de junio, festividad de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, con la celebración de la misa Crismal, presidida por el obispo, con la asistencia de 23 sacerdotes y 22 fieles; domingo 13 de junio, solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo,  Corpus Christi, con misa presidida también por el obispo y procesión eucarística breve solo por la girola de la catedral con una custodia distinta; y el jueves 18 de junio, 851 aniversario de la consagración de la catedral, adelantada un día a su fecha (este año, el 19 de junio es la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús), en celebración presidida por el deán. Las tres eucaristías fueron a las 11 horas.

 

La custodia del Corpus 2020 

Este año, en que todo, por las razones conocidas y glosadas, es diferente, la custodia procesional de la catedral de Sigüenza para la fiesta  y procesión del Corpus no fue la bellísima e histórica de 1567 de Gaspar de Guzmán, sino una distinta y llena de simbolismo, que ilustra estas líneas. Además, no tuvo lugar la tradicional procesión por las calles de la ciudad, por razones de seguridad y sanitarias, sino un pequeña procesión por la girola del templo catedralicio y acompañada solo de una veintena de fieles en representación de toda la asamblea y ciudad.

Esta custodia forma parte del patrimonio artístico y religioso de la catedral de Sigüenza. Es poco conocida y está guardada habitualmente en el llamado tesoro. Data de comienzos del siglo XX.

Construida en azófar sobredorado, el maestro orfebre incluyó varias figuras de piezas de plata en su color: en la base cuatro ángeles sentados con una filacteria sobre sus rodillas donde leemos AGNUS DE I(Cordero de Dios, uno de los títulos de Jesucristo), y en la parte alta del astil sobre el nudo un grupo formado por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, acompañado por dos arcángeles que muestran los signos de la Pasión, situado sobre una repisa donde leemos la inscripción: COR JESU SACRATISIMUM MISERERE NOBIS (Corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros). En la parte principal o sol formado por rayos luminosos, que brotan del corazón de la custodia, varias piedras preciosas rodean el viril donde se expone la sagrada forma. La Cruz del remate tiene engarzada una piedra roja, signo del amor.

Su historia es muy singular: incautada en los años dolorosos de la Guerra Civil española, fue a parar al Castillo de San Fernando de Figueres (Girona), junto a la frontera con Francia, de donde fue devuelta a nuestra catedral acabada la contienda civil.

Con ella y el Señor Sacramentado en ella expuesto, rezamos por el final de la pandemia, por la reconciliación entre todos los españoles y para que nunca jamás haya guerras de ninguna naturaleza.

La Catedral aún tiene otras dos custodias reseñables: la procesional que, sobre una carroza y bajo un vistoso templete de plata meneses, recorre habitualmente el día del Corpus Christi las calles de la ciudad (ya citada antes); y otra, preciosa también y del año 1917, con una inscripción que recorre los laterales de su base ochavada: Dedican esta custodia Trinidad y Agustina Pérez de Vargas Año de MCMXVII para que el Santísimo Sacramento sea siempre alabado y bendito en la ciudad de Sigüenza.

 

 

PUBLICADO EN NUEVA ALCARRIA el viernes 19 de junio de 2020 

 

 

 

 

 

 

 

 

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