Por Javier Bravo
(Delegación de Medios de Comunicación Social)
Estamos en plena semana de pasión. Estamos en Semana Santa. Así que además de ver películas tradicionales de esta época: Ben Hur, La historia más grande jamás contada, La Pasión de Mel Gibson en televisión es normal que acudas o veas alguna de las numerosas procesiones que recorren las calles de nuestras ciudades y pueblos. Recuerdo vivir con especial ansiedad el Viernes Santo, la procesión del Stmo. Cristo del Amor y de La Paz de San Ginés, a la que me llevaba mi abuela Regina después de escuchar el Sermón de las 7 palabras. Me llamaba la atención la impresionante talla del Cristo y el color rojo de los capirotes de los nazarenos. De más mayor, me metí en una Cofradía, la de Ntra. Sra. de los Dolores, a la que hoy todavía pertenezco.
En aquella época no existían las llamadas 'redes sociales', ni siquiera existía el móvil. Hoy la Semana Santa se sigue en la calle y también en Facebook, en Twitter, en Pinterest...
Ahora propongo un ejercicio de imaginación: pensemos por un momento en la Última Cena. Sería fácil ver a los apóstoles con el móvil medio escondido debajo de la mesa enviando tuits diciendo “yo no soy el traidor". De camino al monte Getsemaní, con la cruz a cuestas, los mirones harían fotos que subirían a Pinterest e Instagram. El perfil de Facebook estaría lleno de comentarios sobre cómo Pilatos se lavaba las manos, o del estilismo de los romanos que prendían a Jesús. Fickcr se llenaría de fotos reflejando el sufrimiento de Jesús en la cruz y después de la cruz vacía. En twitter habría un hashtag llamado #lacrucifixion y después otro #laresurreccion. El trendic topic de la semana sería la muerte y resurrección de Jesús. María pondría como fondo de pantalla de su móvil la imagen de su querido hijo. Whatsapp cambiaría de color durante una semana y en vez de ser verde, sería rojo o morado.
Todo esto suena ridículo pero sería completamente real si hoy sucediera algo similar. Si Jesús viviera hoy, en pleno siglo XXI, usaría el email para comunicarse con sus fieles; tendría más seguidores en Twitter y Facebook que Obama y Lady Gaga juntos. Tendría canal propio en Youtube y sus sermones serían los vídeos más vistos. No puedo deciros si sería de Mac/iPad/iPhone o por el contrario prefería Android+Linux o se quedaría con Windows. Quizá por su humildad sería el más económico. Pero seguro que tendría tarifa plana para llamar a muchas personas en todo el mundo. Como viajaría mucho, tendría una conexión a Internet vía satélite y hasta la fibra de cualquier compañía se le quedaría pequeña. Editaría todos sus discursos en formato ebook y se podrían adquirir gratis en Apple Store y en Amazon. Podríamos seguir mediante streaming sus actos en cualquier parte del mundo,…
Frente a todo este ruido tecnológico la Semana Santa de hace 2017 años fue un hecho histórico que ha marcado la historia de la humanidad y que independientemente de las creencias religiosas de cada uno, merece respeto y valoración. Nosotros como cristianos tenemos la oportunidad de dar a conocer nuestra vivencia de la Semana Santa en las redes sociales.
Buena Semana Santa y Feliz Pascua de Resurrección



En el documento se reconoce el gran valor simbólico que el santuario tiene en la Iglesia. Los santuarios son lugar privilegiado donde se expresa la tradición de oración, devoción y confianza en la misericordia de Dios, inculturada en la vida de todos los pueblos. En los santuarios se expresa la fe sencilla y humilde de los creyentes, que se ponen en camino para encontrarse con Dios y consigo mismos, junto a tantos peregrinos que comparten la misma fe, especialmente los enfermos, refugiados y migrantes.
Juan José Plaza
Una de las primeras cosas que aprendimos en el catecismo era que el signo o señal del cristiano era la Santa Cruz, porque en ella murió nuestro Señor Jesucristo para salvarnos.
Saludo inicial:
El centro de la liturgia de la Palabra, que se proclama desde el Ambón, es el Santo Evangelio, en que se vuelve a hacer el signo de la Cruz.
En la liturgia eucarística toda nuestra atención está en el Altar y en él vemos destacado el Crucifijo.
Al concluir la Santa Misa el sacerdote hace la señal de la Cruz sobre el pueblo, para bendecirlo. El Sacerdote dice así, al trazar la Cruz: “La bendición de Dios todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre vosotros”(al mismo tiempo que los fieles, inclinando la cabeza, también la hacen la señal de la Cruz sobre si mismos).
Como vemos la celebración de la Santa Misa se inicia con la señal de la Cruz y un saludo a la comunidad, convocada en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu; tiene como centro la Cruz, que nos recuerda que Cristo se ofrece incruentamente en el sacramento eucarístico por nosotros; y se concluye con la señal de la Cruz en la bendición y envió de la comunidad al mundo, para dar testimonio de su fe en Cristo nuestro Salvador, muerto y resucitado.













