Exitosa operación de colón, cuatro viajes apostólicos y su renovado compromiso en pro del final de la pandemia y en favor de los más desfavorecidos

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

Como no podía de ser de otro, la actividad del Papa Francisco en 2022 ha estado también marcada y condicionada por la pandemia, sus altibajos, incertidumbres y retos. En lo más personal, la noticia del año relativa al Papa, llegó el domingo 4 de julio con una operación programada de colón (estenosis diverticular), que lo mantuvo en el Hospital Gemelli de Roma durante casi diez días. La operación fue bien y la recuperación de Francisco, quien el pasado 17 de diciembre cumplió ya 85 años, ha sido óptima. Además, Francisco cumplirá nueve años como Papa el próximo 13 de marzo.

 

 

Peregrino en Irak

Del 5 al 8 de marzo, Francisco realizó un impresionante viaje apostólico a Irak, el primero de un Papa a un país bisagra de Oriente Medio, devastado por la violencia extremista y las profanaciones yihadistas y olvidado por Occidente. Era un viaje de riesgos, en medio de la pandemia y dura ola del invierno de 2021.

Pero Francisco quiso llegar hasta el final y no dejar decepcionada a la gente que, veinte años antes, no había podido recibir, a causa de la guerra, a Juan Pablo II. Entre la gente sufrida que lo acogió en los polvorientos barrios de Bagdad o en los caminos de tierra de Qaraqosh, Francisco se hizo presente como "peregrino", encontrándose también con el gran ayatolá Ali al-Sistani, figura fundamental del islam chiíta. Y desde Mosul, escenario de torturas y ejecuciones en el pasado, elevó al cielo un grito contra toda forma de violencia ejercida en nombre de Dios.

 

Entre los pobres de Eslovaquia y los inmigrantes de Lesbos

Grito idealmente prolongado en el viaje a Eslovaquia (del 12 al 15 de septiembre), donde, desde el monumento al holocausto en Bratislava, Francisco habló de "blasfemia" cuando se utiliza el nombre de Dios para destruir la dignidad humana o cuando, en el gueto romaní de Luník IX, estigmatizó el racismo y la discriminación.

Un grito que se convirtió en un llamamiento y luego en una condena de ese "naufragio de la civilización" que adopta la forma de alambres de espino y contenedores, bochornosos en verano y gélidos en invierno, donde miles de migrantes viven en condiciones inhumanas en el Centro de Recepción e Identificación de Lesbos, visitado al final del viaje a Chipre y Grecia (del 2 al 6 de diciembre). Desde este limbo a las puertas de Europa, después de haber "mirado a los ojos" la carne herida de hombres, mujeres y niños, la voz de Francisco resonó con fuerza: "No dejemos que el Mare nostrum se convierta en un desolador mare mortuum".

Antes, en la mañana del domingo 12 de septiembre, Francisco clausuró en Budapest, capital de Hungría, una nueva edición del Congreso Eucarístico Internacional. Y desde Budapest, siguió viaje a la vecina Eslovaquia, como ya se ha indicado.

 

Reformas para el bien de la Iglesia y de la evangelización

Mientras prosigue en gestación la próxima constitución apostólica “Praedicate Evangelium” (“Id y predicad el Evangelio”), Francisco publicó en 2021 ocho motu proprio (decretos de reforma) para introducir cambios e innovaciones en el ámbito pastoral, financiero y judicial.

El primero, “Spiritus Domini” (11 de enero), estableció que los ministerios laicales de lector y acólito pueden ser confiados a mujeres. A continuación 16 de febrero, actualizó el sector de la justicia penal en el Vaticano. El 24 de marzo, teniendo en cuenta el déficit que caracteriza la gestión económica de la Santa Sede desde hace años y el agravamiento provocado por la emergencia sanitaria, el Papa decidió recortar los sueldos de cardenales, superiores y religiosos.

En la misma línea, a finales de abril (29 de abril), introdujo una medida anticorrupción, estipulando que los directivos deben firmar una declaración en la que se declare que no tienen condenas ni investigaciones por terrorismo, blanqueo de dinero o evasión fiscal, y que no pueden tener activos en paraísos fiscales. Al día siguiente, el 30 de abril, decidió que el Tribunal de Primera Instancia del Vaticano sería también competente para los juicios penales de cardenales y obispos.

Además, el 11 de mayo, Francisco publicó el “Antiquum Ministerium“ para establecer el ministerio del catequista. El 16 de julio, se promulgó la “Traditionis Custodes” para redefinir las modalidades de uso del misal preconciliar y volver a potenciar el valor de la liturgia vigente tras el Concilio Vaticano II. El documento provocó reacciones generalmente positivas, pero también algunas dudas que fueron respondidas por el Culto Divino el 18 de diciembre.

Por último, el 26 de noviembre se emitió el último motu proprio para crear una Comisión Pontificia que verifique y aplique la “Mitis Iudex Dominus Iesus” (en vigor desde hace seis años) sobre los procesos de nulidad matrimonial.

 

Dos procesos judiciales en busca de la verdad

En materia de juicios, 2021 fue también el año de los dos procesos judiciales en el Tribunal Vaticano. Primero fue el de los presuntos abusos sexuales entre los "monaguillos del Papa" en el preseminario San Pío X, que comenzó el 14 de octubre de 2020 y terminó el 6 de octubre de 2021, con la absolución de los dos acusados.

Y todavía, desde el 27 de julio, se halla en curso por un macrojuicio por presuntos delitos financieros con los fondos de la Secretaría de Estado, que también implica al cardenal Giovanni Angelo Becciu. El juicio se reanudará el 25 de enero.

Un camino sinodal sin precedentes

El año 2021 fue también el año en el que Francisco introdujo una de las novedades más importantes desde el punto de vista eclesial: la apertura de un camino sinodal de tres años, que partirá "desde abajo", es decir, de los fieles de todas las partes del mundo y culminará en octubre 2023 con la gran asamblea en el Vaticano.

Este nuevo itinerario deseado por el Papa, anunciado en mayo e inaugurado con una misa en San Pedro el 10 de octubre, tiene tres fases: diocesana, continental y universal. Según Francisco, el Sínodo no debe ser una "convención", una convención eclesial, una conferencia de estudio o un congreso político, no debe ser un parlamento, sino un acontecimiento de gracia, un proceso de sanación y conversión personal y comunitaria, encaminado a la participación, la comunión y la misión y dirigido por el Espíritu Santo. Es el Sínodo de la sinodalidad, el sínodo de hacer caminos juntos y ser y sentirnos todos más Iglesia, más escuchados y más comprometidos.

 

Vacunas, clima, paz, pobres

Numerosos llamamientos han marcado estos doce meses, empezando por los de las vacunas anti-Covid. Por un lado, el llamamiento a una distribución equitativa y un acceso rápido, especialmente en las zonas más pobres del mundo: "Que todos, sin exclusión, tengan la oportunidad de ser protegidos por la vacuna lo antes posible”, ha reiterado varias veces Francisco, quien también ha alertado frente a los bulos y climas de opinión contrarios a la vacunación y de negacionistas de la pandemia. Como un “acto de amor" definió el recibir la vacuna.

Francisco ha continuado asimismo en llamadas y gestos en pro de la salvaguarda de la casa común. Así, por ejemplo, el Papa reunió en el Vaticano a científicos y líderes de diferentes religiones para una reunión previa a la Cop26 de Glasgow (a la que no pudo asistir), que terminó con la firma de un documento conjunto en el que se pide la eliminación de las emisiones netas de carbono. Dos meses antes, el 7 de septiembre, con el patriarca de Constantinopla, Bartolomé, y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, el Papa había firmado un llamamiento conjunto sobre la urgencia de la sostenibilidad medioambiental y la importancia de la cooperación mundial.

Con el mismo vigor, el Papa Francisco ha mantenido la atención centrada en la cuestión de la paz y el desarme. No se pueden olvidar las palabras que pronunció el 7 de octubre en el Coliseo para el encuentro organizado por la Comunidad de Sant'Egidio con los representantes de las distintas religiones. El Obispo de Roma pidió "desmilitarizar los corazones", "deponer las armas", "reducir el gasto militar" y "convertir los instrumentos de muerte en instrumentos de vida", invirtiendo en educación y sanidad.

Y el 12 de noviembre, dos días antes de la V Jornada Mundial de los Pobres, el Papa peregrinó, una vez más, a Asís, la ciudad del santo del que tomó su nombre, para reunirse con 500 personas en situación de desamparo y pobreza en Italia y Europa. Pidió a todos que abramos ojos al mundo para que se devuelva la voz y la dignidad a los pobres.

Y, como gesto que ha pedido igualmente a las distintas conferencias episcopales de todo el mundo, de su viaje de Irak regresó a Roma con 50 refugiados, y de su viaje a Chipre con otros quince.

 

De cara a 2022

Para el nuevo año están ya previstos dos acontecimientos importantes: el 27 de febrero, el encuentro organizado por la Conferencia Episcopal Italiana en Florencia con obispos y 100 alcaldes de todos los países que confinan con el Mediterráneo, encuentro que contará con la presencia del Papa; y, del 22 al 26 de junio, el X Encuentro Mundial de las Familias en Roma sobre el tema "El amor familiar: vocación y camino de santidad".

En cuanto a los viajes internacionales, se ha anunciado un viaje a Canadá (las fechas aún no son oficiales), en el marco del proceso de reconciliación entre el episcopado y los nativos, conmocionados por el descubrimiento de fosas comunes en las escuelas católicas.

En algunas entrevistas, el Papa Francisco también ha expresado su deseo de visitar el Congo, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Hungría en el futuro. Asimismo, no se ha desvanecido el deseo de viajar al Líbano, sumido en una grave crisis humanitaria, política y económica, por la que rezó con los jefes de las Iglesias orientales el 1 de julio en San Pedro, al igual que el objetivo de una visita, junto con el primado anglicano Welby, a Sudán del Sur, donde en los últimos días el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, fue a preparar el terreno para una visita del Papa "probablemente ya el próximo año".

En el vuelo de regreso de Atenas, el Papa dijo finalmente que estaba "siempre dispuesto a ir a Moscú" para reunirse de nuevo, tras el encuentro de 2016 en Cuba, con el Patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill.

Además, es muy probable (así lo confirmó el mismo Papa en una entrevista a la Cadena) que, a comienzos de agosto, peregrine a Santiago de Compostela, que prolongará su año santo compostelano hasta el 31 de diciembre de 2021.

 

Otros apuntes

La pandemia impidió este año, como en 2020, la celebración de canonizaciones. Para el próximo 15 de mayo, está prevista la canonización de ocho beatos. En 2021, no hubo tampoco nombramientos de nuevos cardenales (podrían llegar en junio próximo).

Francisco instituyó Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, situándola en el cuarto domingo del mes de julio. En pleno Año de San José, clausurado el pasado 8 de diciembre, añadió siete nuevas letanías para el rezo de las letanías del santo custodio del Redentor y patrono universal de la Iglesia. Y el 26 de diciembre, fiesta de la Sagrada Familia, escribió la Carta a los matrimonios con ocasión del Año de la Familia “Amoris laetitia”.

 

 

 

PUBLICADO EN NUEVA ALCARRIA 7 ENERO 2022

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

 

Cuando se oculta la luz

y los pies andan a tientas,

la profecía es anuncio

de que la verdad suceda.

 

Cuando se impone el cansancio

y es muy larga la contienda,

solo la fe da paciencia

a que aparezca la estrella.

 

Quien confía tiene fuerzas

de horadar la inmensa piedra,

que impide a los ojos ver

la verdad de la promesa.

 

Al raso y en plena noche

el lucero se averigua

y se convierte en presente

la bendición más antigua.

 

Era verdad la sentencia

de ganar los que confían,

del alba tras las tinieblas,

de la paz tras la tormenta.

 

Confieso la tentación

de haber perdido la senda.

Y de pronto brota dentro

la percepción más certera.

 

Fue recia la oscuridad.

Muy fuerte fue la sospecha.

Pero ha ganado creer

que no es vana la inclemencia.

 

Y la estrella apareció,

confirmando la esperanza.

El secreto está en la fe,

credencial de la Alianza.

 

Desde 1968, por iniciativa del Papa san Pablo VI, la Iglesia católica hace coincidir el primer día del año nuevo con la jornada mundial de oración por la paz

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

Litúrgicamente, el 1 de enero es la solemnidad de Santa María Madre de Dios, la maternidad divina y virginal de María, una verdad de fe que constituye uno de los cuatro dogmas marianos claves: inmaculada, concepción, maternidad divina, perpetua virginidad y asunción a los cielos en cuerpos y alma.  La ubicación de esta fiesta en la citada es por tratarse de la octava de la Natividad de Jesucristo, precisamente del seno de la María.

Además, desde el año 1968, cada primer de año, todos los 1 de enero, es la jornada mundial de la paz, por iniciativa del Papa Pablo VI, quien expresaba de este modo el objetivo y anhelo de esta celebración: "Sería nuestro deseo que después, cada año, esta celebración se repitiese como presagio y como promesa, al principio del calendario que describe el camino de la vida en el tiempo, de que sea la paz con su justo y benéfico equilibrio la que domine el desarrollo de la historia futura".

Era el comienzo de 1968, en plena guerra fría, en los albores mismos de aquel emblemático año 68, con el conflicto de Vietnam como pesadilla mundial y con un mundo dividido en dos bloques antagónicos.

 

 

La voz de la conciencia, el clamor de la paz

Ha pasado más medio siglo y, mientras la paz es tantas veces solo una aspiración -muchas veces quimérica-, el compromiso de la Iglesia en favor de la paz se mantiene inalterable e insobornable. Resulta elocuente a este respecto observar cómo todos los gobiernos del mundo y en todos los conflictos bélicos de estas cinco décadas y media, antes o después, han recalado en el Vaticano, y cómo la Santa Sede ha sido siempre una voz coherente y ecuánime para reclamar y fundamentar la paz desde la justicia, la solidaridad, los derechos humanos y el primado de la reconciliación.

"Todo se pierde con la guerra; nada se pierde con la paz y con el diálogo y acciones en pos de ella", han reiterado los Papas. Bastaría citar como ejemplo la actitud  Juan Pablo II ante la guerra de Irak del año 2003; o los puntos de vista de Benedicto XVI y de Francisco tan apreciados y tan valorados en orden a la paz y a la resolución de los conflictos de estos últimos años y para educar hacia la paz,  singularmente Benedicto, y, en el caso de Francisco, introduciendo en ella nuevos caminos a recorrer como el del cuidado de la creación (ecología integral), de la educación y el trabajo y la promoción de colectivos desheredados y que no pueden vivir la paz con las personas víctimas de la trata y los migrantes y refugiados.

Francisco ha sido firme candidato en los últimos años al Premio Nobel, que inexplicablemente todavía no le ha sido concedido. Con todo, en 2016, el Consejo de Europa le concedió el Premio Carlomagno, premio que en 2004 ya le fue otorgado también a Juan Pablo II. “El Papa Francisco -se leía en la motivación de la concesión del premio– trae un mensaje de esperanza a Europa en un momento de crisis que ha puesto en segundo lugar todas las conquistas del proceso de integración”. Particularmente se citan las intervenciones del Pontífice durante su viaje a Estrasburgo el 25 de noviembre de 2014. El Papa –continuaba el acta del jurado el premio- es la “voz de la conciencia” que pide colocar al centro al hombre, “una autoridad moral extraordinaria”.

 

Potenciar la jornada

Fue la lógica del encuentro entre la Iglesia y el mundo, la que inspiró la constitución de la Jornada Mundial de la Paz, según las inspiraciones que el Concilio había expresado en su constitución pastoral Gaudium et spes. No se trataba entonces, como tampoco ahora, de una celebración exclusivamente católica, sino de una iniciativa compartida por “todos los amigos de la paz”.

La Iglesia, escribió Pablo VI en 1968, solo lanzaba una idea con la esperanza de que pudiera dedicarse un día del año a tomar conciencia de la existencia de una humanidad común que es la que exige la promoción de la paz.

Sin embargo, y desgraciadamente, ni siquiera dentro de la propia Iglesia católica, esta Jornada merece la acogida que debería. Todos los años, los Papas publican el mensaje del día 1 de enero, el mensaje de la paz. Pero, ¿qué se hace para hacer llegar esta jornada y su mensaje anual? ¿Quién lee los mensajes para la Jornada Mundial de la Paz o conoce, si quiera, a qué asunto se dedica el mensaje del año que se acaba de inaugurar?

No se trata de alterar el calendario litúrgico que dedica el primer día del año a celebrar la maternidad de María, pero tampoco de ignorar uno de los ejes centrales de la dimensión social de nuestra fe cristiana.

 

 

La paz es un valor radicalmente cristiano

La paz es, quizás, uno de los términos y conceptos más propios del cristianismo, una de las palabras más ricas y fecundas de nuestra concepción de las relaciones entre los hombres y los pueblos, así como uno de los deberes a los que con más decisión y compromiso deberíamos entregarnos los cristianos. Lejos de ser una palabra hueca o un deseo, se trata de un imperativo para la supervivencia de los pueblos.

La paz, que es mucho más que la ausencia de guerra y que solo es posible cuando se dan la justicia, el desarrollo y el perdón, “es la línea única y verdadera del progreso humano”. 

Para nosotros, los cristianos, decía Pablo VI en 1968, proclamar la paz es anunciar a Cristo y su Buena Noticia. De ahí que la iniciativa adoptada en 1968 era, y es, una oportunidad de oro para una Iglesia que al celebrar la paz anuncia la hermandad intangible y universal de todos los hombres derivada de la Paternidad de Dios, la comunión, el amor al prójimo, el perdón y la reconciliación.

        

Tema para 2022:

En su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2022, dedicado al tema “Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera”, el Santo Padre comentando las palabras del profeta Isaías señala que “todavía hoy el camino de la paz, que san Pablo VI denominó con el nuevo nombre de desarrollo integral, permanece desafortunadamente alejado de la vida real de muchos hombres y mujeres y, por tanto, de la familia humana, que está totalmente interconectada”.

A pesar de los numerosos esfuerzos encaminados a un diálogo constructivo entre las naciones, señala el Papa, el ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos se amplifica, mientras se propagan enfermedades de proporciones pandémicas, se agravan los efectos del cambio climático y de la degradación del medioambiente, empeora la tragedia del hambre y la sed, y sigue dominando un modelo económico que se basa más en el individualismo que en el compartir solidario.

 

Tres caminos para construir una paz duradera

 En este sentido, el Papa Francisco indica que, en cada época, la paz es tanto un don de lo alto como el fruto de un compromiso compartido. Existe, en efecto, una “arquitectura” de la paz, en la que intervienen las distintas instituciones de la sociedad, y existe un “artesanado” de la paz que nos involucra a cada uno de nosotros personalmente.

Por ello, el Papa propone tres caminos para construir una paz duradera. En primer lugar, el diálogo entre las generaciones, como base para la realización de proyectos compartidos. En segundo lugar, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. Y, por último, el trabajo para una plena realización de la dignidad humana, un trabajo digno, justo y decente para todos. El trabajo es la base sobre la cual se construyen en toda comunidad la justicia y la solidaridad.

          

Lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz, caminos para la paz

 

El solo enunciado de los lemas de las Jornadas Mundiales de la Paz son muestran inequívocamente el compromiso, las recomendaciones y los caminos para la paz propuestos por la Iglesia.

En las seis primeras ediciones de la Jornada Mundial de la Paz no hubo lemas. Era Papa Pablo VI, quién firmó su último mensaje para esta Jornada en 1978. Los mensajes para esta Jornada entre 1979 y 2005 son de Juan Pablo II; de 2006 a 2013, de Benedicto XVI; y los de 2014 a 2022, por ahora de Francisco. Estos los lemas. Hablan por sí solos.

 

Con Pablo VI

1.- “La paz también depende de ti”. (1974)

2.- “La reconciliación, camino hacia la paz”. (1975)

3.- “Las verdaderas armas de la paz”. (1976)

4.- “Si quieres la paz, defiende la vida”. (1977)

5.- “No a la violencia, sí a la paz”. (1978)

 

Con Juan Pablo II

6.- “Para lograr la paz, educar para la paz”. (1979)

7.- “La verdad, fuerza de la paz”. (1980)

8.- “Para servir la paz, respeta la libertad”. (1981)

9.- “La paz, don de Dios confiado a los hombres”. (1982)

10.- “El diálogo por la paz, una urgencia de nuestro tiempo”. (1983)

11.- “La paz nace de un corazón nuevo”. (1984)

12.- “La paz y los jóvenes caminan juntos”. (1985)

13.- “Norte-Sur, Este-Oeste: una sola paz”. (1986)

14.- “Desarrollo y solidaridad: claves para la paz”. (1987)

15.-”La libertad religiosa, condición para la pacífica convivencia”. (1988)

16.-”Para construir la paz, respeta a las minorías”. (1989)

17.-”Paz con Dios Creador, paz con toda la creación”. (1990)

18.-”Si quieres la paz, respeta la conciencia de cada hombre”. (1991)

19.-”Creyentes unidos en la construcción de la paz”. (1992)

20.-”Si quieres la paz, sal al encuentro del pobre”. (1993)

21.-”De la familia nace la paz de la familia humana”. (1994)

22.-”La mujer, educadora para la paz” (1995)

23.-”¡Demos a los niños un futuro de paz!”. (1996)

24.-”Ofrece el perdón, recibe la paz”. (1997)

25.-”De la justicia de cada uno nace la paz de todos”. (1998)

26.-”El secreto de la paz verdadera reside en el respeto a los derechos humanos”. (1999)

27.-”Paz a los hombres que ama el Señor”. (2000)

28.-”Diálogo entre las culturas para una civilización del amor”. (2001)

29.-”Sin justicia no hay paz, no hay justicia sin perdón”. (2002)

30.- “Pacem in terris": Una tarea permanente”. (2003)

31.- “Un compromiso siempre actual: Educar a la paz”. (2004)

32.- “No te dejes vencer por el mal, antes bien, vence al mal con el bien”. (2005)

 

Con Benedicto XVI

33.- “En la verdad, la paz”. (2006)

34.- “La persona humana: corazón de la paz”. (2007)

35.- “Familia humana, comunidad de paz”. (2008)

36.- “Combatir la pobreza, construir la paz”. (2009)

37.- “Si quieres promover la paz, protege la creación”. (2010)

38.- “La libertad religiosa, camino para la paz” (2011)

39.- “Educar a los jóvenes en la justicia y en la paz”. (2012)

40.- “Bienaventurados los que trabajan por la paz”. (2013)

 

Con Francisco

41.- “La fraternidad, fundamento y camino para la paz”. (2014)

42.- “No esclavos, sino hermanos”. (2015)

43.- “Vence la indiferencia y conquista la paz”. (2016)

44.- “La no violencia: un estilo de política para la paz”. (2017)

45.- “Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz”. (2018)

46.- “La buena política está al servicio de la paz”. (2019)

47.- “La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica”. (2020)

48.- “La cultura del cuidado como camino de paz”. (2021)

49.- “Diálogo entre generaciones, educación y trabajo: instrumentos para construir una paz duradera”. (2022

 

 

 

PUBLICADO EN NUEVA ALCARRIA 30 DICIEMBRE 2021

Por Ángel Moreno

(de Buenafuente)

 

 

 

Bosques y prados, campos trabajados,

yermos austeros, vacíos páramos.

Riberas frescas, huertos y jardines

Campos, espesuras, montes, collados,

 

Venid raudos, sumaros a la ofrenda,

que rinden los Reyes a la Señora.

¡inunde el perfume de balsameras!

No mengüéis incienso y mirra el aroma,

 

Trigales de Belén, menta oriental,

añosos encinares de Mambré.

Rosas del cantar, cedros del Líbano,

De Sión ciprés, vides de Israel.

 

Remecido olivar de Samaría,

Granados de amor y lirios en flor,

con nardo derramado de Betania,

Y dulce palmeral de Jericó.

 

Acacias del desierto, manantial

de Engadí, terebinto de Betel,

Zarzal incendiado del Sinaí,

higueras y ficus de Betfagué.

 

Sumaros a la ofrenda de Gaspar,

Al ritmo del latido de Melchor,

Baltasar rinde el oro universal.

De hinojos adoremos al Señor.

 

Rafael C. García Serrano

(Conferencia de Nª Srª de la Antigua, Guadalajara)

 

 

 

 

Por lo que pude hacer y no hice,

por lo que hice y nunca debí hacer,

perdóname, Señor.

 

Por la ignorante soberbia

de haber adorado a un dios

de barro, de mentira y sueños

y ese dios era mi egoísta yo

perdóname, Señor.

 

Porque después de conocerte

haber vivido ignorándote

y haberte hurtado mi amor,

perdóname, Señor.

 

Por haber jugado contigo

con trampas y sin pudor

creyendo que me escondía

y te engañaba mejor,

perdóname, Señor.

 

Por mirar hacia otro lado

cuando de frente venías

a enseñarme ese otro camino

de la verdad del amor,

perdóname, Señor.

 

Y por haber olvidado

a la Madre que me has dado

perdóname, Señor.

Información

Obispado en Guadalajara
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Teléf. 949231370
Móvil. 620081816
Fax. 949235268

Obispado en Sigüenza
C/Villaviciosa, 7
19250 Sigüenza
Teléf. y Fax: 949391911

Oficina de Información
Alfonso Olmos Embid
Director
Obispado
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Tfno. 949 23 13 70
Fax: 949 23 52 68
info@siguenza-guadalajara.org

 

BIZUM: 07010

CANAL DE COMUNICACIÓN

Mapa de situación


Mapa de sede en Guadalajara


Mapa de sede en Sigüenza

Si pincha en los mapas, podrá encontrarnos con Google Maps