El adviento es la puerta del resto de las celebraciones del año litúrgico cristiano. Es un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos anteriores a la Fiesta de Navidad. Es un tiempo de reflexión, de conversión y de esperanza.
En este año celebraremos los domingos de adviento los siguientes días:
• Primer Domingo de Adviento: 3 de Diciembre
• Segundo Domingo de Adviento: 10 de Diciembre
• Tercer Domingo de Adviento: 17 de Diciembre
• Cuarto Domingo de Adviento: 24 de Diciembre
Durante el adviento, se coloca en las iglesias y también en algunos hogares una corona con ramas verdes, llamada Corona de Adviento. Esta corona tiene cuatro velas, una por cada domingo de adviento. Hay una pequeña tradición de adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.
PRIMERA SEMANA
EL AMOR
Es tiempo para amar. Deja a un lado tus viejos rencores. Olvida el mal que te hayan podido hacer. Dios es amor. Si nos queremos parecer a Él debemos abrir nuestro corazón al amor y contagiar y regalar amor.
Haz tu personal examen de conciencia: el evangelio del primer domingo de adviento nos pide estar atentos y vigilantes. Atentos a las distintas circunstancias que viven nuestros semejantes, especialmente los que peor lo pasan, y poner amor a nuestro alrededor. Vigilantes para que nuestro corazón no se endurezca y no seamos capaces de amar, por cerrazón, egoísmo o soberbia.
El amor es una decisión, no un sentimiento, y se presenta exteriormente por los hechos. Es adviento, tiempo para amar, tiempo para tomar la decisión firme de expresar el amor a los que nos encontremos en estos días de preparación para la Navidad. Así podremos celebrar plenamente al Verbo Encarnado que nos capacita para amar.



FORMACIÓN Y APOSTOLADO: En julio de 1936 el matrimonio vivía con sus cuatro hijos en una buhardilla en Ponzano, 38, esquina a Bretón de los Herreros, Estaba empleado de mozo en un almacén de recauchutados, calle Salustiano Olózaga, 12, Su recordatorio dice textualmente: Era un pobre obrero y pertenecía a las Compañías del Cerro de los Ángeles, Adorador Nocturno y Caballero de la Milagrosa.
Con el lema "Dejad que los niños vengan a mí", la diócesis, mediante la Delegación Diocesana de Catequesis, y los Cooperatores Veritatis de la Madre de Dios han organizado unas jornadas dirigidas a catequistas, religiosos y sacerdotes, padres de familia y educadores, y cuantos se interesan por la iniciación de la fe en los niños.
Ante la grave sequía que padecemos en muchos lugares de España y también en nuestra provincia de Guadalajara os invito a presentar al Señor nuestras súplicas, pidiendo al creador que nos conceda la lluvia abundante que necesitamos todos, puesto que no solo afecta a nuestros campos, y a las cosechas y pastos, sino también a las fuentes y embalses y, en consecuencia, al consumo humano e industrial.












