Por Alfonso Olmos
(director de la Oficina de Información)
En unos días se celebrará el aniversario del inicio de la guerra civil en España en la que, según el vocabulario empleado actualmente por la televisión pública de nuestro país, “desaparecieron” miles de sacerdotes, religiosos y laicos que fueron, en realidad, asesinados por odio a la fe.
Pero tranquilos, no es esa memoria histórica la que quiero traer a estas líneas para la reflexión de todos. Me quiero referir a otras memorias, entre ellas a la memoria anual de actividades de la Iglesia en nuestro país, recientemente publicada por la Conferencia Episcopal, que en un breve informe, magníficamente presentado, se ha hecho llegar a las distintas parroquias para dar razón de la labor eclesial a favor de la sociedad.
Destaco, por encima de los números, el hecho de que la Iglesia busque la transparencia y quiera mostrar a la sociedad que, como dice el Papa, quiere seguir siendo “hospital de campaña” que cura heridas y ofrece atención, cuidado y fortaleza. La memoria, además de unos datos elocuentes sobre la Iglesia en España y los estrictamente económicos, ofrece otros concretos sobre su actividad en el campo de la evangelización, la liturgia, la pastoral, la educativa, la asistencial y la cultural.
Pero también en nuestra diócesis Cáritas ha presentado recientemente su memoria anual, para compartir con toda la comunidad diocesana las acciones llevadas a cabo y sus beneficiarios. Según esa memoria las Cáritas parroquiales y arciprestales han atendido en 2018 a 1.747 familias y a 6.167 personas. En tres proyectos de atención a familias en procesos de inclusión social o necesidades especiales, a 1.262 personas. En la acogida, el restaurante y el supermercado solidario a 671 familias y a 1.315 personas. En el centro de atención residencial Betania 302 personas. En el área de empleo fueron atendidas 1.001 personas y 124 obtuvieron un empleo logrando mejorar su integración personal, familiar y social. Cáritas además puso en marcha 6 proyectos de cooperación fraterna y a atendido a 383 mayores, todo ello gracias a 727 voluntarios que son, junto con tantas personas e instituciones que ofrecen su colaboración o aportación económica, son los verdaderos protagonistas de esta historia de la que ahora hacemos memoria.



Pues bien, desde entonces el sínodo lleva 7 meses de camino andado. Y en este espacio de la evangelización por las RRSS (redes sociales) os traigo, por si alguno aún n lo sabíais o no la conocéis, la página web propia del sínodo recientemente publicada. Se puede acceder a ella desde la web del obispado en la página de inicio pinchando en el link destacable o en la dirección:
Compartir vida con las personas más desfavorecidas es vivir el Evangelio, personas que no se les pone nada por delante para seguir, pues tienen muy claro que Jesús está en medio de ellas y no tienen miedo, lo arriesgan todo. Es lo que ha hecho Jean Vanier, recientemente fallecido, fundador de las comunidades de EL ARCA y de FE y LUZ. Él no tuvo miedo por renunciar a su buena posición social y profesional para vivir el Evangelio con los más débiles y heridos hasta el final de su vida; en el centro de estas comunidades cristianas están las personas con discapacidad en las que Jesús se hace presente.
Fe y Luz, Ciegos Católicos de España, FRATER, Migraciones y HOAC fuimos quienes estuvimos en las mesas para las periferias: Carmen, Virginia, Enrique, Marta, Lety, Raquel, Susana... En los distintos testimonios hubo mucho en común, como es el formar parte de las periferias por las vivencias que llevamos en nuestras mochilas. Pero, contra viento y marea, y sin miedo, seguimos adelante porque Cristo vive en nosotros y nos acompaña siempre.














