Laura y María Lara Martínez
(Profesoras titulares de Universidad)
Es primer viernes de octubre, día 3 en que el santoral católico celebra a San Francisco de Borja. I Marqués de Llombay, IV Duque de Gandía con título de Grande de España y Virrey de Cataluña. Desde pequeño quiso ser monje pero su familia lo introdujo en la Corte del emperador Carlos V, de quien era pariente y conoció en Tordesillas a Juana I, la reina cuerda, protagonista del libro más reciente de María Lara.
Pertenecía a la misma estirpe valenciana que el Papa Alejandro VI (Rodrigo de Borja), el Papa Borgia, quien dio el título de Reyes Católicos a Isabel y Fernando, así como firmó las 5 bulas Inter Caetera, de reparto del Nuevo Mundo: América, entre España y Portugal. Antecesor de ambos fue otro Pontífice previo que ocupó la cátedra de San Pedro a mediados del siglo XV. Nos referimos a Calixto III (Alfonso de Borja).
Inició sus estudios en Zaragoza, donde tuvo como maestro al filósofo y matemático Gaspar Lax, conocido como el príncipe de la Lógica.
La esposa de Carlos V lo nombró Caballerizo Mayor y le buscó esposa, una dama de su corte, Leonor de Castro, con quien tendría 8 hijos.
Cuando muere Isabel de Portugal, Francisco de Borja escolta su cadáver de Toledo a Granada, donde es sepultada. Ella, que había sido elogiada por su belleza, causó un fuerte impacto en San Francisco de Borja, ver la corruptibilidad del cuerpo. “Nunca volveré a servir a señor que se me pueda morir”, sentenció. Al enviudar, abandonó los cargos temporales, hizo profesión solemne de los 4 votos (pobreza, castidad, obediencia y obediencia al Papa) y se convirtió en jesuita.
Llegó a ser el tercer prepósito general de la Compañía de Jesús, elegido en 1565, y viviría en Roma hasta su muerte en 1572.
Todo esto lo contamos las Hermanas Lara en nuestro libro Ignacio y la Compañía. Del castillo a la misión, con el que ganamos el Premio Algaba.