La catedral de la Almudena de Madrid acoge en la mañana del sábado 29 de octubre la beatificación de cuatro monjes benedictinos de Silos, con destino en Madrid, donde fueron martirizados en 1936. Uno de ellos, Rafael Alcocer Martínez (1889-1936), era oriundo de Molina de Aragón, donde nació su padre; este, a su vez, con raíces en la cercana Taravilla, en el corazón del Alto Tajo.

Se da, además, otra circunstancia que vincula al nuevo beato mártir con nuestra diócesis. Y es que fue martirizado junto a un sacerdote de nuestra diócesis. El padre Rafael fue llevado a la checa de la calle Ferraz y allí coincidió con el párroco de Horche, Juan Antonio Cortés Moral. Antes de salir para el patíbulo, ambos se confesaron en latín, según testimonio directo de un hermano del cura de Horche, agricultor, y que compartía cárcel y que posteriormente fue liberado. Tras la guerra civil, fue recuperado el cuerpo de Juan Antonio Cortés y enterrado delante del altar de la iglesia parroquial de Horche, entonces del arzobispado de Toledo.

Por otro lado, el sacerdote de nuestra diócesis Martín Layna Ibáñez, canónigo de la catedral de Sigüenza, fue también martirizado en Madrid ese mismo día, 4 de octubre de 1936.

La causa de la canonización de estos dos sacerdotes está integrada en la causa conjunta de los mártires de la región y que abre nuestro obispo mártir Eustaquio Nieto Martín.

Tras cumplir 26 años de servicio en la Diócesis de Sigüenza–Guadalajara, la religiosa Avelina Coria Arreola, de las Hijas de la Caridad de María Inmaculada, ha sido trasladada por su congregación a una nueva misión en la Diócesis de Madrid. Hna. Avelina llegó a España desde México en enero de 1990. Sus primeros siete años transcurrieron en la enfermería de la Clínica La Antigua, en Guadalajara.

En 1997 fue trasladada a la Residencia de Ancianos “Virgen de la Luz”, en Almonacid de Zorita, donde ha permanecido hasta septiembre de 2016. Durante los 19 años al servicio de esta misión ha estado a cargo de la enfermería, los recursos humanos y, últimamente, la dirección de la residencia. Los residentes y la comunidad de Almonacid han querido dedicarle un homenaje como muestra de gratitud, que ella ha declinado con personal sencillez.

La Delegación de Infancia, Juventud y Universidad ofrece a los jóvenes de más de 18 años el campo de trabajo llamado “Bethesda”, con sentido asistencial y social, que se desarrollará desde del 29 de octubre por la mañana hasta el 1 de noviembre por la tarde. Se inspira en la llamada que hizo el papa Francisco a los jóvenes en la JMJ de Cracovia “a salir de su comodidad e ir a abrazar a todos”. Con el lema `Sal, encuentra y abraza´, será en un centro de las Hijas de la Caridad en Madrid y propone a los asistentes diversas acciones de servicio con las personas atendidas por las religiosas: comedor social, pisos de inserción, centros de niños y de convalecientes… Además de estos talleres temáticos, el programa cuanta con tiempos de convivencia, de profundización religiosa y de conocimiento del mundo de la marginación.

Por otra parte, durante esta semana los equipos de Juventud y vocaciones están realizando una convivencia más de “Venid y veréis” en la Casa María Madre. Participan quince estudiantes de Universidad y Ciclos de FP. Es la primera del género en este curso.