Yadira y Patricio son un matrimonio de ecuatorianos que vive en Guadalajara. Durante este tiempo de pandemia, y lejos de su casa y de su familia, ha crecido su fe. Eso les ha hecho ser conscientes de que “hay que devolver en el servicio a los demás lo que la vida nos ha dado”. Así lo cree Yadira que argumenta que “sin fe es muy difícil ser agradecidos”.

Yadira trabaja en una casa en Madrid, pero  “como las empleadas del hogar no somos un servicio esencial prioritario, tuve que dejar de realizar mi quehacer diario por no poder viajar a otra provincia”. Patricio trabaja en logística en Quer. A él le hicieron un ERTE y por eso, junto a su mujer, han tenido más “tiempo para ayudar”.

Desde mediados de marzo este matrimonio, junto con otros voluntarios y trabajadores, ha considerado que el almacén de Caritas diocesana debía funcionar como una casa, y ambos han puesto su pericia laborar al servicio de todos. Patricio, que tiene habilidad en la disposición y el orden, ha trabajado en la coordinación del almacén. Yadira, que está acostumbrada a las labores domésticas, se afanaba en preparar lotes de víveres para entregar a las familias. La recompensa ha sido saber que su ayuda ha servido de algo, y por eso les da pena pensar que, tras esta dura prueba, “volvamos a la normalidad y se nos olvide que todos somos necesarios”.

Este tiempo ha sido difícil para Yadira, de una forma especial, puesto que ha vivido intensamente, aunque en la lejanía de los suyos, la enfermedad de toda su familia. Su hermano policía se infectó de Covid-19 y contagió a sus padres. Su madre ha corrido riesgo de muerte. “Han sido momentos de ansiedad y de angustia porque veía que se me iba y no podía ni despedirme de ella”. Ha sido, a la vez, un tiempo de profunda esperanza “en el que he pedido mucho a Dios, desde la distancia, por ellos y Dios me ha escuchado”.

 

#10de10 #SomosIglesia24Siete #quedan7

 

Patricio y Yadira

Voluntarios en el comedor social de Cáritas

 

Se cumple el 775 aniversario de la llegada de las monjas del Císter a Buenafuente, desde el monasterio de Casbas (Huesca). Por este motivo, a petición de la madre abadesa del monasterio, el obispo diocesano solicitó de la Penitenciaría Apostólica la gracia de poder lucrar indulgencia plenaria quienes se acercaran al monasterio del Sistal, tanto para ellos como en sufragio de los fieles difuntos, siguiendo las condiciones establecidas en el mismo Decreto.

La Santa Sede ha concedido entre el pasado 20 de mayo y el próximo 20 de septiembre un tiempo de gracias jubilares, que ya abrió don Atilano Rodríguez el 21 de mayo. La clausura de este periodo jubilar será los días 19 y 20 de septiembre, coincidiendo con las fiestas del Cristo de la Salud y del Día de la Amistad de Buenafuente.

Suspendidas las actividades, acogida y convocatorias públicas en Buenafuente del Sistal desde el pasado 14 de marzo en razón de la pandemia, está previsto reanudarlas, si las condiciones sanitarias siguen siendo favorables, a partir del 1 de julio, manteniendo un aforo más reducido de huéspedes, y observando las prescripciones sociales aprobadas por las autoridades competentes.

Aunque mi labor de voluntariado en Cáritas es acudir los jueves a las cenas al Centro Residencial “Betania” para personas sin hogar como casi todo, con la llegada de la pandemia, esto también se paró. Consideramos que para contribuir a evitar el contagio y la expansión del virus, había algunas labores de las que se podían prescindir. Este hecho, en mi vivencia personal de pasar el confinamiento, supuso una ruptura con algo que llevo haciendo desde hace diez años.

Como tantas otras cosas que tienes interiorizadas en tu rutina, no acudir a Betania, fue creando un vacío en mi interior, que solo he sabido reconocer cuando he vuelto tras el confinamiento. Al cabo de siete semanas, por fin, comenzaron esos “alivios” tan esperados y se podía salir en franjas horarias concretas.

Desde Cáritas se me propuso el poder acompañar en el paseo diario a dos residentes de Betania, que por sus condiciones personales no podían hacerlo solos. Y con ilusión dije que sí. Está siendo una oportunidad de encuentro más estrecho con ellos, en un cara a cara, aunque sea con mascarillas, en el que las miradas se cruzan, mientras al caer la tarde damos el paseo diario.

Hay momentos de caminar en silencio, simplemente admirando la primavera o escuchando el canto de los pájaros, pero hay otros momentos de diálogo en el que la persona se sincera, te cuenta y te comparte esos sentimientos que lleva en el corazón. Creo que Dios siempre sorprende y en estas personas me encuentro con Él mismo, haciéndose realidad eso de que “recibes más de lo que das”.

 #10de10 #SomosIglesia24Siete #quedan8

 

Elena Pérez Pastor

Voluntaria del Centro Residencial Betania

Desde mediados de mayo, en el contexto de la pandemia, el MotoClub Alto Henares de Sigüenza puso en marcha, en distintos supermercados de la ciudad, la iniciativa 'Ningún hogar sin alimentos', involucrando en ella a comercios y empresas de alimentación locales, e incluso de fuera de la ciudad, y a cientos de seguntinos y seguntinas.

Se han recogido casi cinco mil kilos de alimentos no perecederos, que ya han sido entregados a Cáritas Sigüenza, en su sede de El Pósito de la Misericordia. Alberto del Olmo es el presidente del MotoClub Alto Henares de Sigüenza.

La soledad por la libertad, es una frase que me repetían mucho las feligresas de mis primeras parroquias: “usted, está solo, pero es libre.”

Desde el comienzo del confinamiento, en casa la rutina de siempre: levantarse a las seis, oración diaria, misa ante el altar de la Esperanza que hay en el despacho, una hora de spinning, desayuno, estudio, atención a mis labores, llamadas de teléfono a los parroquianos… El día 20 de marzo llamé al médico de cabecera para reponer los medicamentos de la alergia y poder salir a por ellos a la farmacia.

- ¿Qué tal esta nuestro párroco? 

- Pues bien, doctora, la alergia este año ha venido pronto: me siento cansado, con mucho moco, no tengo ganas ni de comer, además he perdido el olfato y el sabor de las comidas, ayer no pude hacer deporte pues me fatigaba y a los cinco minutos me bajé de la bici y al sofá a descansar.

-D. Raúl… ¡acaba usted de describir los síntomas del Coronavirus!  Se queda en casa 14 días encerrado sin que nadie, ni nada, entre ni salga de su casa. Si necesita algo urgente o se siente mal nos llama al centro.  Bajo ningún concepto salga de casa. ¿Dónde ha ido en estos días, ha salido? Sí, a celebrar la misa a las Monjas Clarisas y a presidir algún doloroso y triste entierro, en este desierto de vida.

La tarde de ese día, subió la fiebre y así sucedió también los cinco días siguientes. A partir de ahí, ni ganas de levantarme para ir al baño, ni siquiera quería descolgar el móvil a mi familia para hacer la videollamada de rigor…

Tres momentos eran sagrados en mi vida en esos días, hasta que pude, después de un mes, subirme una hora a la bicicleta de spinning: la misa en casa por los enfermos y difuntos, un “vermucito” español en la terraza al sol y 45 minutos de música que ponía desde el balcón de mi casa, para alegrar a los seis vecinos, la mayoría ancianos, de nuestro poco concurrido barrio, que concluían cantando unidos el himno a Molina de Aragón. 

En esos días entre otras muchas cosas aprendí que nadie estaba solo, y que ya no éramos tan libres.

 

#SomosIglesia24Siete #quedan9

 

Raúl Pérez Sanz

Sacerdote

Molina de Aragón

Guadalajara

Información

Obispado en Guadalajara
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Teléf. 949231370
Móvil. 620081816
Fax. 949235268

Obispado en Sigüenza
C/Villaviciosa, 7
19250 Sigüenza
Teléf. y Fax: 949391911

Oficina de Información
Alfonso Olmos Embid
Director
Obispado
C/ Mártires Carmelitas, 2
19001 Guadalajara
Tfno. 949 23 13 70
Fax: 949 23 52 68
info@siguenza-guadalajara.org

 

BIZUM: 07010

CANAL DE COMUNICACIÓN

Mapa de situación


Mapa de sede en Guadalajara


Mapa de sede en Sigüenza

Si pincha en los mapas, podrá encontrarnos con Google Maps