Del 18 al 25 de enero se celebra la semana de oración por la unidad de los cristianos

 

Reconciliación.
El amor de Cristo nos apremia
(cf. 2 Co 5, 14-20)

   

TEXTO BÍBLICO PARA EL 2017

(2 Corintios 5, 14-20)

En todo caso, es el amor de Cristo el que nos apremia, al pensar que, si uno murió por todos, todos en cierto modo han muerto. Cristo, en efecto, murió por todos, para que quienes viven, ya no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Así que en adelante a nadie valoramos con criterios humanos. Y si en algún tiempo valoramos a Cristo con esos criterios, ahora ya no. Quien vive en Cristo es una nueva criatura; lo viejo ha pasado y una nueva realidad está presente.

Todo se lo debemos a Dios que nos ha puesto en paz con él por medio de Cristo y nos ha confiado la tarea de llevar esa paz a los demás. Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el mundo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de paz. Somos, pues, embajadores de Cristo y es como si Dios mismo os exhortara sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que hagáis las paces con Dios. Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros la fuerza salvadora de Dios.

Biblia Traducción Interconfesional (BTI)

Los ocho días y la celebración ecuménica

El texto 2 Co 5,14-20 da forma a las reflexiones de los ocho días, que desarrollan algunas de las enseñanzas teológicas de los diferentes versículos, como sigue:

Día 1: Uno murió por todos

Día 2: Ya no vivan más para sí mismos

Día 3: A nadie valoramos con criterios humanos

Día 4: Lo viejo ha pasado

Día 5: Una nueva realidad está presente Día 6: Dios nos ha reconciliado con él

Día 7: El ministerio de la reconciliación

Día 8: Reconciliados con Dios

 

REFLEXIONES BÍBLICAS
Y ORACIONES PARA EL OCTAVARIO

 

DÍA 1

Uno murió por todos (2 Corintios 5, 14)

 

Isaías 53, 4-12

Entregó su vida como ofrenda expiatoria

Salmo 118, 1. 14-29

No me ha entregado a la muerte

1 Juan 2, 1-2

Jesucristo murió para que nuestros pecados sean perdonados

Juan 15, 13-17

Dar la vida por los amigos

Comentario

Cuando Pablo se convirtió a Cristo llegó a un entendimiento radicalmente nuevo: una persona murió por todos. Jesús no murió solo por su pueblo, ni solo por aquellos que simpatizaban con sus enseñanzas. Murió por todos los pueblos, pasados, presentes y futuros. Muchos cristianos, fieles al Evangelio, han entregado sus vidas por sus amigos a lo largo de los siglos. Una de estas personas fue el franciscano Maximiliano Kolbe, que fue encarcelado en el campo de concentración nazi de Auschwitz, y que en 1941, voluntariamente, entregó su vida para que un compañero prisionero pudiera vivir.

Ya que Cristo murió por todos, «todos en cierto modo han muerto» (2 Co 5, 14). Muriendo con Cristo, nuestro viejo modo de vida se ha vuelto una cosa del pasado y hemos entrado en una nueva forma de existencia: la vida en abundancia –una vida en la que podemos experimentar consuelo, confianza y perdón, también hoy– una vida que continúa teniendo sentido también después de la muerte. Esta nueva vida es vida en Dios.

Habiendo llegado a este entendimiento, Pablo sentía que el amor de Cristo lo apremiaba a predicar la Buena Noticia de la reconciliación con Dios. Las Iglesias cristianas comparten este mismo mandato de proclamar el mensaje evangélico. Debemos preguntarnos a la luz de nuestras divisiones cómo podemos anunciar este Evangelio de la reconciliación.

Preguntas

  • ¿Qué significa decir que Jesús «murió por todos»?
  • El pastor alemán Dietrich Bonhoeffer escribía: «Soy hermano de otra persona gracias a lo que Jesucristo hizo por mí y me hizo a mí; la otra persona se ha vuelto un hermano para mí gracias a lo que Jesucristo hizo por él». ¿Cómo afecta esto a la forma en la que veo a los demás?
  • ¿Cuáles son las consecuencias de esto para el diálogo ecuménico e interreligioso?

Oración

Dios y Padre,
en Jesús nos diste a aquel que murió por todos.
Él vivió nuestra vida y murió nuestra muerte.
Tú aceptaste su sacrificio y lo elevaste a una nueva vida junto a ti.
Concédenos a nosotros, que hemos muerto con él,
poder hacernos uno por el Espíritu Santo,
y vivir en la abundancia de tu divina presencia
ahora y por siempre. Amén

 

DÍA 2

Ya no vivan más para sí mismos (2 Corintios 5, 15)

 

Miqueas 6, 6-8

Se te ha hecho conocer lo que está bien

Salmo 25, 1-5

Señor, muéstrame tus caminos

1 Juan 4, 19-21

Amemos, pues, nosotros porque Dios nos amó primero

Mateo 16, 24-26

El que entregue su vida por mi causa, ese la encontrará

Comentario

Por medio de la muerte y la resurrección de Jesucristo hemos sido liberados de crearnos nuestro propio sentido y de vivir solo a partir de nuestras fuerzas. Por el contrario, vivimos en el poder dador de vida de Cristo, que vivió, murió y resucitó por nosotros. Cuando «perdemos» nuestra vida por él, la encontramos.

Los profetas se enfrentaron constantemente a la pregunta acerca del modo correcto de vivir cara a Dios. El profeta Miqueas encontró una respuesta muy clara a esta pregunta: «respetar el derecho, practicar con amor la misericordia y caminar humildemente con tu Dios». El autor del salmo 25 sabía que no podemos hacer esto por nuestra cuenta y clamaba a Dios para que le diera luz y fuerza.

En los últimos años, el aislamiento social y la creciente soledad se han vuelto asuntos importantes en Alemania, como también en otras sociedades contemporáneas. Los cristianos están llamados a desarrollar nuevas formas de vida comunitaria en las que compartimos nuestros medios de sustento con los demás y afianzamos la ayuda entre las generaciones. El llamamiento evangélico a no vivir para nosotros mismos sino para Cristo es también un llamamiento a abrirnos a los demás y a romper las barreras que nos aíslan.

Preguntas

  • ¿De qué manera nuestra cultura nos tienta a vivir solo para nosotros mismos en vez de para los demás?
  • ¿De qué formas podemos vivir para los demás en nuestra vida de todos los días?
  • ¿Cuáles son las implicaciones ecuménicas del llamamiento a no vivir ya para nosotros mismos?

Oración

Dios Padre nuestro,
en Jesucristo nos has liberado para una vida que va más allá de nosotros mismos.
Condúcenos con tu Espíritu
y ayúdanos a vivir nuestras vidas como hermanos y hermanas en Cristo,
que vivió, sufrió, murió y resucitó por nosotros
y que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA 3

A nadie valoramos con criterios humanos(2 Corintios 5, 16)

 

1 Samuel 16, 1. 6-7

Pues vosotros os fijáis en las apariencias, pero yo miro al corazón

Salmo 19, 7-13

El mandamiento del Señor es nítido, llena los ojos de luz

Hechos 9, 1-19

Saulo se convierte en Pablo

Mateo 5, 1-12

Las bienaventuranzas

Comentario

Encontrarse con Cristo cambia todo de arriba a abajo. Pablo tuvo esa experiencia de camino a Damasco. Por primera vez pudo ver a Jesús como quien era realmente: el Salvador del mundo. Su perspectiva cambió radicalmente. Tuvo que poner a un lado su juicio humano y mundano.

Encontrarnos con Cristo cambia también nuestra perspectiva. Sin embargo, muchas veces permanecemos en el pasado y juzgamos según criterios humanos. Pretendemos decir y hacer cosas «en el nombre del Señor», cuando en realidad pueden ser autorreferenciales. A lo largo de la historia, en Alemania y en muchos otros países, tanto las Iglesias como los gobernantes han abusado de su poder e influencia para perseguir fines políticos injustos.

En 1741, los cristianos de la Iglesia de Moravia (Herrnhuter), transformados por su encuentro con Cristo, respondieron al llamamiento de no valorar a nadie con criterios humanos y eligieron «someterse al gobierno de Cristo». Al someternos nosotros hoy al gobierno de Cristo, estamos llamados a ver a los demás como los ve Dios, sin desconfianza ni prejuicios.

Preguntas

  • ¿Dónde puedo identificar yo experiencias de Damasco en mi vida?
  • ¿Qué es lo que cambia cuando miramos a los demás cristianos y a las personas de otras confesiones con los ojos de Dios?

Oración

Dios trino, eres el origen y el fin de todo lo que existe.
Perdónanos cuando solo pensamos en nosotros mismos
y nos ciegan nuestros propios criterios.
Enséñanos a ser amables, acogedores y misericordiosos,
para que podamos crecer en la unidad que es un don tuyo.
A ti sea el honor y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA 4

Lo viejo ha pasado (2 Corintios 5, 17)

 

Génesis 19, 15-26

 No mires atrás

Salmo 77, 5-15

Dios es siempre fiel

Filipenses 3, 7-14

Olvido lo que he dejado atrás

Lucas 9, 57-62

Pon tu mano en el arado

Comentario

Muchas veces vivimos desde el pasado. Mirar atrás puede ser útil y con frecuencia es necesario para sanar la memoria, pero también nos puede paralizar y nos puede impedir vivir en el presente. El mensaje de Pablo aquí es liberador: «lo viejo ha pasado».

La Biblia nos anima a tener en cuenta el pasado, a tomar fuerzas de la memoria y a recordar lo que Dios ha hecho, pero también nos pide dejar lo viejo, incluso lo que ha sido bueno, para poder seguir a Cristo y vivir una vida nueva en él.

A lo largo de este año muchos cristianos están conmemorando la labor de Martín Lutero y de otros reformadores. La Reforma cambió muchas cosas en la vida de la Iglesia de occidente. Muchos cristianos dieron un testimonio heroico y muchos fueron renovados en su vida cristiana. Al mismo tiempo, como nos muestra la Escritura, es importante que el pasado no nos limite, sino que dejemos que el Espíritu Santo nos abra a un nuevo futuro en el que se superen las divisiones y el pueblo de Dios sea salvado.

Preguntas

  • ¿Qué podemos aprender al leer juntos la historia de nuestras divisiones y desconfianzas?
  • ¿Qué debe cambiar en mi Iglesia para superar las divisiones y fortalecer lo que nos une?

Oración

Señor Jesucristo,
el mismo ayer, hoy y siempre.
Cura las heridas de nuestro pasado;
bendice hoy nuestra peregrinación hacia la unidad
y condúcenos hacia tu futuro,
en el que serás todo en todos,
con el Padre y el Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA 5

Una nueva realidad está presente (2 Corintios 5, 17)

 

Ezequiel 36, 25-27

Os daré un corazón nuevo

Salmo 126

Estamos alegres

Colosenses 3, 9-17

Renovados en Cristo

Juan 3, 1-8

Nacer del Espíritu

Comentario

Pablo se encontró con Cristo, el Señor resucitado, y se convirtió en una persona nueva, así como le pasa a todos los que creen en Cristo. Esta nueva realidad no es visible a simple vista. Es una realidad de fe. Dios vive en nosotros por el poder del Espíritu Santo y nos hace participar en la vida de la Trinidad.

Por este acto de nueva creación se supera el pecado original y se nos inserta en una relación salvífica con Dios. De ahí que se puedan decir cosas verdaderamente extraordinarias de nosotros. Como dijo Pablo: en Cristo somos una nueva criatura; en su resurrección la muerte ha sido vencida; ninguna persona o cosa nos puede arrebatar de las manos de Dios; somos uno en Cristo y él vive en nosotros. En Cristo somos «un reino de sacerdotes» (Ap 5, 10), al darle gracias por haber vencido la muerte y al proclamar la promesa de una nueva creación.

Esta nueva vida se hace visible cuando le permitimos que tome forma en nosotros y nos volvemos «compasivos, benignos, humildes, pacientes y comprensivos». También tiene que hacerse visible en nuestras relaciones ecuménicas. Una convicción común en muchas Iglesias es que cuanto más estemos en Cristo, más cerca estaremos unas de otras. De un modo especial en este 500 aniversario de la Reforma, recordamos tanto los éxitos como también las tragedias de nuestra historia. El amor de Cristo nos apremia a vivir como nuevas criaturas, buscando activamente la unidad y la reconciliación.

Preguntas

  • ¿Qué es lo que me ayuda a reconocer que soy una nueva creación en Cristo?
  • ¿Qué pasos tengo que dar para vivir mi nueva vida en Cristo?
  • ¿Cuáles son las implicaciones ecuménicas de ser una nueva creación?

Oración

Dios trino, te nos has revelado como Padre y Creador, como Hijo y Salvador, como Espíritu y dador de vida, y sin embargo eres uno. Superas y trasciendes nuestras fronteras humanas y nos renuevas. Danos un corazón nuevo para superar todo lo que pone en peligro nuestra unidad en ti. Lo pedimos en el nombre de Jesucristo, por el poder del Espíritu Santo. Amén.

 

DÍA 6

Dios nos ha reconciliado con él (2 Corintios 5, 18)

 

Génesis 17, 1-8    

Dios hace una alianza con Abrahán

Salmo 98

Los confines de la tierra han visto la victoria de nuestro Dios

Romanos 5, 6-

Dios nos ha restablecido en su amistad por la muerte de Cristo

Lucas 2, 8-14

Traer una Buena Noticia

Comentario

La reconciliación tiene dos caras: es al mismo tiempo fascinante y aterradora. Nos atrae de modo que la deseamos: dentro de nosotros, entre nosotros y entre nuestras diferentes tradiciones confesionales. Pero nos damos cuenta del precio a pagar y esto nos aterra, ya que la reconciliación implica renunciar a nuestro deseo de poder y de reconocimiento. En Cristo, Dios nos reconcilia gratuitamente consigo, aunque nos hayamos separado de él. La acción de Dios, sin embargo, trasciende también esto: Dios no solo reconcilia consigo a la humanidad, sino a toda la creación.

En el Antiguo Testamento Dios es fiel y misericordioso con el pueblo de Israel, con el que hizo una alianza. Esta alianza sigue vigente: «los dones y el llamamiento divinos son irrevocables» (Rm 11, 29). Jesús, que inauguró la nueva alianza en su sangre, era un hijo de Israel. Muchas veces a lo largo de la historia nuestras Iglesias han fallado a la hora de reconocer esto. Desde el Holocausto se ha vuelto un compromiso distintivo de las Iglesias en Alemania combatir el antisemitismo. Del mismo modo, todas las Iglesias están llamadas a llevar a cabo la reconciliación en sus comunidades y a resistir cualquier forma de discriminación humana, ya que todos somos parte de la alianza de Dios.

Preguntas

  • ¿En cuanto comunidades cristianas cómo entendemos el formar parte de la alianza de Dios?
  • ¿Qué tipos de discriminación deben combatir nuestras Iglesias hoy en nuestra sociedad?

Oración

Dios misericordioso, desde el amor hiciste una alianza con tu pueblo. Danos fuerza para resistir toda forma de discriminación. Haz que el don de tu alianza de amor nos llene de alegría y nos inspire una mayor unidad. Te lo pedimos por medio de Jesucristo, el Señor resucitado, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

DÍA 7

El ministerio de la reconciliación (2 Corintios 5, 18-19)

 

Génesis 50, 15-21

José se reconcilia con sus hermanos

Salmo 72

El reino de Dios trae justicia y paz

1 Juan 3, 16b-21

El amor de Dios nos obliga a amarnos unos a otros

Juan 17, 20-26

Jesús ora por la unidad de la Iglesia

Comentario

La reconciliación entre Dios y la humanidad es la realidad central de nuestra fe cristiana. Pablo estaba convencido de que el amor de Cristo nos apremia a hacer que la reconciliación de Dios se haga presente en todos los ámbitos de nuestra vida. Hoy en día esto nos lleva a examinar nuestras conciencias acerca de nuestras divisiones. Como demuestra la historia de José, Dios siempre otorga la gracia necesaria para sanar las relaciones rotas.

Los grandes reformadores como Martín Lutero, Ulrico Zuinglio y Juan Calvino, como también muchos que permanecieron católicos, como Ignacio de Loyola, Francisco de Sales y Carlos Borromeo, intentaron conseguir que la Iglesia occidental se renovara. Sin embargo, lo que debería haber sido una historia de la gracia de Dios, estuvo también marcada por el pecado de los hombres y se volvió una historia del desgarramiento de la unidad del pueblo de Dios. De la mano del pecado y de las guerras, la hostilidad mutua y la sospecha fueron creciendo a lo largo de los siglos.

El ministerio de la reconciliación incluye la tarea de superar las divisiones dentro del cristianismo. Hoy en día, muchas Iglesias cristianas trabajan juntas con mutuo respeto y confianza. Un ejemplo positivo de reconciliación ecuménica es el diálogo entre la Federación Luterana Mundial y el Congreso Mundial Menonita. Después de que se hicieron públicos los resultados de este diálogo en el documento «La sanación de las memorias: reconciliación por medio de Cristo», las dos entidades organizaron juntas una celebración penitencial en 2010 que fue seguida de otras celebraciones penitenciales por toda Alemania y en muchos otros países.

Preguntas

  • ¿Dónde percibimos la necesidad de un ministerio de la reconciliación en nuestro contexto?
  • ¿Cómo estamos haciendo frente a esta necesidad?

Oración

Dios de toda bondad,
te damos gracias por habernos reconciliado
 a nosotros y a toda la creación contigo en Cristo.
Capacítanos a nosotros, a nuestras congregaciones
y a nuestras Iglesias para el ministerio de la reconciliación.
Sana nuestros corazones y ayúdanos a propagar tu paz.
«Donde haya odio, que sembremos amor; donde haya ofensa, perdón;
donde haya duda, fe; donde haya desesperación, esperanza;
donde haya tinieblas, luz; donde haya tristeza, gozo».
Te lo pedimos en el nombre de Jesucristo,
por el poder del Espíritu Santo. Amén.

DÍA 8

Reconciliados con Dios (2 Corintios 5, 20)

 

Miqueas 4, 1-5

En los últimos días reinará la justicia

Salmo 87

Maravillas se cuentan de ti, ciudad de Dios

Apocalipsis 21, 1-5a

Dios hará un cielo nuevo y una tierra nueva

Juan 20, 11-18

Encontrarse con el Señor resucitado lleva a la misión personal

Comentario

¿Y si...? ¿Y si las profecías de la Biblia se hicieran realidad? ¿Y si las guerras entre los pueblos se detuvieran y se hicieran de las armas instrumentos de vida? ¿Y si la justicia de Dios y la paz reinaran, una paz que fuera más que la simple ausencia de guerra? ¿Y si toda la humanidad se juntara para una celebración en la que ni tan siquiera se marginara a una persona? ¿Y si no hubiera ya luto, ni llanto, ni muerte? Sería la plenitud de la reconciliación realizada por Dios en Jesucristo. ¡Sería el cielo!

Los salmos, los cánticos y los himnos cantan el día cuando toda la creación llegada a su plenitud finalmente alcance su meta, el día en que Dios será «todo en todos». Hablan de la esperanza cristiana, del cumplimiento del reino de Dios en el que el sufrimiento se convertirá en alegría. En aquel día, la Iglesia será revelada en su hermosura y gracia como el único cuerpo de Cristo. Siempre que nos reunimos en el Espíritu para cantar juntos el cumplimiento de las promesas de Dios, se abren los cielos y empezamos a bailar aquí y ahora al son de la melodía de la eternidad.

Puesto que ya podemos experimentar esta presencia del cielo, celebremos juntos. Podemos sentirnos inspirados para compartir imágenes, poesías y cantos de nuestra tradición particular. Estos recursos pueden abrir espacios para que experimentemos nuestra fe común y nuestra esperanza del Reino de Dios.

Preguntas

  • ¿Cómo te imaginas el cielo?
  • ¿Qué canciones, historias, poesías e imágenes de tu tradición te transmiten la sensación de estar participando en la realidad de la eternidad de Dios?

Oración

Dios trino, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te damos gracias por esta Semana de Oración, por estar juntos como cristianos y por los distintos modos en que hemos sentido tu presencia. Haz que siempre podamos alabar juntos tu santo nombre para que podamos seguir creciendo en la unidad y la reconciliación. Amén.

o

Gloria canten a ti
las humanas y angélicas lenguas
con arpas y címbalos.
De doce perlas son las puertas
de tu ciudad; seremos compañeros
de los ángeles en torno a tu alto trono.
Ojo ninguno ha visto,
ni oído alguno percibió
una alegría tal.
Seremos felices,
¡oh, oh!,
eternamente en dulce júbilo.

(Traducción al castellano: Saúl Botero-Restrepo. Alemán: Wachet auf, ruft uns die Stimme de Philipp Nicolai (1599); inglés: Wake, awake, the night is flying (tercera stanza), traducida por Catherine Winkworth]

 

CELEBRACIÓN ECUMÉNICA 

DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN

Destinados a proclamar las grandezas de Dios
(cfr. 1 Pedro 2, 9)

 

P  Presidente
A  Asamblea
L  Lector

  1. Reunidos en el nombre de Jesús

Himno de entrada (elegido localmente)
Procesión con la Biblia / Leccionario

Apertura

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

A  Amén.

P  La gracia y la paz de Dios, que nos ha reconciliado consigo por medio de Jesucristo, esté con todos vosotros (2 Co 5, 18).

A  Y también contigo.

Palabras introductorias

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: este año muchos cristianos e Iglesias conmemoran el aniversario de la Reforma. San Pablo nos recuerda que Dios nos ha reconciliado consigo por medio de Jesucristo y que el amor de Cristo nos apremia a ser ministros de reconciliación. ¡Adoremos y alabemos juntos a Dios en la unidad del Espíritu Santo!

Salmo 98 (cantado) o un himno de alabanza

  1. Divididos por nuestros pecados (arrepentimiento)

Invitación al arrepentimiento

P A lo largo de la historia han existido muchos movimientos de renovación en la Iglesia, que siempre está necesitada de una mayor conversión a su cabeza, Jesucristo. A veces estos movimientos han dado lugar a divisiones no queridas. Este hecho contradice lo que Jesús pidió al Padre en Juan 17, 23: «Como tú vives en mí, vivo yo en ellos para que alcancen la unión perfecta y así el mundo reconozca que tú me has enviado y que los amas a ellos como me amas a mí». ¡Confesemos nuestros pecados y oremos para obtener el perdón y la sanación de las heridas que han causado nuestras divisiones! Mientras nombramos estos pecados veremos cómo se van transformando en un muro que nos separa.

Silencio

P  Oremos: Dios y Padre del cielo, nos acercamos a ti en el nombre de Jesús. Experimentamos la vida nueva a través del Espíritu Santo, pero seguimos construyendo muros que nos dividen, muros que impiden la comunión y la unidad. Traemos hoy estas piedras con las que construimos nuestros muros y oramos para obtener perdón y sanación.

A  Amén.

Mientras se nombra cada pecado, se trae la piedra correspondiente para construir el muro. Después de un momento de silencio, el portador de la piedra [L] hace una petición de perdón y la asamblea contesta: «perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros».

P  Una piedra de nuestro muro es «falta de amor».
Se coloca la piedra con el concepto clave «falta de amor».

L1 Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las veces en las que no hemos amado. Oramos humildemente:

A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

P  Una piedra de nuestro muro es «odio y desprecio».
Se coloca la piedra con el concepto clave «odio y desprecio».

L2  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro odio y desprecio de unos contra otros. Oramos humildemente:

A Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «falsa acusación».
Se coloca la piedra con el concepto clave «falsa acusación».

L3  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por denunciar y acusarnos falsamente unos a otros. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «discriminación».
Se coloca la piedra con el concepto clave clave «discriminación».

L4  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las formas de prejuicios y discriminaciones de unos contra otros. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»
Los comités locales eligen sus propias respuestas cantadas.

Una piedra de nuestro muro es «persecución».
Se coloca la piedra con el concepto clave «persecución».

L5  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por perseguir y torturarnos unos a otros. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «comunión rota».
Se coloca la piedra con el concepto clave clave «comunión rota».

L6  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por mantener rota la comunión entre nuestras Iglesias. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «intolerancia».
Se coloca la piedra con el concepto clave intolerancia».

L7  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por desterrar a nuestros hermanos y hermanas de nuestra patria común en el pasado y por los actos de intolerancia religiosa de hoy. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «guerras de religión».
Se coloca la piedra con el concepto clave «guerras de religión».

L8  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por todas las guerras que hemos librado unos contra otros en su nombre. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»

Una piedra de nuestro muro es «división».
Se coloca la piedra con el concepto clave «división».

L9  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por vivir nuestras vidas cristianas divididos unos de otros y alejados de nuestra común vocación a favor de toda la creación. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «abuso de poder».
Se coloca la piedra con el concepto clave «abuso de poder».

L10  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro abuso de poder. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «aislamiento».
Se coloca la piedra con el concepto clave «aislamiento».

L11  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por las veces en las que nos hemos aislado de nuestros hermanos y hermanas cristianos y de las comunidades en las que vivimos. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Una piedra de nuestro muro es «orgullo».
Se coloca la piedra con el concepto clave «orgullo».

L12  Dios de bondad, el amor de Cristo nos apremia a que pidamos perdón por nuestro orgullo. Oramos humildemente:

A  Perdónanos nuestros pecados como nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.

Respuesta cantada: «¡Perdónanos, Señor!»

P  Oremos: Señor, Dios nuestro, mira este muro que hemos construido, que nos separa de ti y de los demás. ¡Perdónanos nuestros pecados! ¡Sánanos! ¡Ayúdanos a superar todos los muros de división y haznos uno en ti!

A  Amén.

Himno/Canto/Música meditativa

III. Reconcíliate con Dios, escucha la Palabra de Dios

Primera lectura: Ezequiel 36, 25-27
Salmo responsorial: Salmo 18, 25-32 (cantado)

Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.

Eres fiel con quien es fiel,
honrado con el honrado,
sincero con el sincero,
sagaz con el retorcido.
Porque tú salvas al pueblo humillado
y abates las miradas altivas.
Respuesta: Te amo, Señor, fortaleza mía.

Tú enciendes mi lámpara, Señor,
iluminas, ¡oh Dios!, mi oscuridad.
Contigo me lanzo al asalto,
con mi Dios franqueo la muralla.
El camino de Dios es perfecto,
la palabra del Señor exquisita;
es un escudo para los que en él confían.
Pues, ¿quién es Dios, aparte del Señor?
¿Quién una fortaleza, sino nuestro Dios?
Dios es quien me ciñe de fuerza
y hace perfecto mi camino.
Respuesta:Te amo, Señor, fortaleza mía.

Segunda lectura: 2 Co 5, 14-20
Aleluya (cantado)

Evangelio: Lucas 15, 11-24
Aleluya (cantado)

Sermón

  1. Responde con fe, vive reconciliado

Mientras se desmantela el muro y se colocan las piedras en forma de cruz, se canta un canto de reconciliación o un himno a la gloria de la cruz.

P  Oremos: Dios de bondad y Padre del cielo, hemos escuchado tu Palabra de la reconciliación contigo por medio de tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor. Por la fuerza del Espíritu Santo transforma nuestros corazones de piedra. Ayúdanos a ser ministros de reconciliación y a sanar las divisiones en nuestras Iglesias para que podamos servirte mejor como instrumentos de tu paz en el mundo.

A  Amén.

La paz

P  La paz del Señor esté siempre con vosotros.
Démonos una señal de paz.

Himno/Canto
(Colecta/Ofertorio)

  1. Responde con fe, proclama la reconciliación

Credo

Oraciones de intercesión
Después de cada petición, tres personas encienden sus velas de una fuente central de luz (por ejemplo, un cirio pascual) y se quedan de pie junto a la cruz hasta el momento titulado «mandato de Cristo».

L1  Dios todopoderoso, has enviado a tu Hijo Jesucristo para reconciliar al mundo contigo. Te alabamos por aquellos que mandas en el poder del Espíritu a proclamar el Evangelio a todas las naciones. Te damos gracias porque en todas las partes del mundo ha surgido una comunidad de amor reunida por sus oraciones y sus trabajos y de que en todas partes tus siervos invocan tu nombre. Que tu Espíritu despierte en cada comunidad hambre y sed de unidad en ti. Oremos al Señor:

Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.

L2 Dios de bondad, oramos por nuestras Iglesias. Llénalas de toda paz y verdad. Donde la fe se ha corrompido, purifícala; donde las personas se pierden, redirígelas; donde dejan de proclamar el Evangelio, refórmalas; donde dan testimonio de lo que es justo, refuérzalas; donde pasan necesidad, atiéndelas; donde están divididas, reúnelas. Oremos al Señor:

Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.

L3  Dios creador, nos has hecho a tu imagen y nos has redimido por medio de Jesucristo, tu Hijo. Mira con compasión a toda la familia humana; quita de nosotros la soberbia y el odio que infectan nuestros corazones; rompe los muros que nos separan; únenos con lazos de amor. Y también en nuestras debilidades, sigue obrando para realizar tu propósito en el mundo, para que todos los pueblos y las naciones te puedan servir en armonía en torno a tu trono celestial. Oremos al Señor:

Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.

L4  Espíritu Santo, dador de vida, hemos sido creados para llegar a la plenitud en ti y compartir esta vida con nuestros hermanos y hermanas en el mundo. Despierta en cada uno de nosotros tu compasión y tu amor. Danos fuerza y valor para luchar por la justicia en nuestros vecindarios, para construir la paz dentro de nuestras familias, para confortar a los enfermos y moribundos y para compartir todo lo que tenemos con los que pasan necesidad. Por la transformación de cada corazón humano, oremos al Señor:

Respuesta cantada/rezada: Señor, escucha nuestra oración.
Se debe dejar suficiente tiempo para que los ministros enciendan sus velas del cirio pascual.

Oración del Señor

Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Porque tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.

  1. Embajadores de Cristo, ministros de reconciliación

Mandato de Cristo

Los doce ministros pasan la luz a través de la asamblea hasta que cada persona tenga una vela encendida.

P  Una vela encendida es un signo profundamente humano: ilumina la oscuridad, da calor y seguridad y crea comunidad. Es signo de Cristo, luz del mundo. Como embajadores de Cristo llevaremos esta luz al mundo, a los lugares oscuros en los que las luchas, los desacuerdos y las divisiones impiden un testimonio común. ¡Que la luz de Cristo produzca la reconciliación en nuestros pensamientos, palabras y obras!

¡Recibe la luz de Cristo y llévala a los lugares oscuros de nuestro mundo! ¡Sé ministro de reconciliación! ¡Sé embajador de Cristo!

 

Bendición y envío

A ti clamamos, Dios rico en misericordia:
¡Que todos los que buscan la reconciliación experimenten tu ayuda
para que puedan proclamar tus obras maravillosas de Amor!
Pedimos esto en el nombre de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor.

A  Amén.

P  Que la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo descienda sobre vosotros y permanezca siempre.

A  Amén.

Podéis ir en la paz de Dios.

A  Demos gracias a Dios.

Himno/canto

Sonne der Gerechtigkeit, de Christian David (Rise, O Sun of Righteousness, traducción de Frank W. Stoldt), u otro canto elegido por el comité local que prepara la celebración.

 

 

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Temas 1968-2016

Desde 1968 elaborados conjuntamente por la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de Iglesias y el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos

 

1968 Para alabanza de su gloria (Ef 1, 14)

1969 Llamados a la libertad (Ga 5, 13) (Reunión preparatoria en Roma, Italia)

1970 Somos colaboradores de Dios (1 Co 3, 9) (Reunión preparatoria en el Monasterio de Niederaltaich, República Federal de Alemania)

1971 ... y la comunión del Espíritu Santo (2 Co 13, 13) (Reunión preparatoria en Bari, Italia)

1972 Os doy un mandamiento nuevo (Jn 13, 34) (Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)

1973 Señor, enséñanos a orar (Lc 11, 1) (Reunión preparatoria en la Abadía de Montserrat, España)

1974 Que todos confiesen: Jesucristo es el Señor (Flp 2, 1-13) (Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)

(En abril de 1974 se dirigió una carta a las Iglesias miembros, así como a otras instituciones que pudieran estar interesadas en crear grupos locales para preparar el folleto de la Semana de Oración. El primero en comprometerse fue un grupo australiano, que preparó en 1975 el borrador inicial del folleto de la Semana de Oración.)

1975 La voluntad del Padre: constituir a Cristo en cabeza de todas las cosas (Ef 1, 3-10) (Materiales elaborados por un grupo australiano. Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)

1976 Ahora somos hijos de Dios (1 Jn 3, 2) (Materiales elaborados por la Conferencia de Iglesias del Caribe. Reunión preparatoria en Roma, Italia)

1977 La esperanza no defrauda (Rm 5, 1-5) (Materiales elaborados en el Líbano, en plena guerra civil. Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)

1978 Ya no sois extranjeros (Ef 2, 13-22) (Materiales elaborados por un grupo ecuménico de Manchester, Inglaterra)

1979 Poneos unos al servicio de los otros para gloria de Dios (1 Pe 4, 7-11) (Materiales elaborados en Argentina. Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)

1980 Venga a nosotros tu reino (Mt 6, 10) (Materiales elaborados por un grupo ecuménico de Berlín, República Democrática de Alemania. Reunión preparatoria en Milán, Italia)

1981 Un solo Espíritu, distintos carismas, un solo cuerpo (1 Co 12, 3b-13) (Materiales elaborados por los Padres de Graymoor, EE UU. Reunión preparatoria en Ginebra, Suiza)

1982 ¡Qué amables son tus moradas, Señor! (Sal 84) (Materiales elaborados en Kenia. Reunión preparatoria en Milán, Italia)

1983 Jesucristo, vida del mundo (1 Jn 1, 1-4) (Materiales elaborados por un grupo ecuménico de Irlanda. Reunión preparatoria en Celigny-Bossey, Suiza)

1984 Llamados a la unidad por la cruz de nuestro Señor (1 Co 2, 2 y Col 1, 20) (Reunión preparatoria en Venecia, Italia)

1985 De la muerte a la vida con Cristo (Ef 2, 4-7) (Materiales elaborados en Jamaica. Reunión preparatoria en Grandchamp, Suiza)

1986 Seréis mis testigos (Hch 1, 6-8) (Materiales elaborados en Yugoslavia (Eslovenia). Reunión preparatoria en Yugoslavia)

1987 Unidos en Cristo, una nueva creación (2 Co 5, 17-6,4a) (Materiales elaborados en Inglaterra. Reunión preparatoria en Taizé, Francia)

1988 El amor de Dios elimina el temor (1 Jn 4, 18) (Materiales elaborados en Italia. Reunión preparatoria en Pinerolo, Italia)

1989 Edificar la comunidad: un solo cuerpo en Cristo (Rm 12, 5-6a) (Materiales elaborados en Canadá. Reunión preparatoria en Whaley Bridge, Inglaterra)

1990 Que todos sean uno, para que el mundo crea (Jn 17) (Materiales elaborados en España. Reunión preparatoria en Madrid, España)

1991 Alabad al Señor todas las naciones (Sal 117; Rm 15, 5-13) (Materiales elaborados en Alemania. Reunión preparatoria en Rotenburg an der Fulda, República Federal de Alemania)

1992 Yo estoy con vosotros... por tanto, id (Mt 28, 16-20) (Materiales elaborados en Bélgica. Reunión preparatoria en Brujas, Bélgica)

1993 Llevad los frutos del Espíritu para la unidad de los cristianos (Gal 2, 22-23) (Materiales elaborados en Zaire. Reunión preparatoria cerca de Zurich, Suiza)

1994 La casa de Dios: llamados a tener un solo corazón y una sola alma (Hch 4, 32) (Materiales elaborados en Irlanda. Reunión preparatoria en Dublín, Irlanda)

1995 Koinonía: comunión en Dios y entre nosotros (Jn 15, 1-17)(Materiales elaborados por «Fe y Orden». Reunión preparatoria en Bristol, Inglaterra)

1996 Mira que estoy a la puerta y llamo (Ap 3, 14-22) (Materiales preparatorios elaborados en Portugal - reunión en Lisboa, Portugal)

1997 En nombre de Cristo... dejaos reconciliar con Dios (2 Co 5, 20) (Materiales preparatorios elaborados en Escandinavia - reunión en Estocolmo, Suecia)

1998 El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad (Rm 8, 14-27) (Materiales preparatorios elaborados en Francia - reunión en París, Francia)

1999 Él habitará con ellos. Ellos serán su pueblo y el mismo Dios estará con ellos (Ap 21, 1-7) (Materiales preparatorios elaborados en Malasia - reunión en el Monasterio de Bose, Italia)

2000 Bendito sea Dios que nos ha bendecido en Cristo (Ef 1, 3-14) (Materiales preparatorios elaborados por el Consejo de Iglesias del Medio Oriente - reunión en el Monasterio de La Verna, Italia)

2001 Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 1-6) (Materiales preparatorios elaborados en Rumania - reunión celebrada en la "Casa de Odihna", Rumania)

2002 En ti está la fuente de la vida (Sal 36, 10) (Materiales preparatorios elaborados por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) y la Conferencia de Iglesias de Europa (CEC) - reunión en el Centro ecuménico de Ottmaring, Augsburgo, República Federal de Alemania)

2003 Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro (2 Co 4, 3-18) (Materiales preparatorios elaborados en Argentina - reunión en el Centro ecuménico «Los Rubios», cerca de Málaga, España)

2004 Mi paz os doy (Jn 14, 27) (Materiales preparatorios elaborados en Alepo, Siria - reunión en Palermo, Sicilia, Italia)

2005 Cristo, fundamento único de la Iglesia (1 Co 3, 1-23) (Materiales preparatorios elaborados en Eslovaquia - reunión en Piestany, Eslovaquia)

2006 Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos (Mt 18, 20) (Materiales preparatorios elaborados Irlanda - reunión en Prosperous, County Kildare, Irlanda)

2007 Hace oír a los sordos y hablar a los mudos (Mc 7, 37) (Materiales preparatorios elaborados en Sudáfrica - reunión celebrada en el Castillo de Faverges, Alta Saboya, Francia)

2008 No ceséis de orar (1 Ts 5, 17) (Materiales preparatorios elaborados en USA - reunión celebrada en Graymoor, Garrison, USA)

2009 Estarán unidas en tu mano (Ez 37, 17) (Materiales preparatorios elaborados en Corea - reunión celebrada en Marsella, Francia)

2010 Vosotros sois testigos de todas estas cosas (Lc 24, 48) (Materiales preparatorios elaborados en Escocia - reunión en Glasgow, Escocia)

2011 Unidos en la enseñanza de los apóstoles, la comunión fraterna, la fracción del pan y la oración (cf. Hch 2, 42) (Materiales preparatorios elaborados en Jerusalén - reunión celebrada en Saydnaya, Siria)

2012 Todos seremos transformados por la victoria de nuestro Señor Jesucristo (cf. 1 Co 15, 51-58). (Materiales preparatorios elaborados en Polonia - reunión celebrada en Varsovia, Polonia)

2013 ¿Qué exige Dios de nosotros? (cf. Mi 6, 6-8) (Materiales preparatorios elaborados en la India - reunión celebrada en Bangalore, India)

2014 ¿Es que Cristo está dividido? (1 Co 1, 1-17) (Materiales preparatorios elaborados en el Canadá - reunión celebrada en Montreal, Canadá)

2015 Jesús le dice: Dame de beber (Jn 4, 7) (Materiales preparatorios elaborados en Brasil – reunión celebrada en Sao Paulo, Brasil)

2016 Destinados a proclamar las grandezas de Dios (cfr. 1 Pedro 2, 9)
(Materiales preparatorios elaborados en Letonia – reunión celebrada en Riga, Letonia)

2017 Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia (2 Co 5, 14-20)
(Materiales preparatorios elaborados en Alemania– reunión celebrada en Wittenberg (Alemania))

 

ALGUNAS FECHAS SEÑALADAS EN LA HISTORIA DE LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

  1. 1740 Nacimiento en Escocia de un movimiento pentecostal con vinculaciones en América del Norte, cuyo mensaje de avivamiento de la fe incluía oraciones por todas las Iglesias y con todas ellas.

1820 El Rvdo. James Haldane Stewart publica «Sugerencias para la unión general de los cristianos para la efusión del Espíritu» (Hints for the General Union of Christians for the Outpouring of the Spirit).

1840 El Rvdo. Ignatius Spencer, un convertido al catolicismo, sugiere una «Unión de oración por la unidad».

1867 La Primera Conferencia de Lambeth de los obispos anglicanos hace hincapié en la oración por la unidad en el Preámbulo de sus Resoluciones.

1894 El papa León XIII anima a la práctica de un Octavario de Oración por la Unidad en el contexto de Pentecostés.

1908 Primera celebración del «Octavario por la Unidad de la Iglesia», iniciada por el Rvdo. Paul Wattson.

1926 El Movimiento «Fe y Constitución» inicia la publicación de «Sugerencias para un Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos».

1935 En Francia, el abad Paul Couturier impulsa la «Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos» sobre la base incluyente de una oración concebida «por la unidad que Cristo quiere, por los medios que él quiere». 44

1958 El centro «Unidad Cristiana» de Lyon (Francia) y la Comisión «Fe y Constitución» del Consejo Mundial de Iglesias comienzan a preparar conjuntamente el tema para la Semana de Oración.

1964 En Jerusalén el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras I recitan juntos la oración de Cristo «que todos sean uno» (Jn 17).

1964 El Decreto sobre el ecumenismo del Concilio Vaticano II subraya que la oración es el alma del movimiento ecuménico y anima a la práctica de la Semana de Oración.

1966 La Comisión «Fe y Constitución» y el Secretariado para la Unidad de los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos) de la Iglesia Católica deciden preparar un texto para la Semana de Oración de cada año.

1968 Por primera vez la Semana de Oración se celebra sobre la base de unos textos elaborados en colaboración por «Fe y Constitución» y el Secretariado para la Unidad de los Cristianos (actualmente Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos).

1975 Primera celebración de la Semana de Oración a partir de textos preparados sobre la base de un proyecto propuesto por un grupo ecuménico local. Esta nueva modalidad de elaboración de los textos ha sido inaugurada por un grupo ecuménico de Australia.

1988 Los textos de la Semana de Oración fueron utilizados en la celebración inaugural de la Federación Cristiana de Malasia, que reúne a los principales grupos cristianos de este país.

1994 El grupo internacional que preparó los textos para 1996 incluyó representantes de la YMCA y de la YWCA.

2004 Acuerdo alcanzado para que los materiales para la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos sean editados conjuntamente y publicados en el mismo formato por «Fe y Constitución» (Consejo Mundial de Iglesias) y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (Iglesia Católica).

2008 Celebración del centenario de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos (su predecesor, el Octavario por la Unidad de la Iglesia, fue celebrado por primera vez en 1908).

 

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