Cáritas Castilla-La Mancha ve con asombro y preocupación las nuevas medidas que anulan el ingreso mínimo de solidaridad

Durante el período del Estado de Alarma y hasta el mes de agosto de 2020 (mediados de marzo-agosto), se ha atendido al 70% del total de personas acompañadas en 2019.

La entidad, presente en toda la región, considera que no se han puesto los medios técnicos oportunos para una correcta y eficaz gestión del Ingreso Mínimo Vital, habiéndose producido mucha difusión mediática del mismo pero poca resolución.

Ve con preocupación la resolución de la Consejería de Bienestar Social del 13 de octubre por la que el Ingreso Mínimo de Solidaridad y sus solicitudes dejan de tener efecto por la entrada en vigor del Ingreso Mínimo

 

La pandemia producida por el Covid19 ha agravado las situaciones de muchas de las personas que ya acudían a Cáritas y de otras que se han visto en la necesidad de acudir a esta entidad porque se han quedado sin empleo, no podían alimentar a sus familias, no podían hacer frente a los gastos de la vivienda o sufren otro tipo de pobrezas, como la brecha digital o la violencia familiar. Con el lema “La Caridad No Cierra” los agentes de Cáritas han estado y están al lado de las personas que más lo necesitan intensificándose en estos meses la labor de  acompañamiento a todas las familias y personas que están en una mayor situación de desprotección, no solo facilitando alimentos y productos de primera necesidad, sino también ofreciendo acompañamiento a las personas sin hogar, a las familias, a los niños, a las mujeres, a los mayores, a las personas que tenido que ir a los centros sanitarios, a las personas en prisión, a los temporeros etc., desde los distintos proyectos de las Cáritas Diocesanas. Cada gesto ha contado y sigue contando para estar cada vez más cerca de las personas vulnerables.

Desde comienzo del año 2020 y hasta septiembre del mismo, se ha incrementado el número de personas que han acudido a Cáritas Castilla-La Mancha, atendiendo a 15.712 familias directamente e indirectamente a 48.000 personas. El aumento es significativo, ya que durante el período del estado de alarma (mediados de marzo) y hasta el mes de agosto se habían atendido ya al 70% de personas acompañadas en 2019.

Se han invertido 1.377.965,74 € en ayudas directas; fondos que provienen de la generosidad de muchos castellanos manchegos que han depositado en Cáritas su confianza; socios y donantes, comunidad cristiana, administraciones públicas locales, provinciales y regional, entidades bancarias, empresas y fundaciones.

 

Preocupaciones y demandas

Este tiempo de crisis ha supuesto un incremento del trabajo de la entidad en todas las provincias, así como de las personas a las que está atendiendo. En este sentido Cáritas Castilla-La Mancha pone de manifiesto:

  • La importancia de la entrada en vigor del Ingreso Mínimo Vital (IMV), pero se observa con asombro y preocupación, que los datos no invitan a la alegría, sirva como ejemplo que de las familias atendidas en Cáritas, han solicitado el IMV 2.195 familias, de esas solicitudes, se han resuelto favorablemente a un 15%, han sido denegadas un 43%, y están aún pendiente de resolución el 34,5% de familias, no habiendo cumplido los requisitos un 7,5%. A estos, hay que sumar dificultades, tales como la dificultad para solicitarlas debido a las bajas capacidades y/o formación, ya sea para entender los requisitos, así como el manejo de herramientas online. A ello se añade una atención telemática deficiente por parte de la administración. En este tiempo de crisis sanitaria está resultando muy difícil la comunicación con sus trabajadores sociales de referencia en cada Ayuntamiento. Por este motivo Cáritas Castilla-La Mancha considera que no se han puesto a disposición de los ciudadanos, los medios técnicos oportunos. Solo una importante difusión mediática de este ingreso, pero con poca o escasa resolución, sin contar además con las dificultades añadidas del medio rural, donde se ha hecho más difícil  el acceso a las solicitudes debido al necesario desplazamiento a la oficina situada en los núcleos urbanos cercanos para realizar la tramitación o recoger la documentación exigida.
  • El retraso en los cobros de las ayudas extraordinarias de COVID que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha puso en marcha en el mes de mayo de este mismo año, estableciéndose un plazo de resolución de 15 días, siendo en la práctica de hasta 5 meses. Un plazo elevado para las familias con escasos recursos, sirva como ejemplo que de 1.051 solicitudes a esta ayuda de familias con las que se ha trabajado en una de las Cáritas Diocesanas, les contestaron afirmativamente a 89, de manera negativa a 34 y a 928 familias no han recibido ninguna información.
  • La enorme dificultad de acceso de las familias a cualquier tipo de ayuda pública, bien porque no están disponibles (la paralización del IMS desde finales de 2019 o finalización del presupuesto de ayudas de emergencia social desde abril y sin nuevo presupuesto a la vista). Pero además se asiste con asombro a como la Consejería de Bienestar Social publica el 13 de octubre la resolución por la que el Ingreso Mínimo de Solidaridad y sus solicitudes dejan de tener efecto por la entrada en vigor del Ingreso Mínimo Vital, habiendo hecho una importante campaña publicitaria del mismo, dejando fuera a las personas que más lo necesitan, recortando los derechos de las personas empobrecidas.
  • Que la Administración Pública debe dar respuestas más ágiles, ya que cuando responde lo hace tarde y de manera confusa, imponiendo una excesiva carga burocrática y una ausencia de coordinación entre Administraciones.
  • El esfuerzo presupuestario que Cáritas ha tenido que hacer para poder dar respuesta a las demandas de ayudas básicas de los miles de personas que está acompañando y atendiendo, siendo las comunidades cristianas quienes han colaborado para ello.

 

Programas

Pero la labor de Cáritas, no solo ha estado presente en las familias que han solicitado ayuda en cada una de las acogidas y parroquias. Durante los momentos más duros de esta primera mitad del año, el Estado de Alarma nos dio un mensaje muy claro: “todos teníamos que quedarnos en casa” y los recursos con los que Cáritas cuenta han sido y son la esperanza para muchas personas que se acercan, que buscan cubrir las necesidades más básicas. Así en este periodo 1.542 personas han pasado por los diferentes recursos que Cáritas tiene para las Personas sin Hogar, en concreto 6 Centros de Urgencia, 5 Centros Residenciales y 2 pisos de autonomía, un colectivo muy vulnerable, a las que hay que unir las 171 personas con las que se ha trabajado desde los programas de adicción y las 31 personas de Hogar 2000 (enfermos de VIH y salud mental).

Otro colectivo sensible y en riesgo, han sido y son las personas mayores. Cáritas ha cuidado con especial atención los 208 residentes en La Cerca, en Huete, y Juan Pablo II, en Alovera, pero también ha trabajado con otras 457 personas mayores en su Programa de comida sobre ruedas facilitando manutención, lavado y planchado de ropa y servicio de compra; además del acompañamiento con voluntariado a través de llamadas telefónicas de forma continua y permanente, así como en proyectos de envejecimiento activo y acompañamiento en sus propios domicilios.

Por otra parte, durante esta primera parte del año, el Programa de Empleo ha visto incrementado el número de personas que han acudido a nuestras Cáritas. Atendiéndose a 2.262 personas. Hombres y mujeres vulnerables, con los que ya se venía trabajando, pero también hemos detectando que las personas que estaban realizando empleos en economía sumergida, han perdido sus trabajos y por lo tanto, su situación es de grave exclusión social, recurriendo a Cáritas para solicitar trabajo. También hemos atendido a personas provenientes de familias normalizadas, con las que hasta ahora no habíamos ayudado en la Institución.

Y no podemos dejar de pensar en el trabajo, que sobre todo y durante este tiempo realizan los temporeros. Se ha prestado ayuda básica, orientación para el empleo, visitas y acompañamiento a 493 personas.

Desde Cáritas Regional de Castilla-La Mancha, se trabaja sin descanso con las personas más desfavorecidas en cada una de las Cáritas Diocesanas de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Sigüenza-Guadalajara y Toledo. Cáritas está en todo el territorio de la Comunidad Autónoma, siendo una de las entidades de la Región con mayor presencia en todo él, lo que le permite estar al lado de las personas, y sobre todo de aquellas que más lo necesitan, de las más vulnerables y excluidas.

Cáritas se dispone a afrontar un nuevo y exigente ejercicio de fraterna solidaridad ante las consecuencias económicas y sociales de la crisis sanitaria que estamos viviendo. Este momento de gran necesidad puede ser ocasión para fortalecer, entre todos, la solidaridad y el trabajo en favor de un objetivo común, no dejando a nadie atrás, y mirando siempre por los más empobrecidos de nuestra sociedad.

Los Programas y Servicios de atención a los pobres se intensifican y cada gesto cuenta. Por ello, Cáritas se agradece especialmente a todos los agentes de la Institución, sacerdotes, voluntarios, contratados, socios, donantes y empresas colaboradoras, el esfuerzo realizado para poder seguir manteniendo la esperanza en las personas más vulnerables.

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