Oración diaria

 

 

 

 

 

 

30 ABRIL - II MIÉRCOLES DE PASCUA

 

 

Texto bíblico

 

El sumo sacerdote y todos los suyos, que integran la secta de los saduceos, en un arrebato de celo, prendieron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel y los sacó fuera, diciéndoles: «Marchaos y, cuando lleguéis al templo, explicad al pueblo todas estas palabras de vida».” (Act 5, 17-20)

 

 

Comentario

 

Los testimonios de los discípulos avalan la tesis de la Providencia. Nunca quien se arriesga por el Señor va a quedar defraudado. El salmista reza: “Si el afligido invoca al Señor, Él lo escucha” (Sal 33).

 

Son muchos los ejemplos que nos ofrecen los Hechos de los Apóstoles, que confirman las palabras de Jesús: “No tengáis miedo. Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo”.

 

Observa la hora en la que acontece la intervención divina, de noche. El sello de la Pascua se prolonga, no solo en la primera comunidad, sino en la experiencia del creyente y de la Iglesia. Por encima de toda hipótesis negativa, se experimenta la intervención del auxilio del cielo.

 

 

Propuesta

 

Espera en el Señor.

 

 

 

 

 

 

 

 

Propuesta

 

Trata con el Resucitado en la Eucaristía.