Santo Domingo de Guzmán y santa Edith Stein: otros dos santos que no pasan de moda

El 8 de agosto es la memoria litúrgica de Santo Domingo de Guzmán (siglo XIII); y el 9 de agosto, santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein siglo XX)

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

  

En distintas ocasiones, hemos reflexionado sobre una característica muy común entre los grandes santos como el hecho de que el paso del tiempo y de los siglos no desvirtúa ni devalúa su figura, sino todo lo contrario. Por ello, hoy, nos hacemos eco de dos ellos: un hombre y una mujer, un español y una alemana-polaca, muy separados en el tiempo, en las vicisitudes y en los carismas, pero unidos por la misma fragancia del amor y del testimonio de Cristo y por su perenne actualidad e interpelación para todos y para todo tiempo, lugar y circunstancia.

 

Santo Domingo de Guzmán (1170-1221)

Nació en Caleruega (Burgos, España), alrededor del año 1170. Estudió Teología en Palencia, fue ordenado sacerdote y nombrado canónigo de la catedral de Osma y después profesor de Teología en Palencia. En 1206, tras conocer la expansión de las herejías cátara y albigense por Europa, se establece, por mandato del Papa, en el Langedoc francés.

Renunció a tres obispados para los que fue elegido. Para predicar la doctrina católica entre los pueblos apartados de la fe, en 1215 establece en Toulouse (Francia) la primera casa masculina de su Orden de Predicadores, los Dominicos. También gracias a su impulso nacen las Dominicas.

Su carisma fue el servicio evangelizador a la verdad y pureza de la fe católica, la predicación y la atención a los pobres. Realizó numerosos viajes por Europa con estas finalidades. En Roma, se estableció en la basílica de Santa Sabina, en el Aventino, donde tuvo lugar un memorable encuentro con san Francisco de Asís, en cuyo lugar todavía se conserva junto un naranjo en flor.

Santo Domingo de Guzmán es el gran difusor y divulgador del rezo del Santo Rosario, que él mismo sistematizó. Sobresalió asimismo por el amor a la pureza, de modo que suele ser representado en la iconografía con una azucena. Falleció en Bolonia (Italia) el 6 de agosto de 1221. Su memoria litúrgica es el día 8 de agosto.

 

 

El decálogo de santo Domingo de Guzmán

A la luz de la catequesis  de la audiencia general de lo miércoles del 3 de febrero de 2010 del Papa Benedicto XVI sobre el fundador de la Familia Dominicana y desde el texto de su oración litúrgica para la misa y la liturgia de las horas - “Inflamado del celo de Dios y de ardor sobrenatural, por tu caridad sin límites y el fervor del espíritu vehemente te consagraste totalmente, con el voto de pobreza perpetua, a la observancia apostólica y a la predicación evangélica»- el ahora Papa emérito desarrolló las siguientes ideas diez centrales sobre este gran santo del medievo:

1.- La primacía de Dios: Hablaba siempre con Dios y de Dios. En la vida de los santos van siempre juntos el amor al Señor y al prójimo, la búsqueda de la gloria de Dios y de la salvación de las almas.

2.- Palabra de Dios y caridad: Se distinguió en seguida por el interés en el estudio de la Sagrada Escritura y por el amor a los pobres

3.- La clave es servir: El servicio y la humildad, más allá de los honores y de hacer carrera.

4.- La comunión eclesial: Fue el Papa, al que el obispo Diego y Domingo se dirigieron para pedir consejo, quien pidió a este último que se dedicara a la predicación a los albigenses. Este gran santo nos recuerda que en el corazón de la Iglesia debe arder siempre un fuego misionero, que impulsa incesantemente a llevar el primer anuncio del Evangelio y, donde sea necesario, a una nueva evangelización: de hecho, Cristo es el bien más precioso que los hombres y las mujeres de todo tiempo y de todo lugar tienen derecho a conocer y amar.

5.- El misionero: Así, la acción misionera hacia quienes no conocen la luz del Evangelio, y la obra de nueva evangelización de las comunidades cristianas se convirtieron en las metas apostólicas que Domingo se propuso conseguir.

6.- Los dos valores claves para la misión: Domingo quiso dar relevancia a dos valores que consideraba indispensables para el éxito de la misión evangelizadora: la vida comunitaria en la pobreza y el estudio. Estimulaba la vida fraterna y la responsabilidad de todos los miembros de la comunidad.

7.- La riqueza de la pobreza: Se presentaba y era mendicante, es decir, sin grandes propiedades de terrenos que administrar. Este elemento les hacía más disponibles al estudio y a la predicación itinerante y constituía un testimonio concreto para la gente.

8.- Procurar la mejor formación posible: Domingo, con un gesto valiente, quiso que sus seguidores adquirieran una sólida formación teológica, y no dudó en enviarlos a las universidades de la época, aunque no pocos eclesiásticos miraban con desconfianza a esas instituciones culturales. El desarrollo de la cultura exige que quienes desempeñan el ministerio de la Palabra, en los distintos niveles, estén bien preparados. La calidad del ministerio sacerdotal depende también de la generosidad con que se aplica al estudio de las verdades reveladas.

9.- El dinamismo pastoral de la formación cristiana: La teología tiene una dimensión espiritual y pastoral, que enriquece el alma y la vida, un anhelo pastoral en el estudio contemplativo de esa verdad, por la exigencia de comunicar a los demás el fruto de la propia contemplación.

10.- La devoción mariana y la oración: Con su santidad, nos indica dos medios indispensables para que la acción apostólica sea eficaz. Ante todo, la devoción mariana, que cultivó con ternura y que dejó como herencia preciosa a sus hijos espirituales, los cuales en la historia de la Iglesia han tenido el gran mérito de difundir la oración del santo rosario, tan arraigada en el pueblo cristiano y tan rica en valores evangélicos, una verdadera escuela de fe y de piedad. En segundo lugar, Domingo, que se hizo cargo de algunos monasterios femeninos en Francia y en Roma, creyó hasta el fondo en el valor de la oración de intercesión por el éxito del trabajo apostólico.

 

Santa Edith Stein (1891-1942)

Filósofa, mística, monja carmelita descalza (de ahí su nombre religioso como Teresa Benedicta de la Cruz), mártir y santa alemana-polaca (nació el 12 de octubre de 1881 en Breslavia, ciudad entonces Alemania; ahora de Polonia, con el nombre de Wroclaw) de origen judío, Edith Stein fue una mujer avanzada a su tiempo y pionera en la aportación de las mujeres al mundo de la intelectualidad.

Nació en el seno de una familia judía y pasó por una etapa de ateísmo. Fue la primera mujer que presentó una tesis doctoral en Filosofía en Alemania. Fue colaboradora del filósofo alemán Edmund Husserl, fundador de la fenomenología. En 1921 se convirtió al catolicismo. Desarrolló una teología de la mujer y un análisis de la filosofía de santo Tomás de Aquino y de la fenomenología.

El nazismo le prohibió la enseñanza y se hizo monja carmelita descalza. Detenida por la Gestapo, fue deportada el 2 de agosto de 1942 e internada en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, donde fue asesinada siete días después.

Beatificada en 1987 y canonizada en 1998 (el día 11 de octubre), también el Papa San Juan Pablo II, un año después, la declaró asimismo compatrona de Europa. Su fiesta litúrgica es el 9 de agosto, fecha de su muerte.

 

Seis ideas de la homilía de Juan Pablo II en su canonización

1.-“«En cuanto a mí, ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo!» (Ga 6, 14). Las palabras de san Pablo a los Gálatas, que acabamos de escuchar, reflejan bien la experiencia humana y espiritual de Teresa Benedicta de la Cruz, a quien hoy inscribimos solemnemente en el catálogo de los santos. También ella puede repetir con el Apóstol: «En cuanto a mí ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo!».

2.-“Un ejemplo elocuente de esta extraordinaria renovación interior es la experiencia espiritual de Edith Stein.  Fue una joven en búsqueda de la verdadgracias al trabajo silencioso de la gracia divina, llegó a ser santa y mártir: es Teresa Benedicta de la Cruz, que hoy, desde el cielo, nos repite a todos las palabras que marcaron su existencia: «En cuanto a mí ¡Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo!».

3.-“El día 1 de mayo de 1987, durante mi visita pastoral a Alemania, tuve la alegría de proclamar beata, en la ciudad de Colonia, a esta generosa testigo de la fe. Hoy, a once años de distancia, aquí en Roma, en la plaza de San Pedro, puedo presentar solemnemente como santa ante todo el mundo a esta eminente hija de Israel e hija fiel de la Iglesia”.

4.-“Edith Stein, por ser judía, fue deportada junto con su hermana Rosa y muchos otros judíos de los Países Bajos al campo de concentración de Auschwitz, donde murió con ellos en la cámara de gas. Hoy los recordamos a todos con profundo respeto. Pocos días antes de su deportación, la religiosa, a quienes se ofrecían para salvarle la vida, les respondió: «¡No hagáis nada! ¿Por qué debería ser excluida? No es justo que me beneficie de mi bautismo. Si no puedo compartir el destino de mis hermanos y hermanas, mi vida, en cierto sentido, queda destruida»”.

5.-“El amor a Cristo fue el fuego que encendió la vida de Teresa Benedicta de la CruzMucho antes de darse cuenta, fue completamente conquistada por él. Al comienzo, su ideal fue la libertad. Durante mucho tiempo Edith Stein vivió la experiencia de la búsqueda. Su mente no se cansó de investigar, ni su corazón de esperar. Recorrió el camino arduo de la filosofía con ardor apasionado y, al final, fue premiada: conquistó la verdad; más bien, la Verdad la conquistó. En efecto, descubrió que la verdad tenía un nombre: Jesucristo”.

6.-”Santa Teresa Benedicta de la Cruz llegó a comprender que el amor de Cristo y la libertad del hombre se entrecruzan, porque el amor y la verdad tienen una relación intrínseca. La búsqueda de la libertad y su traducción al amor no le parecieron opuestas; al contrario, comprendió que guardaban una relación directa. En nuestro tiempo, la verdad se confunde a menudo con la opinión de la mayoría”.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 7 de agosto de 2020