En la hora de despedida de don Atilano, hermano, padre y pastor

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

Con celebraciones, este sábado 16 de diciembre, a las 12 horas en San Pedro de la catedral de Sigüenza y el domingo 17, a las 19 horas, en la concatedral de Guadalajara

 

 

 

 

Cuando el próximo 23 de diciembre, don Atilano Rodríguez Martínez concluya su ministerio episcopal en Sigüenza-Guadalajara y se convierta ya en obispo emérito, habrán discurrido 4.648 días, esto es, 12 años, 8 meses y 21 días. Habrá pasado el periodo probablemente más pleno y fecundo de su vida. Un tiempo caracterizado por una entrega constante, generosa, cabal, serena, prudente, afectuosa, cercana, eficaz y sencilla a la grey que le fue confiada el 2 de abril de 2011, con nombramiento previo dos meses justos años.

Llega la hora, pues, de su despedida, aunque, al menos durante un tiempo, permanezca entre nosotros (concretamente, en Buenafuente del Sistal). Llega la hora de la acción de gracias por su ministerio y por su persona. Llega la hora de seguir comprobando y haciendo realidad el fértil dinamismo interno y permanente de la Iglesia, sacramento de Jesucristo, mediante la gracia y la roca firme de la sucesión apostólica, que, en la historia global de nuestra diócesis, hizo de él el 96 de sus obispos históricamente documentados. Llega, en definitiva, la hora de las renovadas plegaria, comunión y misión al servicio de la Iglesia, en concreto y siempre insertada en la Iglesia universal, de la Iglesia particular o diocesana de Sigüenza-Guadalajara. Llega, en suma, la hora de saber que Dios ha sido y es grande entre nosotros con don Atilano –como en su tiempo con sus predecesores y ahora y después con sus sucesores- y que estamos alegres y agradecidos.

 

Asturias, Zaragoza, Salamanca

Monseñor Atilano Rodríguez Martínez nació el 25 octubre de 1946 en Trascastro, pueblo de la parroquia de Leitariegos (concejo/municipio de Cangas del Narcea, Asturias). Cursó estudios eclesiásticos en el seminario de Oviedo, recibiendo la ordenación sacerdotal en su parroquia natal de manos de monseñor Gabino Díaz Merchán, arzobispo de Oviedo, el 15 de agosto de 1970. Está licenciado en Teología Dogmática por la Universidad Pontificia de Salamanca.

Desde octubre de 1970 y hasta agosto de 1973, sirvió sacerdotalmente en parroquias rurales, y de 1973 a 1977, en el seminario menor de Oviedo.

Solicitado por el arzobispo de Zaragoza, monseñor Elías Yanes Álvarez, que fue obispo de Oviedo de 1970 a 1978, pasa a dirigir la secretaria particular del prelado zaragozano en aquella diócesis, desde el 1 de julio de 1977 hasta el 30 de noviembre de 1992, en que, retornado a su diócesis natal, recibe el nombramiento de moderador del equipo sacerdotal de la parroquia de El Buen Pastor de Gijón, cargo que desempeñaba en el momento de ser nombrado auxiliar de Oviedo.

Don Atilano fue arcipreste de Gijón-Sur, miembro del consejo presbiteral y miembro del colegio de consultores de la diócesis ovetense.

 

 

Oviedo, Ciudad Rodrigo, Sigüenza-Guadalajara

Fue nombrado obispo auxiliar de Oviedo y titular de Horea por el Papa Juan Pablo II el día 5 de enero de 1996. Su consagración episcopal fue en la catedral de Oviedo el 18 de febrero de 1996, actuando como primer consagrante el arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, y como otros dos consagrantes principales el arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes Álvarez, y el obispo de Sigüenza-Guadalajara, José Sánchez González, que en su día desempeñaron el ministerio episcopal como auxiliares de Díaz Merchán en la archidiócesis de Oviedo.

El 26 de febrero de 2003, con toma de posesión el siguiente 6 de abril, fue obispo de Ciudad Rodrigo, en tierras de la provincia de Salamanca y diócesis de la que es originario monseñor José Sánchez, obispo de nuestra diócesis desde el 17 de noviembre de 1991 al 2 de abril 2011, y a quien sucedió en nuestra diócesis.

El Papa Benedicto XVI lo nombró obispo de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara el 2 de febrero de 2011 y su toma de posesión, en la catedral seguntina, fue en la tarde el sábado 2 de abril.

 

En la CEE y ahora, don Julián

En la Conferencia Episcopal Española (CEE,) en noviembre de 1996, fue adscrito a la Comisión Episcopal de Migraciones, encomendándole la atención pastoral de las misiones españolas en Francia. En marzo de 1999, pasó a las Comisiones Episcopales de Pastoral Social, de cuyo departamento de Pastoral Penitenciaria fue obispo responsable, y continuó también en Migraciones. Desde febrero de 2002 a marzo de 2014 perteneció a la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, donde fue obispo consiliario nacional de la Acción Católica Española.

En marzo de 2014, regresó a la Comisión Episcopal de Pastoral Social, de la que fue obispo delegado para Cáritas Española. Tres años más tarde, pasó a presidir esta comisión episcopal, incorporándose, por ello a la Comisión Permanente de la CEE. En marzo de 2020, y tras la reestructuración de las comisiones episcopales, fue elegido presidente, por cuatro años, de nueva Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Promoción Humana, que integra los servicios de pastoral social, migraciones, pastoral de la salud, etc.

Dos años después de presentar, por razones de edad, su renuncia al gobierno pastoral de nuestra diócesis, el Papa Francisco aceptó dicha renuncia el martes 31 de octubre de 2023, nombrando, simultáneamente, obispo de Sigüenza-Guadalajara a monseñor Julián Ruiz Martorell (1957), desde el 5 de marzo de 2011 obispo de las diócesis de Jaca y de Huesca. Don Julián tomará posesión del servicio episcopal de nuestra diócesis el sábado 23 de diciembre, a partir de las 11 horas, en la catedral de Sigüenza. Hasta esta fecha, don Atilano es el administrador apostólico de Sigüenza-Guadalajara.

 

Sínodo y planes y cartas pastorales

 Sin afán exhaustivo y consciente de que muchos aspectos, concreciones y matices del ministerio de don Atilano como obispo de Sigüenza-Guadalajara pueden quedar en el tintero, los anales de nuestra historia recogerán, sin duda, el hecho de que él fue el primer obispo en convocar, ya en 2018, y poner en marcha (queda ya tan solo la final, la asamblea sinodal) un sínodo diocesano, el primero en 70 años y el primero, en consecuencia tras el Concilio Vaticano II (1062-1965) y la promulgación del vigente Código de Derecho Canónico (1983), que actualizaron, potenciaron y dinamizaron la estructura de los sínodos dentro de la Iglesia.

Con anterioridad, al sínodo de 1948, hubo, entre 1380 y 1655, otros once sínodos en el histórico obispado de Sigüenza. Pero las características y dinámicas de todos ellos no se asemejan en absoluto al actual.

Previamente a la convocatoria al sínodo y en concordancia con lo que se había haciendo en las últimos tres décadas, la pastoral diocesana tuvo como eje de actuación un entonces nuevo plan pastoral, en esta ocasión para los años 2014 y 2018, y titulado “El amor de Cristo nos urge”. Además, al comienzo de cada de sus trece cursos pastorales en que ha sido obispo ha escrito una carta pastoral temática.

 

Vicarios y arciprestazgos

Don Atilano ha tenido dos vicarios generales, con nombramientos respectivos en 2012 y 2014, y cinco vicarios episcopales. En 2018, redujo a siete los diez arciprestazgos diocesanos que había recibido. Con anterioridad, había ya cursado la visita pastoral canónica a todos los arciprestazgos y a la práctica totalidad de los pueblos y parroquias de la diócesis.

Además (ha sido un obispo muy popular y cercano), siempre se ha prodigado en visitar parroquias, arciprestazgos, sacerdotes, laicos, comunidades de vida consagrada y movimientos apostólicos, con una muy repleta agenda de actividades.

 

Pastoral, laicado, catedral, patrimonio, caridad

La institución del diaconado permanente, un nuevo directorio para la iniciación cristiana, nuevas reglamentaciones, orientaciones y disposiciones sobre pastoral de exequias, cementerios y tanatorios, creación de servicios diocesanos de transparencia y de prevención de abusos, estudios y debates sobre las unidades de acción pastoral, una asamblea sacerdotal durante cerca de un año y la promoción del laicado, incluso con cargos de responsabilidad en la curia y al frente de delegaciones diocesanas pastorales, han sido otros de sus quehaceres y logros.

Durante estos cerca de trece años, la catedral diocesana ha sido objeto de muy importantes y cuantiosas actuaciones. Catedral diocesana que vivió bajo su ministerio y auspicio episcopal el año jubilar del 850 aniversario de su consagración. Asimismo, deja un extraordinario legado en la rehabilitación de numerosos templos diocesanos, en la renovación y creación de infraestructuras pastorales y en todo el conjunto del patrimonio mueble e inmueble de la diócesis.

En fidelidad a su lema episcopal, “Misit me evangelizare pauperibus” (en español, “He sido a evangelizar a los pobres”, frase de Jesucristo, recogida en el evangelio de san Lucas), en estos trece años, toda la pastoral social y de caridad (con sus distintos sectores y secciones particulares) y singularmente a través de Cáritas Diocesana, ha seguido creciendo –un ejemplo al respecto puede ser el nuevo albergue Betania de Guadalajara- y prestando una muy amplia y variada respuesta a los más pobres y vulnerables.

 

Iglesia universal, mártires, vocaciones

 Durante este tiempo se han sucedido dos papas, Benedicto XVI y Francisco. La Iglesia universal, con ella nuestra diócesis, ha vivido los años especiales dedicados a la Fe (2012-2013), a la Vida Consagrada (2024-2025), a Santa Teresa de Jesús (2014-2015), a la Misericordia (2015-2016) y a la Sinodalidad (2021-2024).

Realizó la Visita ad Limina Apostolorum al Papa y a la Santa Sede en dos ocasiones (2014 y 2022), más el reciente encuentro (el 28 de noviembre pasado) de todos los obispos españoles con el Romano Pontífice.

Durante estos años, diez mártires diocesanos de la persecución religiosa en España entre 1931 y 1939 han sido declarados beatos. Asimismo, don Atilano ha promovido las causas de canonización del obispo Eustaquio Nieto y compañeros mártires en la diócesis y del también obispo Jesús Pla.

Ante la tan acusada y pertinaz sequía vocacional en toda la Iglesia en España y en Europa y ante el envejecimiento de nuestro clero, don Atilano ha promovido convenios de colaboración con diócesis africanas a fin de contar con la colaboración en nuestra diócesis de sacerdotes africanos. Y en medio de la citada y grave crisis vocacional, ha habido tres ordenaciones sacerdotales diocesanas (2015, 2022 y 2023) y en los próximos meses habrá una cuarta.

 

 

Publicado en Nueva Alcarria el 15 diciembre de 2023