Ignatius 500

Este sábado 31 de julio es san Ignacio de Loyola, fundador de los Jesuitas, en plena conmemoración del quinientos aniversario del comienzo de su proceso de conversión

 

Por Jesús de las Heras Muela

(Periodista y sacerdote. Deán de la catedral de Sigüenza)

 

 

 

 

 

 

 

 

En Roma, en la casa de la Compañía junto a la céntrica iglesia del Gesù, el 31 de julio de 1556 falleció uno de los personajes de toda la historia y de mayor influencia a lo largo de los siglos: san Ignacio de Loyola, el fundador, en París, el 15 de agosto de 1534, de la Compañía de Jesús.

El día 1 de junio (otras fuentes indican que fue el 24 de diciembre) nació, en el caserío de Loyola, Íñigo López de Loyola. Su nombre y apellidos, a tenor de los apellidos de los padres, deberían haber sido Íñigo Yáñez de Oñaz y Loyola Sánchez. Era el menor de 13 hermanos. Muy pronto fue bautizado en la iglesia parroquial de Azpeitia, cuyo párroco se llamaba Juan de Zabala. Su madre, Marina Sánchez de Licona, falleció muy pronto. Íñigo fue amamantado por la nodriza, María de Garín, que vivía en el caserío de Eguíbar.

Entre ambos acontecimientos capitales de la vida de cualquier persona –fechas de nacimiento y muerte-, en la historia de san Ignacio, siendo todavía conocido por su nombre de pila, Íñigo (entre 1537 y 1542, Íñigo cambia su nombre por el de Ignacio, “para ser más común a las otras naciones o más universal”, cambio de nombre que pudo ser debido a su devoción por san Ignacio de Antioquía, obispo y mártir cristiano, en el comienzo del siglo II) es preciso señalar su proceso de conversión, del que ahora se cumplen quinientos años y que la Compañía de Jesús celebra con un año jubilar entre el 20 de mayo de 2021 y el 31 de julio de 2022.

 

San Ignacio de Loyola de Rubens.

 

Años 1521-1522: Pamplona, Loyola, Manresa

En la primavera de 1521, tropas franco-navarras intentaron reconquistar Navarra, conquistada en 1512 por Castilla. Hermanos de Francisco de Javier estaban integrados en estas tropas franco-navarras. Íñigo luchaba con el ejército castellano. Se produjo en mayo de aquel año de 1521 el llamado asedio al castillo de Pamplona, donde se hallaba Íñigo. El 20 de mayo de 1521, lunes de Pentecostés, una bomba de cañón atravesó entre las piernas de Íñigo, con graves heridas en una y dañándole también la otra. El castillo cayó dos días después. Se le practicaron a Íñigo las primeras curas y regresó a Loyola.

Ya, en Loyola, comenzó el proceso de recuperación de Íñigo, que resultó largo, complicado y doloroso. Durante la convalecencia dedicó numerosos espacios de tiempo a la lectura. Entre los libros de la vieja biblioteca familiar del caserío de Loyola, Íñigo leyó “La vida de Cristo” y “Flors sanctorum”. Comenzó un lento y progresivo itinerario de conversión espiritual. Íñigo se replanteó toda su vida (tenía ya 30 años)- e hizo autocrítica de su condición de soldado y caballero. Como final decisivo de este proceso de conversión, Íñigo tuvo una visión de la Virgen con el Niño. Decide seguir más cerca a Jesucristo, trabajar por la evangelización y peregrinar a Tierra Santa para encontrarse con las huellas y los lugares del Santísima Humanidad de Nuestro Señor.

En el invierno de 1522, abandonó el caserío familiar de Loyola para seguir su nueva vocación y su deseo de peregrinar a Jerusalén. El 24 de marzo de aquel año llegó al monasterio de Montserrat (Barcelona). Ante la imagen de la Virgen, cuelga su vestidura militar y abandonó la basílica, harapiento y descalzo. De esta forma llega a la vecina Manresa, donde permaneció diez meses, ayudado por un grupo de piadosas mujeres. Vivió durante este tiempo en una cueva, en oración y ayuno. De esta experiencia nacieron los Ejercicios Espirituales, corazón y nervio de la espiritualidad ignaciana. Los Ejercicios Espirituales fueron editados en 1548. También la experiencia de Manresa le sirvió para abandonar la idea de ser un peregrino solitario a cambio de un compromiso más apostólico con compañeros que le siguiesen en la empresa. Y Dios proveerá otros caminos y destinos para él.

 

Del 20 de mayo de 2021 al 31 de julio de 2022

Por todo ello, el pasado 20 de mayo comenzó el Año Jubilar del quinientos aniversario del proceso de conversión del santo. Fue en la catedral de Pamplona, con eucaristía presidida por el arzobispo local, Francisco Pérez.

La clausura será en Loyola los días 30 y 31 de julio de 2022. Y entre ambas fechas, es ahora Cataluña, concretamente Barcelona y Manresa, el epicentro de las celebraciones. Así, en la tarde de este viernes 30 de julio, la céntrica y hermosa iglesia gótica de Santa María del Mar de Barcelona acoge una eucaristía, presidida por el arzobispo barcelonés, cardenal Juan José Omella, a su vez, presidente de la CEE.

Será en el mismo escenario en el que, durante su estancia en Barcelona entre 1524 y 1526, Ignacio pedía limosna para repartirla entre los pobres. Como un mendigo, con la mano extendida y los pies descalzos, está representado en la escultura de bronce de Lau Feliu que se instaló hace cinco años en la Capilla de San Ignacio de esta basílica. Un espacio de oración y contemplación que recuerda el paso del santo por la ciudad.

Al día siguiente, sábado 31 de julio, memoria litúrgica del santo, Cova de Sant Ignasi en Manresa acogerá otra eucaristía vespertina, presidida en este caso por el padre Arturo Sosa, venezolano, actual prepósito general de los Jesuitas, sucesor, el número 31, pues, de san Ignacio. La eucaristía del día 31 de julio será una celebración solemne, con dos momentos muy especiales. Por una parte, la inauguración oficial de los mosaicos del artista Marko Rupnik, que desde el pasado mes de abril están instalados en el Santuario de la Cova. Ocupan las capillas laterales y las paredes que rodean el interior de la puerta de entrada, y muestran el peregrinaje cristiano a través de los Ejercicios Espirituales.

Y, por otro lado, tendrá lugar la apertura de la Puerta del Jubileo del santuario, que se une de este modo a la celebración del Año Ignaciano. Se trata de la puerta que daba acceso a la Santa Cueva desde 1625 y a lo largo de tres siglos, hasta principios del siglo XX. Ahora está situada en el espacio de acogida que une el santuario y la Cueva. Los peregrinos podrán cruzarla, en un gesto sencillo pero dotado de un profundo simbolismo, ya que es signo de reconciliación, con uno mismo, con Dios y con los demás.

 

Año Ignaciano

Con “Ignatius 500” (denominación de este año jubilar (“Ignatius” es un nombre propio latino que significa Ignacio), la Compañía de Jesús celebra el quinto centenario de una experiencia que transformó para siempre a su fundador, Ignacio de Loyola y dio lugar a una espiritualidad que ha facilitado el encuentro con Dios de multitud de personas de generación en generación.

“Ignatius 500” se celebra en todo el mundo desde el 20 de mayo de 2021, aniversario de la herida sufrida por Íñigo de Loyola en Pamplona, ya citada, y hasta el 31 de julio de 2022. A lo largo de este año tienen lugar diversas celebraciones, eventos, campañas y publicaciones para rememorar la experiencia que vivió Ignacio, pero sobre todo como entendemos y vivimos esta experiencia en la actualidad.

Para el superior provincial de los Jesuitas en España, Antonio España, celebramos “la transformación de su mirada, de su ser, de su forma de cuidar y de su forma de vivir”, ocurrida entre mayo de 1521 y febrero de 1523 en Loyola, en Manresa y en el camino entre ambas localidades, tras caer herido en Pamplona. “Este contratiempo golpeó su vida de forma momentánea, sin embargo, de ahí salió un proceso paulatino de cambio, de transformación y superación”.

En palabras del coordinador del Año Ignaciano, el también jesuita Abel Toraño, "Ignacio conecta con toda persona que esté deseando llevar una vida plena. Nos enseña que fue necesario pararse, hacer silencio, pensar, darse cuenta de que tenía una interioridad que desconocía”.

 

En Roma con el Papa Francisco y otras convocatorias

Además, para el 12 de marzo de 2022, fecha del cuatrocientos anivesario de la canonización de san Ignacio en Roma, a cargo del Papa Gregorio XV, está prevista otra gran convocatoria. Será precisamente en Roma y presidida por el actual Papa, Francisco, que es, como es bien sabido de todo, jesuita. Y como ya se dijo, la clausura será en Loyola el 31 de julio de 2022. ¿Podría venir a España por este motivo y también por el Año Jubilar Compostelano 2021-2022 a España? Estar, está invitado, pero nada, ni oficial ni oficioso, ha trascendido sobre la respuesta de Francisco.

Por otro lado, el Año Ignacio tiene previstas, sobre todo, a partir de este otoño y a tenor de la evolución de la pandemia, distintas convocatorias. Así, habrá actividades y propuestas de la pastoral de los colegios jesuitas estarán dirigidas a acompañar a Ignacio en su proceso de conversión. Momento significativo será la Semana Ignaciana (del 7 al 11 de marzo de 2022), que celebrarán todos los centros.

El Año Ignaciano será acogido en las universidades y centros universitarios como un tiempo de mejora, de reflexión y de conversión. Habrá reflejo en peregrinaciones, ofertas de ejercicios y en múltiples encuentros, jornadas, simposios y actos deportivos.

En verano de 2022, familias de todo el mundo se darán cita en Loyola y experimentarán herramientas inspiradas en la espiritualidad de Ignacio que ayuden a cuidar y renovar sus proyectos de familia.

También los Antiguos Alumnos tendrán una cita importante en el congreso mundial que se celebrará en Barcelona (13-17 de julio de 2022), donde partiendo de la espiritualidad y educación ignaciana impulsarán la misión de contribuir a construir un sociedad más justa y sostenible. 

Antes, uno de los públicos clave de este Año Ignaciano son los jóvenes. Uno de los primeros actos de este aniversario tendrá lugar este verano y será un Encuentro Mundial (on line) de jóvenes de la Comunidad de Vida Cristiana (CVX). En el mes de septiembre, el Encuentro de Delegados de Pastoral Juvenil de Conferencia Episcopal tendrá lugar en Loyola, a propuesta de MAG+S, la red de pastoral ignaciana para jóvenes de 18-30 años.

 

Peregrinaciones

A partir del 1 de enero del 2022, se inicia el segundo Año Jubilar del Camino Ignaciano, que recuerda cómo en 1522 Íñigo de Loyola cambió sus vestiduras de noble por la vestimenta del peregrino, dejando su casa en Azpeitia y dirigiéndose a Jerusalén. Llegó el 25 de marzo a la ciudad de Manresa y salió hacia Roma un año después. A lo largo del 2022 se espera a cientos de peregrinos provenientes de España y de otros lugares como EEUU, Singapur, Australia y Francia. Las ciudades de Azpeitia y Manresa llevan preparando este aniversario de la peregrinación de San Ignacio desde 2014, y a sus celebraciones se unirán las de otras diócesis y administraciones públicas ubicadas a lo largo del Camino Ignaciano.

Una de estas peregrinaciones será la iniciativa solidaria “Un camino a lo interior. Un camino solidario. Loyola-Manresa en bicicleta”. A lo largo de 7 etapas, el equipo de Comunicación de Radio ECCA recorrerá el Camino Ignaciano para relatar (a través de vídeos diarios para Youtube) la experiencia de conversión de Ignacio. Los fondos recaudados se destinarán a la Campaña #Seguimos, impulsada por los jesuitas a raíz de la crisis del coronavirus.

“Ver nuevas todas las cosas en Cristo” es la frase elegida como lema para este Año Ignaciano 2021-2022.

 

Artículo publicado en 'Nueva Alcarria' el 30 de julio de 2021