Los clásicos, antiguos y modernos, como maestros de la vida

Laura Lara y María Lara

(Las Doctoras Laura Lara y María Lara son Profesoras de la UDIMA, académicas de la Televisión, historiadoras de 'Todo es mentira' en Cuatro, historiadoras del Servicio Histórico y Cultural del Ejército del Aire y Escritoras, con el Premio Algaba entre otros galardones)

 

 

 

1 de noviembre, festividad de Todos los Santos. Día 2, los Fieles Difuntos. Sin duda, noviembre es el tiempo que el almanaque católico dedica a la oración especial por quienes terminaron su cronómetro corpóreo. En el primitivo calendario romano era el noveno mes del año, de ahí su etimología. Treinta días para reflexionar acerca de la caducidad de la vida y el carácter efímero de la existencia humana, un in media res por el devenir como esas Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique (c. 1440-1479) en vísperas del fin de la Reconquista o los lienzos de Valdés Leal (1622-1690) en pleno Siglo de Oro: In ictu oculi y Finis gloriae mundi. En efecto, las vanitas barrocas se convierten en guías espirituales en este artículo, pues lamentablemente en un abrir y cerrar de ojos se acaba el paso por la Tierra y el individuo se encuentra solo, escuchando la voz de su conciencia, en la incesante búsqueda del alma de “esa fonte que mana y corre aunque es de noche” (San Juan de la Cruz).

 

 

Desde hace dos décadas y media, estos versos aparecen con frecuencia en el pensamiento de las Hermanas Lara, los estudiamos en 6º de EGB.

 

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando;

cuán presto se va el placer;

cómo después de acordado

da dolor;

cómo a nuestro parecer

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.

 

Rodrigo Manrique falleció el 11 de noviembre de 1476, si bien la fecha de composición de las Coplas (en tanto que género poético de la elegía funeral medieval o planto), suscita dudas cronológicas, ya que Manrique de Lara podría haber empleado estrofas escritas con anterioridad a su orfandad. La fama, el sentido de la vida, la diferencia de estamentos sociales -a los que iguala la muerte de análogo modo que a los ríos caudales y más chicos, llegando todos tarde o temprano a la mar que es el morir- y las altas dosis de resignación, cristiana, hebrea o estoica, se inspiran en textos clásicos, medievales y del Eclesiastés, combinados con la historia reciente de Castilla y sucesos autobiográficos.

Jesucristo no había nacido cuando el poeta latino Horacio (65-8 a.C.) animaba a "carpe diem quam minimum credula postero":

 

No pretendas saber, pues no está permitido,

el fin que a ti y a mi, Leucónoe,

nos tienen asignados los dioses,

ni consultes los números babilónicos.

Mejor será aceptar lo que venga,

ya sean muchos los inviernos que Júpiter

te conceda, o sea éste el último,

el que ahora hace que el mar Tirreno

rompa contra los opuestos escollos.

Sé prudente, filtra el vino

y adapta al breve espacio de tu vida

una esperanza larga.

Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso.

Vive el día de hoy. Captúralo.

No te fíes del incierto mañana.

 

El precursor del beatus ille (que después de transcurridos más de quince siglos retomarían Garcilaso de la Vega y Fray Luis de León), sentenciaba transmitiendo una ilusión chispeante: non omnis moriar. En efecto, nadie muere del todo mientras se habita en el recuerdo de los vivos. Es la metáfora del viaje retomada por el poeta griego Cavafis (1863-1933), como si del retorno del homérico Odiseo a su patria se tratara.

 

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca (...),

pide que el camino sea largo.

Que muchas sean las mañanas de verano

en que llegues -¡con qué placer y alegría!-

a puertos nunca vistos antes (...).

Ten siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

 

Algún día seremos inmortales en esos juegos de esferas en el Cielo que María Lara recrea en El velo de la promesa (Premio de Novela Histórica “Ciudad de Valeria”); aventuras históricas y metafísicas en torno al Mediterráneo y al mar Negro en el siglo IV que Caerelia, el emperador Constantino y el resto de personajes literarios prosiguen en la continuación de la saga en Memorias de Helena. En diciembre de 2014 estas dos novelas fueron las protagonistas de la jornada de confraternización de los sacerdotes de la Diócesis con don Atilano por Navidad.

 

María y Laura impartiendo la conferencia al Clero diocesano (26/12/2014)

 

En nuestros días, las filosofías orientales y el mindfulness (técnica de relajación que invita a tomar conciencia plena de nuestras emociones con el fin de eliminar la frustración que produce el no poder cambiar determinadas situaciones) predican el mismo mensaje. La oración es una meditación ancestral, estamos en las manos de Dios. Pero nadie debe olvidar que la Historia es magistra vitae, tal como afirmaran Cicerón y San Isidoro de Sevilla. Tempus fugit.