In Memoriam
Recuerdo agradecido de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara a María Areitio: Misionera del Evangelio de la Misericordia de Dios
María Areitio Arberas nació en Bilbao el 25 de marzo de 1957 y era la mayor de tres hermanos. Antes de ser misionera obtuvo la licenciatura en filología inglesa y más tarde el doctorado en filosofía y en derecho canónico y el bachillerato en teología.
Inicia su vida misionera el 27 de marzo de 1978, aunque de corazón lo era desde mucho antes, en la comunidad Verbum Dei y se incorpora a la Comunidad Servidores del Evangelio de la Misericordia de Dios en septiembre de 2002.
En un principio estuvo destinada en Estados Unidos e Italia, pero su labor misionera la desarrolló fundamentalmente en España y gran parte de ella en un servicio a nivel interno de la comunidad, como profesora o en servicios administrativos. También fue destinada a Argentina donde solo pudo estar un año, ya que en 2004 tuvo que volver a España para cuidar de su madre muy anciana y enferma. Se ocupó de ella hasta el final de su vida, incluso cuando en 2008 le detectaron a ella misma un cáncer contra el que luchó casi 10 años y que ha sido la causa de su muerte.
Cuando su madre falleció fue destinada a la comunidad de Guadalajara y se ofreció para colaborar en el obispado, donde se le pidió su colaboración en las causas de nulidad. Colaboraba en la Vicaría Judicial como Juez, nombrada al efecto por D. Atilano Rodríguez, obispo de la diócesis.
María Areitio ha sido una fiel Servidora del Evangelio y de la Misericordia de Dios. Siempre al servicio de cada persona que se ponía en su camino y fiel testigo del amor de Dios, que se acerca a cada uno de sus hijos con un corazón misericordioso. Eso lo testimonian muchas personas a las que atendía, incluso cuando ya estaba postrada en cama. Quiso trabajar en favor de las personas hasta el último momento y manifestaba a su comunidad que eso no acababa, sino “que quería continuar trabajando en el cielo” por cada una de las personas que habían acudido a ella y por sus hermanas misioneras.
En la madrugada del 22 de junio de 2017 se fue con el Padre habiendo vivido una vida intensa de donación y servicio. La eucaristía en el día de su entierro, fue presidida por el obispo diocesano en el convento de Espinosa de Henares, y en el cementerio del pueblo reposan los restos de esta misionera ejemplar.