Año Nuevo

ENERO

LA PAZ

El mes comienza con la Jornada Mundial de la Paz el día 1 de enero. La Iglesia lo viene celebrando así desde hace más de 50 años. Además el día 24 de este mes se venera a María la Virgen de la Paz. La paz es don y tarea no solo para un día o un mes, sino para toda la vida.

 

FEBRERO

LUCHA CONTRA EL HAMBRE

La misión de Manos Unidas es luchar contra el hambre, la deficiente nutrición, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de instrucción; y trabajar para erradicar las causas estructurales que las producen: la injusticia, el desigual reparto de los bienes y las oportunidades entre las personas y los pueblos, la ignorancia, los prejuicios, la insolidaridad, la indiferencia y la crisis de valores humanos y cristianos.

 

MARZO

CONVERSIÓN

La cuaresma es tiempo de conversión y arrepentimiento, de ayuno y penitencia. El cristiano se prepara interiormente para la celebración de la pascua. Contamos siempre con la misericordia de Dios y con su amor incondicional. Debemos ser agradecidos, debemos volver nuestros ojos y nuestro corazón a Dios que nos ofrece siempre su perdón.

 

ABRIL

ALEGRÍA

Es un fruto de la pascua. El Señor resucita y nos ofrece la posibilidad de vivir una experiencia magnífica, que debemos testimoniar con alegría. No podemos estar tristes. Jesús nos ha abierto la puerta a la esperanza con su resurrección. Un santo triste es un triste santo. No dejemos que la fealdad del mundo nos quite la alegría.

 

MAYO

MARÍA

Es el mes de las flores, no solo porque la primavera haga estragos y el campo se llene de color. También porque si una flor destaca entre todas es María, la madre de Jesús. Ella nos invita a vivir sus virtudes de sencillez, bondad, dulzura y pureza. María nos enseña el camino para llegar a Jesús. A Jesús por María.

 

JUNIO

ADORACIÓN Y CARIDAD     

Jesús es el centro. Siempre. Jesús es el centro de nuestra vida. Está con nosotros. Nos espera. La eucaristía, celebrada, vivida y adorada es un regalo para los creyentes. Además el amor a Cristo, que nos muestra su corazón y nos ofrece su amor, debe movernos a amar al prójimo.

 

JULIO

EL MAR

Las gentes del mar trabajan y sufren. No es lo mismo afanarse en el mar que disfrutar de él. Muchos son los que pueden disfrutar en el mar o en la playa sus días de descanso veraniego. Pero en verano Dios no se muda. Dios sigue siendo Dios también en vacaciones. Debemos esforzarnos por la unidad de vida, por no relajarnos y por vivir la fe en cualquier tiempo y lugar.

 

AGOSTO

LA FIESTA

La devoción de nuestro pueblo a los santos y, sobre todo, a la Virgen María, hace que nuestra tierra quiera honrarlos con fiesta popular. La eucaristía vivida con amor, las procesiones que hacen presente a las imágenes patronales en las calles de nuestros pueblos y muchas devociones particulares hacen de la fiesta algo que nos une a todos, y que es expresión cristiana de forma evidente.

 

SEPTIEMBRE

SEMENTERA

Es tiempo de siembra, material y espiritualmente hablando. Es el momento de iniciar todas las actividades pastorales. Es tiempo de planificación. Es tiempo de ilusión. Es tiempo para, con alegría, anunciar la Buena Noticia del Evangelio: formación, catequesis, lectura creyente, encuentros y reuniones, para pregonar y testimoniar la fe en Jesucristo.

 

OCTUBRE

EL ROSARIO

Gozo, luz, dolor y gloria. Cristo anunciado, encarnado y vive su infancia en familia. Cristo que pasa por el mundo haciendo el bien y dando luz a los que se adhieren a su mensaje. Cristo que sufre pasión y muerte por nuestra salvación. Cristo que resucita, nos abre el camino de la esperanza y nos ofrece la vida eterna.

 

NOVIEMBRE

VIDA ETERNA

El recuerdo de nuestros seres queridos nos anima a seguir creciendo en la fe. El recuerdo y nuestras ganas de seguir su ejemplo, y también nuestro agradecimiento por el testimonio de su vida. Contemplamos la bondad de de los que han compartido con nosotros su vida y oramos por todos los difuntos. 

 

 

DICIEMBRE

ESPERANZA

El adviento es la puerta del resto de las celebraciones del año litúrgico cristiano. Es un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo. Su duración puede variar de 21 a 28 días, dado que este tiempo incluye los cuatro domingos anteriores a la fiesta de la Navidad. Es un tiempo de reflexión, de conversión y de esperanza.